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Desde hacía unos días los bomberos de Valencia transitaban por los pasillos de Les Corts revisando las instalaciones. Una actuación rutinaria. O no. A las 11:30 horas se ha producido un hecho insólito en décadas. La presidenta de Les Corts, Llanos Massó, ha ... pedido a los 90 diputados que participaban en un pleno ya de por sí bastante calentito (debate de tres leyes del PP y Vox, sobre Educación, À Punt y Antifraude) que desalojasen el hemiciclo.
Desconcierto general. Caras de sorpresa entre sus señorías. Pero no mucha, porque hay mucho veterano curado ya de espanto en todo lo relacionado con la política. Quizá lo único que le faltaba a Les Corts a celebrar era un simulacro de incendio en plena sesión parlamentaria. Ahora ya sí que se ha visto todo en el parlamento valenciano.
Isaura Navarro, de Compromis, con un brazo en cabestrillo, la socialista Laura Soler en su silla de ruedas… todos fuera, a la calle Navellos, junto a los ujieres, el personal administrativo de la Cámara. Todos pisando calle, literalmente.
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La presidenta de Les Corts, Llanos Massó, a través de un comunicado ha señalado que «el simulacro que se ha realizado en Les Corts durante la celebración del pleno ha sido todo un éxito. Pese a la cantidad de gente que se encontraba en el hemiciclo; ujieres, asesores de los grupos, periodistas, diputados, invitados … la salida ha sido rápida y muy ordenada».
«No quiero dejar de felicitar a todos los implicados en el simulacro, porque con su buen hacer han conseguido mantener la calma y seguir las indicaciones de los responsables hasta salir del edificio y llegar a los puntos de encuentro», ha indicado la presidenta, tras una actuación que se ha resuelto con el vaciado del edificio en apenas tres minutos y el retorno de los diputados un cuarto de hora después. Tras el simulacro, todo ha vuelto a ser como siempre, lo que es difícil decir si es bueno o malo.
Massó ha concluido considerando que «este simulacro ha sido una muestra más de lo bien que se trabaja en este parlamento, de lo controlada y cuidada que está la seguridad de sus trabajadores y de lo bien que trabajan los servicios de emergencia». Desde luego, nadie puede decir que los protocolos habituales no se cumplen, pues los guardias privados de seguridad hasta perseguían a periodistas para sacarles del edificio porque, tras el simulacro, no podían entrar por la puerta principal como los diputados y la plantilla de la Cámara, sino por la puerta de atrás, al otro lado del edificio. En Les Corts siempre ha habido clases.
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