BURGUERA
Miércoles, 13 de junio 2018, 13:42
88 votos a favor acaba de recibir la propuesta de Podemos para reformar el estatuto de los expresidentes de la Generalitat. Todos los partidos a favor. Es un decir. La iniciativa podemista fue criticada con dureza por todos los portavoces. La retahíla de reproches fue evidente, y especialmente significativa entre los miembros del tripartito que sostiene al Consell a través del Pacto del Botánico.
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Podemos reprochó a sus socios y a los demás grupos que esta reforma fuese rechazada hace más de un año en un pleno bochornoso, al que llegó la iniciativa sin garantía de aprobarse. De hecho, no se aprobó por la coincidencia entre PP y PSPV para defender la vigencia de las prerrogativas de los expresidentes. Ayer sí coincidieron podemistas, socialistas y nacionalistas de Compromís en que el tiempo ha propiciado una condena a José Luis Olivas, la imputación de Francisco Camps y la detención de Eduardo Zaplana. Aunque solo fuera por esto, nadie se opuso ayer a tramitar la reforma. Sin embargo, el debate ha sido muy áspero entre los socios del Botánico.
Compromís ha tildado a los podemistas de no mirar la Luna (lo fundamental) sino el dedo que la señala (lo accesorio) por querer establecer si los expresidente deben tener derecho a una oficina de asesoramiento de sus gestiones. Los nacionalistas consideran que el debate debe ser otro, de más calado. De hecho, Compromís aprovechó para afear a los socialistas que su mayor preocupación sea dotar de un sueldo fijo a los expresidentes.
El síndico del PSPV, Manolo Mata, reconoció que este era el tema más desagradable de la legislatura. El socialista recordó a los podemistas que la reforma, de aprobarse tal y como está presentada, no hubiese anulado las prerrogativas de Olivas, Camps ni Zaplana, ahora mismo. Mata consideró que si no se dota a los expresidentes de una seguridad económica e institucional, tarde o temprano se dan casos como el de Olivas, Aznar o Tony Blair. Según el síndic del PSPV, todos ellos renunciaron a los privilegios como expresidentes pero luego dieron pelotazos o se beneficiaron de las puertas giratorias.
Mata defendió la actitud de Joan Lerma y llegó a asegurar sobre Ximo Puig que «nadie hace más horas que él» en la Generalitat. El cruce de acusaciones entre PP y Podemos fue muy virulento, con acusaciones directas de corrupción... si bien al final todos acabaron votando a favor de tramitar una ley que, en su paso por Les Corts, de aprobarse en la actual legislatura, va a recibir algún que otro ajuste y probablemente no del agrado de Podemos.
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