JC. FERRIOL MOYA
Domingo, 25 de abril 2021
La gestión de la pandemia y de la crisis sanitaria, social y económica que ha generado, la hemorragia abierta en Cs por la fuga de algunos de sus más destacados dirigentes tras pactar con el PSOE la fallida moción de censura en Murcia, el debate sobre el liderazgo en el PPCV... son algunas de las claves más destacadas de un curso político que llega al ecuador de la legislatura con un escenario convulso, del que sale beneficiado en particular la formación que lidera Ximo Puig.
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Según la encuesta elaborada por Sigma Dos para LAS PROVINCIAS, si ahora se celebraran elecciones autonómicas los socialistas valencianos no sólo volverían a ser el partido más votado, sino que además obtendrían entre 4 y 6 escaños más. Un resultado más que positivo para el PSPV, al que la gestión de la pandemia no sólo no pasa ninguna factura, sino que le refuerza. Y que, además, amplia el margen de maniobra del Palau de la Generalitat para afrontar la segunda mitad de la legislatura con garantías, sin borrar una posible hoja de ruta que incluyera un adelanto electoral en 2022 como se vaticina desde algunos ámbitos.
Todo lo que mejora el PSPV contrasta con el resultado de Compromís, que sufre un cierto desgaste que le podría llevar a perder hasta dos escaños en el peor de los escenarios, y con el retroceso de Podemos, más cerca que nunca del precipicio que supone la barrera del 5% que permite el acceso a Les Corts. El sondeo, de hecho, abre la puerta incluso a una eventual coalición a dos, entre PSPV y Compromís, que podrían llegar a sumar los 50 escaños que marcan la mayoría absoluta.
Los resultados del sondeo, en sus titulares principales, refuerzan a los dos partidos políticos tradicionales en un escenario de creciente polarización. El PP valenciano, sacudido por el debate abierto sobre el liderazgo de Isabel Bonig y la apuesta de la dirección nacional por Carlos Mazón, mejora sus resultados de forma sustancial, como consecuencia directa del desmoronamiento de Cs. 8 escaños más, hasta llegar a los 27, es un resultado a tener muy en cuenta. Pero lo sería más si... la suma de los escaños del bloque de centro derecha se acercara a la mayoría absoluta.
Y no sólo no es así, sino que es justo al contrario. El batacazo de Cs, que tras la marcha de Toni Cantó se deja 13 de los 18 diputados que logró en 2019 y que, como Podemos, se asoma al límite del 5% de los votos, merma las opciones del centro derecha. Porque el significativo crecimiento de Vox, de entre 3 y 4 escaños, no es lo suficientemente contundente como para que la suma del centro derecha valenciano dé para recuperar la Generalitat.
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De hecho, el Botánico se mueve en una horquilla de entre 51 y 56 escaños -ahora tiene 52-, gracias al crecimiento del PSPV. Por su parte, la derecha se alejaría de la mayoría absoluta, como consecuencia en esencia del descalabro de Cs, hasta quedarse entre 45 y 46 escaños -ahora 47-.
Esos serían los titulares. La letra pequeña constata que los seis años de gobierno de Ximo Puig en el Palau de la Generalitat no le generan desgaste alguno. Ni los efectos de la gestión de la pandemia -respaldada en su ámbito sanitario pero cuestionado en el que tiene que ver con las ayudas económicas para los sectores productivos más afectados-, ni el caso judicial que afecta a su hermano Francis Puig. Ni tan siquiera las crecientes y cada vez más públicas discrepancias con sus socios del Gobierno en el Botánico.
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Puig y el PSPV logran parte de los escaños que cede Cs, eso sí, sin llegar a capitalizar la mayoría de ellos como sí le ocurrió a Salvador Illa en las elecciones catalanas. Pero, especialmente, se beneficia del desgaste de sus socios de Gobierno. Los entre 4 y 6 escaños que mejora coinciden en buena medida con los hasta cinco diputados que pueden ceder Compromís y Podemos.
El éxito de Puig, muy en primera persona, le deja las manos más libres para impulsar su hoja de ruta, tanto en el ámbito político como en el orgánico. El líder del PSPV afrontará previsiblemente a finales de año el congreso en el que renovará su liderazgo y en el que, a la vista del creciente entendimiento con José Luis Ábalos, no parece que vaya a tener adversario.
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Puig se refuerza, mientras Mónica Oltra... se estanca. La vicepresidenta del Consell llega al ecuador de la legislatura a la defensiva, obligada a defender la gestión de su conselleria de las críticas de los tribunales de justicia en el caso de la condena por abusos a su exmarido. Su partido, Compromís, presenta síntomas de agotamiento, los mismos que abren la puerta a ese debate de la renovación que día tras día va ganando espacio en esa formación. La vicepresidenta, a quien se le atribuía en 2015 un valor político y un tirón electoral que no ha terminado de demostrar, comienza a sentir las voces de quienes creen que debería plantearse su futuro en otro ámbito institucional que no fuera el de la política autonómica.
El escenario Botánico lo completa Podemos y un derrumbe que le deja al borde de no entrar en Les Corts. El partido de Pablo Iglesias comprueba en primera persona la incoherencia de un discurso nacido para sostenerse fuera de las instituciones, como altavoz populista de los más desfavorecidos, con una gestión invisible, la de sus representantes en el Consell, marcada por nombramientos de partido que casan mal con ese discurso de 'la gente y la casta'. Los permanentes cambios de portavoz en la formación que ahora dirige Pilar Lima son fiel reflejo de un retroceso que no se detiene.
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En el centro derecha, el crecimiento del PP es a costa de la caída de Cs, pero sin llegar a los niveles de semi absorción de la formación naranja que se observan en la Comunidad de Madrid. La mejora de la formación que aún lidera Isabel Bonig deja, no obstante, un escenario que le aleja del Consell, porque la suma con Cs y Vox no supera en el mejor de los casos los 46 escaños. Un resultado que situara al PPCV en empate técnico o con muchas más opciones de gobernar podría complicar los planes de la dirección nacional para sustituir a Bonig por Carlos Mazón. Pero ese no es el resultado que aparece en el sondeo. El PPCV crece por el descalabro de Cs, pero no parece generar la movilización suficiente como para acercarse a la mayoría. Los populares mejoran su posición, pero el centro derecha no. Por circunscripciones, por cierto, es la de Alicante la que genera mejores resultados para el centro derecha, con 17 de los 35 escaños en juego.
Vox también refuerza su posición en la Comunitat. El partido de Santiago Abascal avanza entre 3 y 4 escaños, en línea con la mejora de ese partido en Cataluña. Con un porcentaje de voto del 13,6%, consolidada como cuarta fuerza política, la falta de visibilidad de su acción política en Les Corts no le lastra en ningún caso, y se beneficia de un discurso cada vez más contundente del partido contra el Gobierno de Pedro Sánchez.
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El batacazo de Cs en la Comunitat se agrava más si cabe por la marcha de Toni Cantó a Madrid. El exlíder del partido, ya incorporado con naturalidad a las filas populares, deja un significativo vacío tanto en el discurso como en el liderazgo de la formación naranja. Cantó no despeja las dudas de si regresará a la política valenciana. Pero lo que parece claro es que, si lo hace, será con el PP de la Comunitat.
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