La falta de equipo de Diana Morant lastra su influencia orgánica y debilita el discurso del PSPV

La derrota en el congreso de Valencia ha devuelto el foco al liderazgo de Diana Morant. La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades y secretaria general de los socialistas valencianos viene cosechando en los últimos meses toda una serie de patinazos que debilitan su posición política: en Madrid, con polémicas que salpican a su ministerio; y en la Comunitat, con fracasos orgánicos como este último, y con un debate cada vez menos soterrado respecto a si debe ser ella, o la delegada del Gobierno Pilar Bernabé, la que se erija en principal referencia política del partido.

Morant, claro está, pasa buena parte de su tiempo en Madrid, al frente del ministerio de Ciencia. En la Comunitat, sus visitas son esporádicas y no siempre reciben la atención mediática que el PSPV esperaría. Las dos referencias políticas de las que dispone el partido, la propia Bernabé y el portavoz parlamentario José Muñoz, ya «vuelan por libre» a ojos de una fuente del PSPV. Morant encuentra dificultades para que su discurso encuentre espacio propio en la Comunitat. Y su equipo tampoco acaba de localizar la forma de superar esa situación.

¿Y quién forma parte de ese equipo? La líder del PSPV cuenta con un pequeño núcleo de colaboradores, según las fuentes consultadas por este diario, como su personal de más confianza, aquel con el que plantea estrategia y toma decisiones de agenda. Un entorno en el que el vicesecretario de Organización Vicent Mascarell, de Gandia como Morant, juega un papel clave en todo lo referido al funcionamiento del aparato socialista. De hecho, es Mascarell es uno de los principales señalados por la derrota de Raga en las primarias del PSPV de la provincia de Valencia.

Morant cuenta en su equipo más cercano con Antoni Benito, natural de Alcàntara del Xúquer –tiene relación familiar con el verterano Toni Such- y que trabaja en el Ministerio de Ciencia. Con Lydia del Canto, secretaria de Estado de Comunicación, «se consulta todo», se señala desde el PSPV. Morant, a su llegada a la secretaría general del PSPV 'repescó' a Del Canto para las labores del partido, antes de que Sánchez la fichara para la Moncloa, y desde entonces mantiene una estrecha relación. Anaïs Menguzzato también está considerada como una de las personas más cercanas a Morant. Ejerce las funciones de directora de gabinete de la secretaria general del partido, pero con una falta de recursos humanos más que evidente, que le obliga a multiplicarse. Tania Baños es la primera vicesecretaria, pero bastante tiene con atender el día a día del Ayuntamiento de La Vall d'Uixó.

Y muy poco más. Morant cuenta con equipo en el ministerio, pero se hace evidente que en el partido le faltan recursos. Una situación que contrasta con otras esferas e instituciones controladas o con representación del socialismo valenciano, que disponen de bastante más capacidad para fichar persona del confianza y construir equipos. Algunas fuentes vinculan, de hecho, el interés por lograr la victoria en el congreso provincial de Valencia –sumado a la enmienda aprobada en el último congreso socialista sobre el personal eventual adscrito al partido- al intento de poder situar en esos puestos de libre designación a personal que se pudiea integrar en el equipo de Morant. Ni que decir tiene que la operación, fuera o no esa, acabó en fracaso.

Algunas fuentes socialistas aseguran que la propia Morant ha expresado esta misma queja en algún ámbito del partido. El reconocimiento de una situación política en precario, agravada por una agenda que limita su presencia en la Comunitat, y que le lleva a protagonizar patinazos destacados. Desde el de pretender encabezar la delegación valenciana al congreso federal y mantener su cargo en la dirección del PSOE, a impulsar un candidato para tratar de tumbar al líder provincial y no lograrlo. Y como último 'éxito' esa foto con Raga y Bielsa en un intento de aparecer de pacificadora del partido que nadie entendió ni acabó de creerse.

Las fuentes consultadas por este diario –y que no están alineadas con Morant- alertan de las consecuencias que puede tener esta situación. Morant se ve ahora en el medio de un fuego cruzado en el seno de su partido, debilitada políticamente a pesar de ser la primera mujer que ocupa la secretaría general del PSPV. Sin recursos para imponer ni su discurso ni su estrategia, incapaz de aprovechar en beneficio propio la más que cuestionable gestión del Consell durante la dana –asunto del que Bernabé está extrayendo toda la rentabilidad política-. Un equipo pequeño, con varios de sus miembros en Madrid, sin contacto con el día a día de la Comunitat, que es el que sí que tienen el portavoz parlamentario y, sin ninguna duda, la delegada del Gobierno. «Es como si la hubieran dejado caer», llega a considerar una fuente del partido, en alusión a la falta de equipo y de tensión política en el entorno de Morant.

A esta misma situación se atribuye el vaivén de los socialistas valencianos con el anuncio de una moción de censura en Les Corts contra Carlos Mazón. Una iniciativa en la que el PSPV parece ir a remolque de Compromís, mucho más decidido que los socialistas a presentarla, aún a riesgo cierto de no poder sacarla adelante. En todo caso, un golpe de efecto para hacer visible la situación de jaque que arrastra el Consell, que la dirección de Morant no acaba de impulsar ni de descartar.