Urgente Un incendio en un bingo desata la alarma en el centro de Valencia
El presidente del Partido Popular valenciano (PPCV), Carlos Mazón (c), y el líder del Partido Popular, Pablo Casado (d). EFE/MANUEL BRUQUE

Hola, soy Carlos, II parte

Primer gran baño de multitudes para el nuevo dirigente de los populares, que mide hoy su perfil público en la clausura del cónclave

Jorge Alacid

Valencia

Sábado, 2 de octubre 2021, 20:35

Fernando Fernán Gómez, de quien se cumple este 2021 el centenario de su nacimiento, dejó una frase para historia cuando le preguntaron que era para él el cine: «El cine es esperar». Sin saberlo, el inmortal actor enviaba un mensaje desde el ... más allá a los fans del PP congregados este sábado ante el Palau de les Arts, que aguardaban con paciencia cartuja a que se abrieran las puertas y sus compañeros se apiadaran de ellos para que corrieran turno y pudieran entrar a atender las palabras de sus líderes. Para ellos, también la convención del PP consistía en esperar. El verbo que conjugan sus hermanos valencianos desde que despidieron los buenos tiempos y vieron a la izquierda conquistar otro Palau, el de la Generalitat. Esperando, por ejemplo, a Carlos Mazón, su particular Moisés: esperando que el frenesí de ayer derive hoy en un éxtasis aún superior y la plaza de toros (mitad talismán, mitad fetiche) haga su magia. Y que el PPV deje de estar en lista de espera.

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Para que semejante prodigio se materialice, su partido necesita recorrer un itinerario previo que reclama liderazgo que reclama liderazgo, el que promete Mazón, y un suplemento adicional de convencimiento en las propias fuerzas, un factor convocado ayer durante una convención que opera en varias vertientes: el tablero nacional, por supuesto, pero también el frente local. Debe entenderse por lo tanto el cónclave popular como la secuencia definitiva en esa película organizada por el líder del PPV con destino a la jefatura del Consell: la primera escena, los carteles publicitarios que invitan a la ciudadanía a conocer a la alternativa del poder que llega desde el centro derecha (¡Hola, soy Carlos!); y como acto central, este fin de semana que aspira a entronizarle ante la a ciudadanía valenciana. De momento, según cómo late el corazón de los suyos, Mazón es un líder querido. Ahora se trata de que deje de ser un desconocido.

«Le falta algo de carisma», señalaba un treintañero, militante del PP de Valencia como su esposa, quien ahondaba en la misma opinión mientras esperaban a ingresar en el Auditorio. «Camps y Zaplana sí eran líderes natos», añadía ella. «Como Rita o como Ayuso», coincidían ambos. ¿Ven a Mazón en el Palau? Nueva coincidencia: «Por supuesto. La gente está harta del Botánico. La gente quiere cambio». ¿Y Mazón encarna ese cambio? Otra respuesta coincidente: «No importa. La gente no votará a Mazón, votará al PP». En otra esquina, también esperando, otro militante «de base» tenía sus propias ideas: «Mazón representa la regeneración, nos ha devuelto el optimismo a los afiliados». Y una frase como conclusión: «Nos va a sacar de la oscuridad a los valencianos».

Doble tanda de aplausos

Como se observa, en este tipo de actos ocurre que la devoción interna se da como supuesta. Aunque a veces es mucho suponer, como percibió Vicente Mompó durante el discurso inaugural, pronunciado ante un auditorio donde no estaban los principales líderes de su partido. En compensación de ese vacío, recibió la primera gran ovación del día a cargo de un grupo de incondicionales que incluso se puso en pie batiendo palmas. Nada comparado con la descarga de aplausos que arreciaron cuando Beatriz Fanjul, presidenta de Nuevas Generaciones, invocó el espíritu de Rita Barberá. Alguna lágrima se escapó.

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El aplausómetro se había puesto a funcionar también a la entrada, donde esperaban militantes llegados desde cada rincón de España, que fueron graduando su entusiasmo mientras veían desfilar a su dirigencia, incluido el propio Mazón, que llegó en solitario a la sesión de tarde, se arremangó en la entrada para ayudar a dos trabajadores a retirar un atril y dejó de recuerdo esta frase de uno de sus admiradores: «Ya lo ve usted, es un político directo y cercano. Sólo tiene que darse a conocer».

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