El Consell prevé gastar 3.000 millones menos, pero dice que invertirá 287 más

El plan de ajuste para 2022 remitido por el Gobierno valenciano al Ministerio de Hacienda prevé una caída de los ingresos del Ejecutivo regional de 3.058 millones de euros y, en cambio, un incremento de las inversiones –capítulos VI y VII– de 287 milllones de euros. Ese sorprendente contraste es consecuencia de la significativa caída de los ingresos financieros, superior a los 3.000 millones, y que estaría vinculada a la reducción de ingresos destinados a hacer frente al Covid.

El plan de ajuste, que el departamento que dirige María Jesús Montero ha desvelado este lunes, estima que el Gobierno valenciano ingresará 72,7 millones de euros más de los que incluyó en el presupuesto aprobado para este ejercicio. Una cifra que es consecuencia de aumentar 22,8 millones la recaudación por IRPF, otros 21,4 millones del Impuesto de Patrimonio, otros 42 de ingresos «de otra naturaleza tributaria», y en cambio, una caída de 14,1 millones en la recaudación de las tasas.

Por contra, el Consell plantea un aumento del gasto de 26 millones, que es consecuencia de un aumento de 16 millones en el capítulo de subvenciones y ayudas, y de otros 10 millones en el de capítulos sin tipología. El aumento del gasto para 2022 es significativamente inferior al presupuestado en el plan de ajuste de 2021, y que alcanzó los 389 millones de euros. Finalmente, el ministerio explica que esa aumento del gasto se quedó en 367 millones, de los que la parte principal, 135 millones, fue por la parte de las subvenciones y ayudas.

Por lo que se refiere a la evolución del escenario presupuestario, los 3.058 millones menos de ingresos (de 29.094 a 26.036 millones) se suman a otros datos significativos. El departamento que dirige Arcadi España prevé una caída de sus ingresos corrientes de 837 millones de euros. Una cifra en la que incide de forma significativa la supresión, un año más, de los 1.336 millones de euros que el tripartito incorpora, un año sí y otro también, a los presupuestos en su capítulo de ingresos con la argumentación de que son fondos que deberían de llegar si se aprobara el nuevo sistema de financiación autonómica –aunque obviamente eso ni ha ocurrido ni tiene una fecha concreta para que ocurra–.

No sólo eso. El escenario macro del Consell confirma que los ingresos por financiación autonómica, los que sí se sujetan a lo que el Estado garantiza que transferirá a la Comunitat, se reducen respecto a 2021. En concreto, ese año se recibieron 11.250 millones de euros, mientras que la previsión para 2022 se queda en 10.774 millones de euros, es decir, 476 millones de euros menos. Un dato dramático, si se tiene en cuenta que la Comunitat Valenciana es, un año más, la que menos financiación por habitante recibe de todas las del régimen común.

Por lo que a los gastos se refiere, el aumento de las inversiones, 87 millones en las inversiones reales y otros 200 millones en las transferencias de capital, contrasta con la caída de los gastos corrientes, que bajan 892 millones de euros, consecuencia de un recorte de 490 millones en el gasto corriente y de otros 429 millones en las transferencias corrientes.

Por otro lado, el plan de ajuste del Consell prevé una significativa reducción de su sector público, compuesto -según se indica- por 128 entes, y que en 2023 -año de elecciones, debería reducirse a 119. Un regalo envenenado para el Ejecutivo que salga de las urnas.

El plan de ajuste también prevé un crecimiento de la deuda de la Comunitat, que se situaría al borde de los 55.000 millones de euros «sin considerar posibles ajustes por exceso de déficit que pueda registrarse».

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