La Fiscalía se desmarca de la decisión de la tutela de los hijos de la víctima del ex de Oltra

Igualdad siempre ha tenido dudas a la hora de adoptar decisiones de mayor calado en el caso de los dos pequeños. De hecho, en un momento dado incluso llegó a preguntar a la Fiscalía de Menores qué hacía con los dos pequeños cuando esa decisión compete exclusivamente a la Administración. Todo por temor a que cualquier medida se interpretara como ‘venganza’ por la investigación abierta contra Oltra.

Fuentes de la Generalitat precisaron el pasado miércoles que la medida había sido consensuada con la propia Fiscalía de Valencia. Sin embargo, el ministerio público ha emitido este jueves un comunicado en el que niega esa participación. «La competencia para declarar una situación de desamparo y asumir la tutela es exclusiva de la Generalitat», subraya.

De igual modo, rechazan que ellos hayan «colaborado o consensuado» la tutela de los menores. «No es misión de la Sección de Menores de la Fiscalía más actuaciones que las estrictamente institucionales».

Igualdad se ha visto sorprendida por la reacción del ministerio público. Fuentes del departamento autonómico precisaron que se referían a que la Fiscalía era conocedora de esta nueva situación.

La actuación de la Generalitat ha desembocado en el triste desenlace de que los hijos de Tanco deberán pasar también por centros de protección al igual que ella durante buena parte de su infancia y adolescencia. Un drama que suele repetirse en este tipo de familias.

El último episodio que sufrieron los niños fue un ingreso hospitalario del más pequeño al detectar cocaína en su organismo. La Policía detuvo al padre de los niños, que quedó en libertad tras comparecer en el juzgado de guardia imputado por delitos de abandono de menor y otro contra la salud pública.

Lo habitual cuando se produce un caso de este tipo es asumir la tutela de los pequeños. Pero la Conselleria de Igualdad, tras ese episodio, llegó a un acuerdo con la madre, una serie de condiciones que la joven se comprometió a cumplir y que consistían, en líneas generales, en que los menores debían permanecer con ella y en casa de la tía de la progenitora como condición para no intervenir con mayor severidad en la protección de los menores. Una circunstancia que finalmente ha sido inevitable.

La joven madre padece desde su mayoría de edad graves problemas económicos. Por un lado ha pasado buena parte de los últimos dos años sin trabajo, y recientemente fue despedida de su última ocupación, al parecer, por ausencias injustificadas. La relación sentimental con el progenitor se había terminado antes del episodio de las drogas.