Bernabé, la esperanza del PSPV

Si el CIS de José Félix Tezanos hiciera una encuesta de valoración de la gestión de la dana por parte de los dirigentes políticos, Pilar Bernabé quizá sería la única que aprobaría. La delegada del Gobierno finaliza este 2024 en su mejor momento político. Y paradójicamente, esa situación se produce como consecuencia de haber tenido que gestionar la dana que el pasado 29 de octubre arrasó media provincia de Valencia.

Bernabé ha superado con nota una situación de crisis que se prolonga ya dos meses, y en la que ha conseguido labrarse una imagen de implicación en su trabajo que se ha echado en falta en otros cargos públicos. La labor de Bernabé ha obtenido incluso el elogio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, primero verbalmente, y después con su nombramiento como secretaria de Igualdad de la dirección federal del PSOE. Un salto cualitativo para quien, hasta hace sólo unos meses, se perfilaba únicamente como la mejor opción de su partido para optar a la alcaldía de Valencia en las elecciones municipales de 2027.

Ahora, Bernabé no sólo sigue ocupando esa posición, sino que también es, a ojos de muchos cargos de su partido, la mejor candidata posible para optar a la presidencia de la Generalitat cuando se convoquen las elecciones autonómicas. «A Bernabé le gusta la gente», admite un alto cargo del PP valenciano, que reconoce en privado que la exconcejal sería una aspirante mucho más peligrosa a la presidencia del Consell de lo que lo puede ser Diana Morant. Más peligrosa y mucho menos distante que la secretaria general y ministra de Ciencia.

Bernabé arrancó 2024 al frente de la delegación del Gobierno, con poca misión más que la de defender la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez –circunstancia nada sencilla a la vista del acoso judicial y las dificultades políticas con las que acaba el curso el presidente del Gobierno–. Y sin embargo, el empujón que Bernabé ha recibido en los últimos dos meses la sitúan probablemente a la cabeza de la clasificación de los dirigentes políticos valencianos, motivo por el que probablemente ahora tendrá que resguardarse. Bernabé tiene discurso, sabe apretar cuando toca, se gana al público, es bien vista por ámbitos tradicionalmente cercanos a la derecha valenciana.

Hay quien dice, incluso, que el día –hace ya dos años y medio– que fue propuesta para la delegación del Gobierno en la Comunitat, la que más respiró con la elección fue la entonces líder de los socialistas de la ciudad de Valencia, Sandra Gómez, consciente ya entonces -cuentan- de que el tirón popular de Bernabé amenazaba con apartarla a ella misma del cartel electoral a la alcaldía.

Bernabé saltó a la delegación del Gobierno y Gómez, tras otro pésimo resultado, acabaría viajando a Estrasburgo como eurodiputada. Bernabé es la esperanza del PSPV, justo en el peor momento del PSOE de Sánchez. Hace ticket con Morant, sin que esté muy claro cuál de las dos ocupa la primera posición, y cuál la segunda.

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