Podemos registra una dinámina electoral descendente desde 2016. Dos años de eclosión, a partir de 2014, y más de un lustro de declive. En Castilla y León ha vuelto a pasar. Hace seis años que dejaron de ser un caballo ganador, para preocupación de Compromís y del PSPV, pero especialmente por parte de los nacionalistas. Los socialistas valencianos precisan de los podemistas, de que mantengan su presencia en Les Corts para sumar fuerzas y diputados en el Botánico. La vicepresidenta de la Generalitat apuesta por Yolanda Díaz, vicepresidenta del Gobierno y la persona más representativa de Podemos. Sin embargo, esa quiniela, aunque falta mucho para que acaben los partidos, no va bien. Los resultados no acompañan. Es el caso de Castilla y León. Esa falta de capacidad de arrastre de Díaz propicia que en el seno de Compromís se reaviven las dudas de los que rechazan acudir junto a los podemistas a las próximas citas electorales.
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La vicepresidenta del Gobierno apenas participó en las elecciones castellanoleonesas. Díaz sólo acudió a un acto con el candidato podemista y se ausentó el cierre de campaña. La dirigente gallega ha guardado silencio muchas horas después de que las urnas hayan hablado. La portavoz federal de IU, Sira Rego, reconoce que el balance es «malo», pero se reafirma en apostar por un frente amplio de distintas fuerzas de izquierda, que ofrezca «esperanza» para movilizar a los sectores progresistas. Ese mismo anhelo es el que empuja a Oltra, a pesar de las resistencias internas.
La importancia del estado de ánimo entre el votante es contemplada como algo clave desde el entorno de Oltra: la necesidad de generar una ilusión. De ahí que el pasado noviembre se celebrase en el teatro Olympia de Valencia el acto 'Otras políticas' y que se haya invitado personalmente a Díaz para que acuda al congreso de Iniciativa (uno de los tres partidos que forma parte de Compromís), que iba a celebrarse el pasado 15 de enero y se ha postergado hasta el próximo 26 de febrero. En cualquier caso, siempre que se ven, Díaz y Oltra aprovechan para escenificar guiños de complicidad, como durante la gala de los Goya en Valencia.
Sin embargo, Iniciativa no es el único partido con voz, voto y ganas de marcar la pauta en Compromís. En Més también quieren decir la suya. Y en la formación antes conocida como Bloc hay serias dudas respecto al pacto con Díaz. Baldoví, diputado nacional, lo ha expresado por activa y por pasiva: a las elecciones generales, sí, pero a las autonómicas y locales Compromís siempre ha ido en solitario.
La cúpula del partido nacionalista mantiene una posición cauta, un silencio no precisamente cómplice con Oltra y su estrategia de sumar fuerzas con la vicepresidenta Díaz. Los mensajes internos entre dirigentes de Més insisten en las dudas del resultado de esa alianza una vez se ha constatado el mal resultado de Podemos en la última cita autonómica.
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La corriente más nacionalista de Compromís aún se reafirma con mayor contundencia en su rechazo a sumar fuerzas con Podemos tras las elecciones en Castilla y León. Los soberanistas consideran que la vicepresidenta del Consell está más pendiente de Díaz que al revés. Sostienen que Oltra mantiene una atención hacia la podemista que la vicepresidenta del Gobierno de Sánchez ni merece ni corresponde. No obstante, Oltra asegura que se siente con fuerzas para continuar al frente de Compromís y para liderar una alianza con Díaz, así como Errejón y Mónica García al frente de Más País.
Podemos cuenta con un solitario escaño tras los comicios en Castilla y León. Tenía dos, los logrados en las elecciones de 2019, y eso que en esta ocasión acudía junto a Izquierda Unida. Hace dos años, los morados e IU por separado obtuvieron en total cerca de 100.000 votos. Ahora no han alcanzado ni 62.000 sufragios. Ha dado igual que se apruebe la reforma laboral que Podemos ha pilotado. Tampoco ha resultado relevante el anuncio de la subida del Salario Mínimo. Todo eso apuntaba hacia Yolanda Díaz.
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Sin embargo, la suma de Podemos y sus 'padres políticos' (gran número de los cuadros dirigentes morados militaron en asociaciones juveniles vinculadas a IU) no ha mejorado el balance de 2019 y queda muy lejos de los 210.000 votos que conjuntamente lograron en 2015. Curiosamente, IU en 2011 logró más apoyos que ahora junto a Podemos. El retorno a los resultados de Izquierda Unida, previos a los movimientos del 15M es palmario.
Más allá de la aritmética y de los resultados matemáticos, Oltra pretende, con su apuesta por Díaz, una reactivación del electorado a la izquierda del PSPV, que se ha ido desencantando paulatinamente. La líder de Compromís considera que hay que generar un cambio emocional, y que eso dará frutos electorales. La idea es sumar proyectos ganadores, o que están realizando gestión, es el caso de Díaz, pero también de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, a la que Oltra también ha dado cariño tanto en Valencia como en Cataluña. La vicepresidenta del Consell cree, además, que la preponderancia de su coalición en unos comicios autonómicos puede luego dar paso a que, en las elecciones generales sea Podemos el que lleve la batuta de la candidatura. Todo ese préstamos e idas y venidas disgusta al nacionalismo valenciano.
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