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La puerta del despacho de Pepe Camarasa (Caudete, 25 de junio de 1952) en Les Corts Valencianes siempre estaba abierta. El que asomaba la cabeza era bienvenido: «Maestro, pasa y siéntate». Pepe dejaba lo que estaba haciendo, se relajaba en el sillón y empezaba la conversación. En realidad, el que se dejaba caer por allí no era sólo a la caza de alguna noticia, que también, sino que buscaba una charla que siempre era un consejo o una lección de vida. Pepe era magisterio.
Camarasa era socialista por convicción, con un corazón puro y muy de izquierdas; un político con mayúsculas y una persona buena, muy buena. Al despacho del diputado socialista se iba a hablar de la vida, de su familia, de la tuya, de Caudete o del azafrán manchego.José Camarasa Albertos falleció ayer a los 68 años a causa de una enfermedad inoperable detectada hace unos meses. El vacío que deja es irremplazable. Camarasa aterrizó en el Parlamento valenciano en 1999 y desde el primer momento se ganó la admiración de los suyos, el respeto de la oposición y el cariño de los medios de comunicación. Brillante en el estrado, leído, culto y con la dosis de ironía necesaria para captar la atención de todos. Rápido y certero en cada intervención. Asumió la responsabilidad del cargo, leal a su partido, comprensivo con el adversario político pero contundente con sus decisiones. Fue el primero en ver que detrás de las adjudicaciones a Orange Market había un hilo del que tirar y se convirtió en el azote en temas como Terra Mítica, donde presentó junto a Toni Such una denuncia contra Eduardo Zaplana. El deber a veces entró en conflicto con su humanidad porque ir a la caza de la corrupción desgasta y tensiona. En 2009 dejó el escaño para ocupar un puesto en el consejo de administración de Bancaixa.
Camarasa era diplomado en Gestión Económica de Centros Hospitalarios por la Escola d'Alta Direcció i Administració de Barcelona, y trabajó como funcionario de la Generalitat Valenciana, donde llegó a ser el jefe de gabinete del que fuera conseller de Sanidad Joaquín Colomer. Su trayectoria política estuvo muy unida a la del ministro José Luis Ábalos y a la del exsubdelegado del Gobierno en Valencia Rafa Rubio. Además era uno de los colaboradores más cercanos de la líder provincial del PSPV, Mercedes Caballero, que siempre le ha considerado como su padre político.En política era grande; en lo personal, gigante. Con un sentido del bien común superlativo. Socarrón, amigo de la broma, ingenioso y familiar con Caudete como fin de trayecto. Casi siempre lo más importante no era la política, sino la vida con Chon y sus hijos, que te la contaba con la cercanía de un amigo, de la misma manera que te preguntaba por los tuyos, por si todo iba bien, y si iba mal, siempre tenía una palabra para sacar cabeza. Las penas de los demás también eran suyas.
Ayer se fue Pepe pero Mercedes Sanchordi fue la primera que se ausentó de una mesa de amigos. De las comidas que Pepe compartía con Merceditas; con Cristina Moreno, la genuina perla a la que pinchaba desde la licencia que da la confianza. Reuniones que completaban desde la política María Antonia, Cristina, Eduardo y Lola; y Marta, Juanjo y un servidor desde la trinchera periodística.
Pepe Camarasa se ha ido muy pronto, en un momento en el que lo que más se merecía era disfrutar. Donde vaya que busque a Mercedes, y que sepa que aquí abajo, será difícil de olvidar. Algunos todavía tenemos en casa la espada de madera, la espada con la que consintió a nuestros hijos aquel fin de semana en Morella. Se va un hombre de principios y de desbordante humanidad.Buen viaje, maestro.
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