El Consell se cree la Agenda 2030 aunque su conseller de Agricultura no lo haga

El conseller de Agricultura, José Luis Aguirre, de Vox, puede decir misa. Al Consell le da igual. Al menos, esa es la sensación que genera el modo en que la portavoz del Consell, Ruth Merino, valora las críticas de Aguirre a la Agenda 2030. Más que valorarlas, las devalúa. No importa, me da igual, como canta Mario Vaquerizo y como poco más o menos admitió Merino respecto al conseller voxista.

El nuevo conseller de Agricultura, Ganadería y Pesca, José Luis Aguirre, ha cargado este jueves en Les Corts contra el «fanatismo climático» y la «sumisión a la Agenda 2030 de las élites globalistas». Toda una declaración de intenciones contra un plan de acción aprobado por las Naciones Unidas como una hoja de ruta de 17 puntos a favor del desarrollo sostenible ante la aceleración del cambio climático. Sin embargo, Merino afirmó este viernes que el Consell «sí se cree la Agenda 2030». ¿Y entonces? ¿el conseller Aguirre piensa que sus compañeros del Ejecutivo autonómico son «sumisos» o «elitistas globalistas»? ¿una parte del gobierno valenciano se alegra si hace sol y a otra parte le preocupa?

Merino ha garantizado que el Consell sabe que «el cambio climático existe». Hasta ahí, todos de acuerdo. O no. «Evidentemente, somos personas diferentes y no tenemos por qué estar de acuerdo al 100%. Lo que sí puedo asegurar es que no existe ninguna fricción entre ningún miembro del Consell en la acción de gobierno: no hay disputas internas a la hora de que se retrasen medidas o se bloqueen otras. Porque la acción de gobierno la tenemos clarísima: todos trabajamos en equipo y somos un único gobierno», ha indicado Merino ante la difícil tesitura de explicar cómo es posible pensar a la vez que algo es blanco y que es negro, y proponer ir hacia arriba y hacia abajo, todo a la vez.

Merino forma parte de la cuota del PP en el Consell. Antes fue portavoz de Ciudadanos. Ni los populares ni los naranjas han puesto en duda la Agenda 2030. Sin embargo, los voxistas no le tienen mucha fe. Más bien, ninguna. De hecho, desde las cuentas en redes sociales de Vox se ha criticado directamente a Mercadona, por ejemplo, por sumarse a los objetivos de la agenda, algo que han hecho otras muchas empresas y que para el partido de Abascal, en referencia a la empresa valenciana, supone «dedicarse a hacer campañas políticas».

La portavoz ha recalcado que, después de la comparecencia de Aguirre en Les Corts, «otra consellera (Salomé Pradas, a la que no nombró) abogó claramente por luchar contra los efectos del cambio climático. El cambio climático existe, así lo dijo ella, y vamos a trabajar en la sostenibilidad necesaria y siempre con un equilibrio con el desarrollo económico».

En cualquier caso, Merino ha puntualizado que la posición del Consell carecerá en este tema de «fanatismos, por supuesto, porque no llevan a ningún sitio, pero ni de un lado ni de otro. Se puede llegar a un equilibro y lo vamos a hacer todos en la misma línea». Y en este sentido, la portavoz aseguró que el Consell «sí» cree en la Agenda 2030. Para tranquilidad de todos, y especialmente de Aguirre, descartó que los consellers pertenezcan a las «élites globalistas», si bien por sus obras les conoceréis, y las de este Consell parece que se encaminan por un rumbo contrario al que considera Aguirre y contiene la Agenda 2030. «Respeto los discursos parlamentarios del conseller como parte de la explicación en Les Corts de su agenda, pero no, no soy parte de las élites globalistas», aseguró Merino, completamente indiferente frente a las sospechas de Aguirre.

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