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T. Compañy Martínez
Miércoles, 26 de octubre 2022, 00:32
En política rara vez los grandes cambios responden a la versión oficial. En el caso de la destitución de Mireia Mollà como consellera de Agricultura ... el comunicado del Palau era escueto: Aitana Mas proponía el cese de su compañera de partido al considerar que «hay que hacer cambios que apuestan por la unidad» dentro del Consell, que requiere estabilidad y cohesión ante el difícil contexto socioeconómico.
Mas también agradecía el esfuerzo y dedicación de su compañera, ya está. Un escueto mensaje para quien lleva liderando tres años una de las consellerias claves en el Botánic, con temas tan importantes como la transición ecológica o el trasvase.
En este caso es una guerra que empieza a nivel interno, en los órganos de poder de Iniciativa. Donde en el último congreso de la formación la cuerda de los Mollà perdieron gran parte del poder a favor de la actual coordinadora encabezada por Aitana Mas y Alberto Ibáñez.
Sin embargo, los desacuerdos también tuvieron su reflejo en la parte institucional y en el Consell era un secreto a voces la mala relación entre Mas y Mollà.
Según fuentes cercanas a la vicepresidenta la gota que ha colmado el vaso ha sido la negativa de Mollà de debatir los Presupuestos de la Generalitat en conjunto con Compromís y saltarse a la vicepresidenta para negociar directamente con el Conseller de Hacienda, Arcadi España. Un agravio que incluye también solicitar que se congelen los fondos de Educación o Igualdad, consellerias de sus compañeros de la coalición.
Desde el entorno de Mireia Mollà las reacciones no se han hecho esperar. Exigen que Mas explique un cese que califican de injustificable en una situación como la actual. De hecho, lo consideran un grave error, ya sea una decisión motivada por no compartir las políticas de transición ecológica de la conselleria liderada por Mollà, o si es una decisión tomada en el plano orgánico para acallar voces críticas con la dirección actual de Iniciativa.
Entre la tormenta de fondo hay otras cuestiones como que esta decisión se ha tomado pocos días después de la crítica de Mollá a la gestión de uno de los secretarios autonómicos de Mes, la otra pata de Compromís, en torno a las placas solares y el paisajismo.
El cese de Mollá también profundiza la crisis interna de la coalición , especialmente en Iniciativa, el partido en que militan la exconsellera y Mas. La pugna por los liderazgos no acaba de cerrarse desde la dimisión de Mónica Oltra en junio. Esta semana la posibilidad de la vuelta de la exlíder de Compromís para las elecciones de 2023 ha quedado totalmente descartada por los últimos avances de su caso judicial que retrasa seis meses la causa.
Sin embargo, el tiempo aprieta para los comicios del próximo año, y desde otro de los partidos de la coalición, Mes, el antiguo Bloc, ya dieron un paso hace semanas, proponiendo a Joan Baldoví, diputado en el Congreso, para liderar la lista por Valencia. Una decisión que cayó especialmente mal en el partido de Mas y Mollà que incluso dejaron plantados a sus socios en el acto que estaba previsto para el día 1 de octubre en Alicante.
Los movimientos en Compromís son el reflejo de la guerra interna que llevará a elegir las cabezas de cartel para las elecciones autonómicas de 2023. Una decisión que desde la coalición pospusieron hasta conocer el pronostico judicial de la exvicepresidenta Mónica Oltra, y que una vez descartada esta posibilidad abre de par en par el conflicto interno.
El campo de batalla está ahora en Alicante, donde el cese de la ilicitana Mireia Mollà acerca un paso más a la crevillentina Aitana Mas a liderar la lista por Alicante. Una guerra que enfrenta a dos alicantinas por el poder en el Palau.
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