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Tres sumarios judiciales han dinamitado el Consell en apenas una semana. El levantamiento de secreto del caso Azud y el caso Oltra con la vicepresidenta al borde de la imputación por el TSJ son dos platos de dificilísima digestión para un Botànic que ha ... presumido desde el primer momento de su ejemplaridad.
Y todavía falta el postre de este menú obligado, el caso de Francis Puig, las irregularidades del hermano del presidente y sus socios en la captación de subvenciones de diferentes administraciones. Declara el día 23 como imputado. Será otra jornada de máxima tensión para el Gobierno valenciano.
La Justicia y la política siempre han tenido poderosos resortes de comunicación. Lo que sucede en el primer escenario suele tener consecuencias, de mayor o menor calado, en el tablero político.
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Pero en pocas ocasiones, una sucesión de acontecimientos como esta, ha abierto una grieta de tan enorme magnitud en un Gobierno. Un auténtico cóctel mólotov lanzado en el seno del Botánico. Una bomba de relojería de consecuencias imprevisibles para este Botànic con las costuras cada vez más desgastadas.
Esto sin olvidar que no se puede desligar el paso de Marzà, ese hombre que asegura que no tiene ambición de cargos orgánicos, de la debilidad que arrastra Oltra. La salida del conseller de Educación llega en el peor momento para la vicepresidenta. Abre el melón de los cambios en Compromís y generará una corriente de si en esta atmósfera de inestabilidad no debería la propia consellera de Igualdad hacer una reflexión.
Saltó el caso Azud hace dos semanas, el pasado 26 de abril. Se evidenció entonces lo insostenible de la posición del síndic Manolo Mata. El político decidió seguir como abogado de Jaime Febrer, cabecilla de la trama, en vez de mantenerse al frente del Grupo Parlamentario socialista. Ambas responsabilidades situaban al dirigente en un panorama casi esquizofrénica, de portavoz en Les Corts por las mañanas; de abogado del empresario corrupto por las tardes. Y eso con las diligencias judiciales que salpican directamente al PSPV por beneficiarse del dinero de la red delictiva. Difícil elaborar una ficción más atractiva que toda esta historia.
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La salida de Mata en el Parlamento todavía no se ha cerrado con un sustituto. El debate lleva cerca de una semana abierto, con las quinielas habituales en este tipo de procesos. No es una plaza fácil. El síndic va a tener que lidiar con un final de legislatura, este último año, con constantes referencias a la corrupción del Botánico. Ante esa situación se requiere de alguien con recursos, como los de Mata.
Puig pensó en Ana Barceló, pero eso ya le llevó a plantearse una crisis, una remodelación de mayor calado. Y luego a pensar un relato con el que poder 'venderla'. ¿Vale la pena una crisis como esta a un año de elecciones? A la velocidad que avanza hoy la política, un año resulta un suspiro. No da casi tiempo a conocer lo que tienes. Mucho menos a poner en práctica lo que quieres. El caso Azud, en definitiva, ha llevado a Puig al diván. El resultado es ahora tremendamente incierto.
El caso Oltra, la supuesta ocultación de la denuncia por abusos sexuales contra su exmarido en un centro de menores, es otra de las derivadas que sacuden al Consell. La consellera ha querido vincular esta acción con la extrema derecha. Eso le sirvió para capear el temporal en el inicio. Pero este relato no tardó demasiado tiempo en desplomarse a medida que el juez avanzaba en sus indagaciones e imputaba a nuevos cargos de la Conselleria de Igualdad. En total, son ocho investigados.
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La presión todavía se incrementó cuando el juez elaboró una exposición motivada reclamando la imputación de la propia vicepresidenta. Una situación posible -la de su imputación- pero que, en realidad, sorprendió por su premura. El juez admitía que no podía continuar sin tener ya como investigada a la líder de Compromís. La vicepresidenta aguarda acontecimientos. Da por hecho que será imputada y tendrá que ir a declarar. Y esta situación recordará a los tiempos del PP, los de Francisco Camps entrando en el alto tribunal valenciano por la causa de los trajes de la Gürtel. Esa fotografía, pero ahora con Oltra como protagonista, puede ser una instantánea definitiva para la salud del Botánico.En el horizonte judicial queda el caso de Francis Puig. El asunto que salpica al hermano de Ximo Puig por las graves irregularidades detectadas en la obtención de subvenciones. Declara el próximo día 23 en la Ciudad de la Justicia. Los informes hasta la fecha no son concluyentes. Ni respaldan los indicios ni terminan por enterrar las sospechas acerca de las ayudas para el fomento del valenciano.
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La regulación del fraude de subvenciones exige que sea por una cuantía superior a los 120.000 euros al año. En caso contrario, no existe el delito. Hablaríamos de irregularidades administrativas, pero lógicamente la gravedad del asunto descendería para Francis Puig y sus socios, los hermanos Adell Bover. La Fiscalía reclama que tanto la Generalitat Valenciana como la de Cataluña realicen sendos informes de auditoría para determinar las subvenciones. En el contenido de estos dosieres se marcará el futuro de Francis Puig. Otra posible detonación para este Botánico donde sólo Podemos parece al margen de turbulencias judiciales.
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