Urgente Un incendio en un bingo desata la alarma en el centro de Valencia
El presidente, Ximo Puig, junto a sus dos vicepresidentes, Aitana Mas y Héctor Illueca irene marsilla

Las diferencias de los socios con los impuestos caldean el debate de presupuestos

Compromís avisa de que todo está por negociar y el PSPV no espera grandes líos porque Compromís juega este año con «suplentes»

M. Hortelano

Valencia

Jueves, 29 de septiembre 2022, 00:39

Una tormenta eléctrica se ha instalado desde este martes sobre la política valenciana. Los relámpagos y rayos vienen desde distintas coordenadas. Algunos, de un temporal paralelo en Madrid, donde los nubarrones se arremolinan en la zona de La Moncloa. Otros, desde los alrededores ... del Palau de la Generalitat, donde se sitúan los cuarteles generales de los socios de Gobierno. A unos y a otros les ha venido mal la reforma fiscal que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, anunció en el debate de política general en Les Corts. Unos, por el simple hecho de salirse de la estrategia de partido que fija el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Otros, porque creen que la remodelación de impuestos no puede salir adelante sin que el peso del dinero que se deja de ingresar provenga de ingresos extra por una subida a las rentas más altas.

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Así que desde el Palau de la Generalitat han sacado el paraguas, dispuestos a capear este temporal que, creen, a la larga, reforzará al protagonista de los anuncios: el jefe del Consell. Puig, desde este miércoles en Bolonia, como responsable de una misión institucional y empresarial, ha decidido asumir el riesgo que supone abrir todos los telediarios nacionales y portadas de diarios a costa de haberse unido a la rebelión fiscal iniciada por comunidades populares. Pero, en su equipo tienen asumido que ir por libre y conectar con las reclamaciones de la ciudadanía, en la antesala de año electoral, es el único remedio para poder conservar las llaves del Palau. Aunque para ello haya que mojarse una temporada y sortear los nubarrones. Para eso está el paraguas que el presidente ha elegido como complemento para lo que está por venir.

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Y lo que está por venir, a más corto plazo, es la tradicional negociación de los presupuestos de la Generalitat para 2023. Los últimos de la legislatura, y puede que del Botánico. Los equipos negociadores conformarán la mesa política, que presidirá el conseller de Hacienda, Arcadi España, para plasmar en las cuentas las necesidades de los grupos. Un momento de especial tensión año tras año.

Y para este ejercicio, apenas horas después del discurso del presidente, Compromís ya ha enseñado las uñas. En una entrevista en la 99.9 radio, la portavoz de la coalición en Les Corts, Papi Robles, ya ha dejado claro que su formación no está del todo de acuerdo con el anuncio del presidente porque el resultado final «no estaba consensuado». Incluso ha adelantado que vigilarán que los servicios públicos no se toquen en los próximos presupuestos. Pero, desde el PSPV se muestran tranquilos porque creen que Compromís ha perdido fuerza este año con la dimisión de la exvicepresidenta Mónica Oltra y Unidas Podemos no es especialmente conflictivo. De hecho, fuentes socialistas recuerdan que la coalición está ahora jugando con el «equipo suplente», tras la ausencia de Oltra, e incluso tiene a algunos jugadores del primer equipo «lesionados», como es el caso del secretario autonómico de Hacienda, la persona de Compromís en la conselleria de la que salen los presupuestos, que acaba de ser imputado por el caso Oltra.

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Por su parte, desde la coalición creen que el núcleo duro del Palau se ha aprovechado de esa baja forma de los socios para tejer una reforma que, aunque reconocen que les vienen bien, no termina de convencerlos porque creen que se queda corta en la parte de las rentas más altas, a las que subirían los tipos.

En este sentido, la vicepresidenta de la Generalitat, Aitana Mas ha señalado este miércoles que la propuesta de reforma fiscal anunciada ayer por el presidente Puig «no está cerrada» sino que se sigue trabajando dentro de Consell y al respecto ha recalcado que la voluntad de Compromís es «acentuar esa progresividad». Mas ha explicado que a ella le trasladaron esta propuesta la noche previa al anuncio de Puig en el debate y ha insistido en que debe tender a que las personas que hagan mayor esfuerzo sean las rentas más altas para «compensar que se pueda ayudar a aquellas familias que verdaderamente lo estén pasando mal y a las clases medias». Pero ha insistido en que es «importante» que se «equilibre» esa propuesta y en ese sentido siguen los trabajos». «Los esfuerzos se deben centrar en las rentas altas para que las bajas y media puedan percibir esta ayuda extra». «Los trabajos técnicos siguen abiertos».

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Puig no quiere polémicas

Por su parte, Puig ha señalado que no quiere «polemizar con nadie» y que apoyan las «reformas fiscales del Gobierno sobre el aumento de la fiscalidad de las grandes fortunas, la fiscalidad de los bancos y las energéticas». Sobre las críticas desde el Gobierno y otros ejecutivos autonómicos, ha dicho que él no está para combatir declaraciones. De hecho, ha señalado que la reforma «no tiene nada que ver con los que intentan hacer 'dumping' fiscal» y «nadie de las clases populares se va a deslocalizar por esta acción fiscal, en absoluto».

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