Bueno para Bonig, mejor para el Botánico

El golpe de Toni Cantó ayer sobre la mesa de la dirección de Ciudadanos, anunciando su marcha del partido y su renuncia al escaño en Les Corts, tiene consecuencias profundas en el escenario político autonómico. Se trata de un movimiento que modifica las relaciones entre los principales actores del Parlamento valenciano para lo que queda de legislatura. Y que, al mismo tiempo, puede tener consecuencias a medio plazo en la política de alianzas en el centro derecha.

Lo primero es lo primero. Cantó deja de ser portavoz de Cs en Les Corts. Y eso significa que la Cámara pierde a un portavoz mordaz e incisivo, que había sabido darle la vuelta a esa permanente crítica respecto a su carrera de actor -«interpreta un papel, no es creíble», se decía-. Las intervenciones de Cantó desde la tribuna del hemiciclo no sólo eran las más rebotadas en las redes sociales. Eran también, en muchas ocasiones, las que más escocían al Botánico.

Cantó se hizo fuerte con un discurso sin complejos, de oposición frontal a las posiciones nacionalistas y populistas en las que con frecuencia se maneja el Consell que preside Ximo Puig. Rechazo a las imposiciones lingüísticas y educativas, guerra sin cuartel a la propaganda, el líder de Cs se situó en la Cámara muy por encima de la situación en la que se encontraba su partido. Bonig encabezaba al grupo más numeroso de la oposición, pero era Cantó el que en ocasiones lograba poner contra las cuerdas al Botánico.

De manera que su marcha del hemiciclo no le viene nada mal a la líder del PP valenciano. Para Bonig, cuyo discurso contundente y estilo arrollador se veía mermado por el fácil recurso de los grupos del Consell a los casos de corrupción de su partido, la marcha de Cantó le convierte, con permiso de Vox, en la voz principal -ya sin discusión- de la oposición al Botánico. Bonig es consciente de que el sustituto de Cantó como portavoz parlamentario de Cs no tendrá ni la oratoria ni la visibilidad de la que disponía Cantó, aún a pesar de sus devaneos con el Botánico durante el pasado debate de presupuestos.

Para Bonig la marcha de Cantó, quizá a Madrid, acelera la previsible vuelta al PP de exvotantes populares que en su día decidieron abandonar este partido, atraídos por el discurso regeneracionista de Cs. Cantó no mantenía una mala relación la dirigente popular, por más que en el PPCV siempre se le consideró -aún ayer- como un político «poco de fiar». Un «partido de veraneantes», en afortunada expresión de un excargo del PP, que con la marcha de Cantó pierde al que podría considerarse como su quinto líder en la Comunitat pese a su breve historia .

Si para la cúpula de Bonig la marcha de Cantó es una buena noticia, para el Botánico aún lo es mejor. El sustituto de Cantó en el grupo de Cs en Les Corts en ningún caso tendrá la fuerza del ya exdiputado. Y está por ver qué consecuencias puede tener en el seno del grupo la decisión de su hasta ahora Síndic de dejar Les Corts. La fuerza de un grupo de 18 parlamentarios no es en ningún caso la de uno con menos representación si alguno de sus integrantes pasa al grupo de los no adscritos.

El Botánico se libra de una de las voces más críticas con su gestión. La debacle de Cs sitúa a Bonig a disputarse el espacio de la oposición con Vox. E incluso ese escenario también favorece al Botánico. Y está por ver si no gana para su causa a alguno de los parlamentarios que asuman la tesis de la dirección de Arrimadas y su sorprendente acercamiento al PSOE. Con la mayoría absoluta garantizada, el voto de Cs resultaba capital -o el del PP en su defecto- para cuestiones que requerían de mayoría cualificada de dos tercios o tres quintos de los diputados. Sin ir más lejos, la de la reforma de la Ley Electoral. Falta saber si ese grupo se mantiene cohesionado.