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Carlos Fabra reapareció ayer en la escena mediática muy a su pesar. De nuevo, el todopoderoso expresidente de la Diputación de Castellón se ha visto salpicado en una investigación por corrupción. Agentes de la Policía Nacional, los especialistas que han asumido las pesquisas que comanda el juzgado de Instrucción número 4 de Castellón, registraron una vivienda del político. Durante varios horas, los funcionarios trataron de recopilar documentos que permitan confirmar o disipar los indicios delictivos que amenazan su futuro.
Las pesquisas se mantienen bajo secreto, es decir, sólo el fiscal, el juez y los agentes encargados del operativo conocen los detalles de la investigación. El TSJ informó ayer que la causa se sigue por delitos contra la Administración de Justicia y contra la Administración Pública donde se incluyen todos los ilícitos habituales en casos de corrupción como la prevaricación, el cohecho, la malversación y el tráfico de influencias. Por tanto, y desconociendo los particulares del asunto, sí se puede hablar de corrupción.
La causa cuenta con cuatro investigados. Entre ellos, el propio Carlos Fabra. Se ignora la identidad de los otros tres sospechosos. Todos están citados a declarar el próximo 28 y 29 de octubre. En declaraciones del político a Onda Cero se mostró tranquilo: «Se han llevado cuatro papeles y un disco duro donde encontrarán muchas fotos con mis nietos».
El más grave antecedente de Fabra con la Justicia llegó con la condena que ratificó el Tribunal Supremo a cuatro años de cárcel por un fraude fiscal de 700.000 euros. A su mujer también se le impuso otro año de cárcel. Pero lo más relevante fue la instrucción de este asunto con una decena de cambios de jueces. Esto irremediablemente retrasó el cierre de la causa durante años.
Fabra dejó la política en 2011 mientras estaba siendo investigado por un delito fiscal por el que terminó condenado a esos cuatro años de cárcel. Tras cumplir su pena, ha pasado a un segundo plano, aunque su apellido se mantiene como toda una referencia en la provincia de Castellón. Hace algo más de un año, publicó una autobiografía en la que aprovechó para cargar contra Mariano Rajoy por haber abandonado a políticos populares investigados por corrupción, como el caso de Rita Barberá o el de él mismo.
El hecho de que dejará la política en 2011 y la causa judicial arrancara en 2017 -se desconoce si fue una denuncia y de si un particular o la fiscalia- hace pensar que serían hechos de su última etapa o bien ya una vez finalizado su etapa en la Diputación.
Fabra, una referencia del partido, anunció en la presentación de su libro que tenía mucha confianza en el líder del PP, Pablo Casado, a quien veía como alternativa real para recuperar la Moncloa.
Pero también manifestó su cercanía con Vox, un hecho que se visibilizó hace meses cuando participó en un acto de la formación de derecha radical en Benicàssim. Para Fabra, Vox iba a ser una fuerza determinante en los últimos comicios.
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