Rus: «Al fiscal Torres le prometieron el estrellato por montar esto contra mí junto con la diputada Rosa Pérez"

«Todos los informes que constan en la causa se han hecho desde el pendrive de Rosa Pérez Garijo sobre el que no existe cadena de custodia. Y punto final». Esta es una de las ideas fuerza del informe del letrado de Alfonso Rus para anular toda la causa de Imelsa, en este caso, del juicio del call center, una pieza que curiosamente no nace de las grabaciones sino de las revelaciones ante la UCO de Marcos Benavent.

«La denuncia parte de un ilícito que se blanquea... Es que estamos ante un delito de revelación de secretos, como la copa de un pino. No es un hallazgo casual sino que busca joderlo». De esta forma ha explicado cómo el suegro de Benavent, el también acusado Mariano López, se apoderó del disco duro de su yerno cuando este ya no estaba en casa de su hija y efectuó una copia del material que allí constaba.

Luego, el disco duro lo destruyó, según declaró en su momento ante el tribunal. «Buscaba una ventaja pese a la vulneración de derechos fundamentales». Y esto, según el letrado de Rus, debió atajarlo la Fiscalía desde el primer momento. La defensa no ha dudado en atacar al primer fiscal del caso, Vicente Torres, que posteriormente terminó de magistrado del TSJ con los votos del Botánico. «Torres conoció esto perfectamente».

Respecto a los hechos, la defensa ha negado cualquier amistad de Rus y de López, el suegro y supuesto beneficiario de toda la trama del call center. Más allá de que ambos eran de Xàtiva, la acusación, siempre según la defensa, no han podido aportar ningún dato más.

«Aún no sabemos qué hizo o dejó de hacer Rus para que se produjera esta adjudicación... La acusación no puede ser una sospecha. Es que no hay indicios siquiera». En este sentido, abordó la cuestión planteada por la Fiscalía de que no hizo nada cuando conoció en una reunión que había más de 11.000 llamadas sin atender al no cumplir con los requisitos mínimos establecidos en las mejoras que propuso Servimun, la firma adjudicataria. ¿Pero se iba a centrar Rus, un presidente de la Diputación, en ese particular?, ha reflexionado su defensa.

La mujer de Mariano López, Vicenta Torregrosa, es otra de las acusadas. El suegro de Benavent utilizó a sus familiares para camuflar la llegada de fondos de Servimun. La defensa de la esposa ha sostenido que nunca se debieron sentar en el banquillo porque sus declaraciones de instrucción están fuera de plazo. Al margen de esta cuestión, ya en el fondo del asunto, ha señalado que mujer confiaba en las decisiones de su marido pero que tampoco tenía mucho sentido colocar como supuesto testaferro a su propia mujer cuando la experiencia llevaría a colocar a una persona alejada de su entorno.

La defesa de la cuñada de López se ha adherido a todos los puntos de su compañero de estrados. Además, ha subrayado que el dinero no proviene de un hecho delictivo, presupuesto básico para calificar los hechos como de un blanqueo de capitales.

El juicio ha terminado con el turno de última palabra. Alfonso Rus ha querido hacer uso de este derecho para puntualizar algunas cuestiones de las vistas. "Aquí se ha divagado, se ha querido ir contra mi y lo han logrado. Hubo un contubernio entre el fiscal Vicente Torres y la diputada Rosa Pérez. Montaron esta historia y se le prometió que esto le llevaría al estrellato. Esto fue en 2014". Posteriormente, con el apoyo del Botánico el fiscal Anticorrupción se convirtió en magistrado del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunitat.

"Se tiró basura contra los medios para que yo me fuera a mi casa. Se me imputa en 2016 con las cintas del suegro. A partir de ahí lo han logrado, meten a Barberá, a Paco Camps y a Eduardo Zaplana, le metieron un papel allí en el despacho del abogado de Benavent".

"No hay ninguna prueba contra mí en siete años". Antes de entrar en política, tenía 300 empleados y era millonario, ha indicado. "He sido honrado y he trabajado desde los 14 años. Mis padres se han muerto y mi madre cada día lloraba y me decía: 'No te pasará nada'". El expresidente ha confesado que ya no tiene ni odio. En declaraciones a los medios de comunicación, ha anunciado que presentará una querella contra Rosa Pérez y el fiscal.