m. hortelano / m. balín
Viernes, 8 de mayo 2020
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Nadie se lo esperaba. De hecho, el plan ideado por el Gobierno valenciano, con la Comunitat dividida en 24 zonas, se había diseñado para que los departamentos que se quedaran atrás fueran los menos y permitieran a las zonas con mejores datos pasar a la fase 1. Sin embargo, sólo 10 de esas 24 zonas pasarán el lunes a la fase 1. La apuesta por estas zonas sanitarias puede acabar por convertirse en un caos, visto el resultado del reparto de fases hecho por el Gobierno central, ya que las áreas que estarán en mejores condiciones desde el lunes no se corresponden con las provincias, de mayor conocimiento para los ciudadanos. Por hacernos una idea, un ciudadano de Gandia estará en fase uno con los beneficios que ello conlleva, pero si trabaja en Valencia, ahí la fase será aún la cero.
Fuentes del Consell creen que el Gobierno ha penalizado a las grandes ciudades con datos de mayor población. El propio Ministerio de Sanidad ha hablado de la densidad de población y la movilidad como grandes condicionantes para el pase de pantalla. Otras fuentes consideran que la incidencia acumulada en los últimos 14 días y el número de sospechosos en seguimiento han pesado en la decisión del Gobierno, aunque los datos valencianos son mucho mejores que otra comunidades como la vasca. El problema es que la Comunitat se había mostrado optimista para que casi todas sus zonas avanzaran. El propio presidente de la Generalitat, Ximo Puig, así lo había manifestado en los últimos días y la propia consellera de Sanidad, Ana Barceló, había dejado ver que igual algunos departamentos se quedarían atrás, pero se había deslizado que podrían ser los que presentaban peores cifras. En el Consell nadie disimula su asombro por la decisión del Gobierno. Un asunto casi de geopolítica. «Han necesitado sacrificar a una comunidad socialista para justificar el no a Madrid», decían los mas críticos.
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El Ministerio de Sanidad dio a conocer anoche la lista de indicadores que ha valorado para la evolución de los territorios a la fase 1. Son 16 criterios que los técnicos han analizado de forma conjunta tras contraponer unos con otros, tanto de forma cuantitativa como cualitativa, y marcando en la mayoría una nota de corte. Los criterios sanitarios para valorar la transmisión del coronavirus son: número de reproducción del virus en función de un periodo de tiempo; número de casos confirmados por el test PCR los últimos siete días; incidencia acumulada la última semana; porcentaje de casos sospechoso con test PCR; y tasa de positividad de esos casos.
Los indicadores para valorar la gravedad de la enfermedad son: número de hospitalizados en los últimos siete días y porcentaje de ocupación; número de casos en las UCI en la última semana y porcentaje de ocupación; número de fallecidos en cada provincia y tasa de letalidad en los últimos siete días.
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Por último, los indicadores para analizar las capacidades de detección y respuesta son: número de camas de UCI por cada 10.000 habitantes; número de camas de pacientes agudos por cada 10.000 habitantes; capacidad de atención primaria para el diagnóstico precoz (posibilidad de hacer test PCR a todos los sospechosos); o disposición de protocolos de actuación para las residencias de mayores, entre otros.
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