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F. M.
Viernes, 15 de junio 2018, 13:00
Una de las apuestas más contundentes con las que Isabel Bonig acudió al congreso nacional del PP fue la de lograr que los estatutos incorporaran una enmienda del PPCV para que todos los afiliados pudieran participar en la elección del nuevo presidente del partido. La propuesta terminó siendo consensuada con la calle Génova, y con el PP de Madrid que reclamaba expresamente la convocatoria de primarias, y ese artículo aparece ya en los estatutos del partido. Se trata del sistema que también se conoce como 'un afiliado, un voto' porque son los afiliados los que tienen en sus manos la decisión definitiva.
Eso sí. En ese texto -párrafo segundo del artículo 33- se señala que esa fórmula se seguirá en los congresos a celebrar a partir del nacional, «previo acuerdo de la junta directiva convocante». La Junta Directiva Regional del PPCV estableció en la reunión en que convocó su congreso que seguiría lo que se ha venido en denominar el sistema asambleario: todos los afiliados que se inscriben participan en la votación del líder; y es, tras una segunda inscripción, cuando pueden participar también -como ha ocurrido con Bonig- en la votación definitiva junto con la nueva dirección.
Hay una fórmula alternativa. La dirección nacional del PP parece mostrarse partidaria de lo que se conoce como sistema de doble vuelta. ¿En qué consiste? En la primera votación, todos los afiliados inscritos eligen al presidente; pero en la segunda votación (en la que puede quedar más de un candidato), los que toman la decisión son ya los compromisarios, en número decidido por la propia junta directiva convocante.
Traducido, ese sistema de doble vuelta ya no es el que se utilizó para elegir a Bonig. Los afiliados ya no se inscribirían -lo hicieron en número de más de 3.000- para votar al presidente y la nueva dirección. En su lugar, la junta directiva convocante fijaría un número de compromisarios que tendría en sus manos esa decisión. Obviamente, el número de participantes se reduciría de forma significativa.
Y esa parece la clave. La dirección regional del PPCV ha recibido un escrito firmado por Antonio Jara, marido de la concejala del Ayuntamiento de Valencia y diputada provincial -afín a Betoret- en el que solicita que los estatutos regionales incorporen esa coletilla de que la junta directiva convocante tendrá capacidad para elegir entre el sistema de doble vuelta y el asambleario. Ya lo hizo, vía enmienda en el congreso regional -y fue rechazada. Y lo reiteró con una queja presentada a la mesa del Congreso, que corrió similar suerte. Ahora ha presentado un escrito dirigido a la comisión de derechos y garantías del partido, en el que solicita impugnar el acuerdo adoptado en el congreso regional, que elimina la referencia a las juntas directivas con la intención de convertir el procedimiento asambleario -un afiliado, un voto- en el que se utilice de forma habitual.
La propuesta de Jara, de salir adelante, volvería a dejar en manos de la Junta Directiva de Valencia la decisión sobre el congreso provincial. Si este órgano rechazara el congreso asambleario, la carrera por la presidencia del partido se haría por el sistema de doble vuelta, con una participación menor por parte de la militancia. Cargos populares afines al actual líder provincia, como el diputado nacional José María Chiquillo o el senador Pedro Agramunt expresaron en redes sociales su respaldo implícito a que vuelva a ser la junta directiva la que tenga la capacidad de adoptar la decisión respecto al mecanismo a impulsar para elegir al nuevo presidente y su equipo.
Por otro lado, el presidente del PP de Alicante, José Císcar, anunció el miércoles que optará a la reelección como líder provincial.
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