El descalabro del tripartito con la deuda: siete años de crecimiento descontrolado

Ximo Puig llegó a la presidencia de la Generalitat en junio de 2015. Los datos del Banco de España correspondientes a esa fecha sitúan los números rojos de la Comunitat exactamente en 40.063 millones de euros. La resta es sencilla: la diferencia entre la deuda actual y aquella asciende a 12.986 millones de euros. Una deuda que, obviamente, cabe atribuir a la gestión del actual Consell, de la misma manera que PSPV y Compromís atribuían al PP la acumulada hasta aquel año.

Esos casi 13.000 millones, en los siete años (menos un trimestre) que van entre los dos periodos, representan un aumento medio de la deuda al año de 1.910 millones de euros. El Gobierno valenciano, España lo volvió a hacer este martes, atribuye ese lastre financiero a «un modelo de financiación que nos ha dejado sistemáticamente a la cola en financiación per cápita». Por habitante, esa deuda acumulada desde 2015 carga a cada valenciano con 2.570 euros.

¿Y en comparación con el resto de autonomías? Los números rojos valencianos son los segundos que más han crecido desde junio de 2015. Únicamente Cataluña ha visto engordar más su deuda a lo largo de este periodo. En concreto, ha pasado de los 66.592 millones que tenía a mitad de aquel ejercicio a los 83.722 de este primer trimestre de 2022. Una diferencia de 17.130 millones de euros, que, no obstante, representan un incremento en términos relativos de la deuda sobre el PIB de 2,3 puntos. El de la Comunitat Valenciana, en cambio, alcanza el 5% en el mismo periodo –ha pasado del 41% al 46%-. Por tanto, es un aumento superior en relación al valor del conjunto de la economía de cada región.

En términos absolutos, y por detrás de Cataluña y la Comunitat Valenciana, aparecen Madrid (con un aumento de 7.737 millones de euros en este periodo) y Andalucía, cuya deuda ha crecido 5.772 millones en estos siete años. A destacar, no obstante, los datos de dos regiones –Navarra y Canarias- que no sólo no han visto incrementarse su deuda, sino que incluso han conseguido reducirla (521 y 280 millones, respectivamente). Navarra, de hecho, ha visto caer el porcentaje de deuda respecto a su PIB del 20,2% al 14,4%. En el extremo opuesto, Murcia ha pasado del 26,8% en 2015 al 34,9% actual.

En junio de 2015 la deuda total de las CCAA ascendía a 251.062 millones de euros. En la actualidad esa deuda global alcanza los 309.741 millones. La diferencia, 58.679 millones, es lo que ha crecido la deuda autonómica estos últimos siete años. El 22% de esa cifra corresponde al incremento de 12.986 millones que se ha producido en la Comunitat.

La respuesta del Gobierno valenciano a estos datos viene limitándose a la exigencia de un nuevo sistema de financiación y, a la vista del desinterés del Ejecutivo de Pedro Sánchez por llevarla a cabo, por un fondo transitorio que garantice ya los niveles de gasto público así como por la condonación de la parte principal de la deuda.

La medida, que obviamente tendría en Cataluña y la Comunitat Valenciana como las regiones más favorecidas, ha encontrado no obstante algunas reticencias en otras autonomías, que consideran que de llevarse a cabo supondría un trato de favor hacia estas dos regiones.

Los datos, no obstante, no pueden hacer perder la perspectiva respecto a los ejercicios anteriores. Los siete años previos a la llegada de la izquierda a la Generalitat –desde junio de 2008- supusieron un aumento de la deuda autonómica gigantesco, de más de 27.000 millones de euros (desde los 12.623 millones hasta los 40.063 de 2015). Sólo en 2012 la deuda regional aumentó cerca de 8.300 millones de euros en un único ejercicio.