Dos Gobiernos a dos velocidades

Las cosas de palacio van despacio. Y si se trata de las del Palau de la Generalitat, casi ni se mueven. Sólo hay que ver el relajo con el que Presidencia se está tomando la cobertura de las plazas de alto cargo que a estas alturas del primer año de legislatura todavía quedan sin cubrir. Una velocidad que contrasta con la del Gobierno central, en manos de PSOE y Unidas Podemos, que ha terminado de completar casi la totalidad de su segundo escalón, según fuentes del Ejecutivo. Una circunstancia que, además, había servido de excusa al Consell para no completar el suyo, a la espera de conocer los cargos que quedaban fuera del organigrama madrileño. Y las bajas, han sido variadas, aunque de momento no han sido recolocadas en puestos de la Administración valenciana. Sin ir más lejos, la número dos de Interior, Ana Botella, cesó en su puesto, como también la secretaria general de Vivienda, Helena Beunza, o el director de la oficina para la Agenda 2030, Federico Buyolo. Algunos de esos nombres habían sonado para rellenar el cuerpo de altos cargos del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, pero fuentes del Ejecutivo aseguran que se busca salida para varios de ellos en la capital. De hecho, en Beunza se había pensado para la Coordinación de Presidencia, mientras que Buyolo podría haber asumido la representación de la Comunitat en Madrid. Pero no se ha dado ningún paso en este sentido.

En concreto, en la Generalitat hay actualmente cuatro puestos de alto cargo vacantes: tres en Presidencia y uno en Innovación. Los tres puestos vacantes que dependen del Palau no existían en la legislatura anterior como tales, ya que forman parte de la nueva estructura fruto de la negociación del Botánico. La casuística para no cubrir los puestos ha sido distinta según las fuentes consultadas. Pero, nueve meses después de que se repartiera el organigrama, Presidencia no parece tener prisa en cubrir las tres plazas, y el Gobierno central ya ha cubierto casi todos sus huecos, por lo que las cartas ya están boca arriba.

En el caso de la dirección general de Coordinación de Presidencia el caso es curioso, ya que esa figura existe también en las dos vicepresidencias del Consell, la que ostenta Mónica Oltra y la que ocupa Rubén Martínez Dalmau, pero en ambos casos se nombró titular en cuanto se crearon las áreas. Relaciones Informativas está desdoblada de otra dirección general de la pasada legislatura, igual que Relaciones con las comunidades, que sale de la Secretaría autonómica de Unión Europea y Relaciones con el Estado que ostenta Joan Calabuig.

En Innovación permanece vacante desde hace un mes la dirección general de Ciencia e Investigación, después de que la entonces directora, Carmen Bevià, ascendiera a la Secretaría Autonómica de Universidades que dejó vacante tras su dimisión, Rafael Tabarés.

El crecimiento del número de direcciones generales respecto del anterior Ejecutivo –se pasó de 56 a las 85 actuales– provocó la creación de numerosas áreas con competencias similares o casi inexistentes, pero a la vista del retraso, también de áreas sin las que el Botánico puede funcionar casi un año.

Tampoco se han cubierto, hasta la fecha, todas las plazas directivas de las empresas del sector público y algunas de las que sí se han cubierto se han hecho con incluso problemas administrativos, como en el caso de la entidad pública de Vivienda, que a día de hoy, sigue sin tener regularizados los dos nombramientos que ha efectuado o tratado de efectuar en las últimas semanas.

El problema para el Botánico II no es sólo la dificultad para ir asumiendo algunos nombramientos, sino el elevado número de fugas que en tan sólo nueve meses han puesto ya en entredicho la estabilidad del Ejecutivo valenciano. Y es que desde que echó a andar, ya ha habido diez fugas por los motivos más variopintos. En concreto, ha habido salidas en Innovación, Agricultura, Vicepresidencia y Políticas Inclusivas, Vicepresidencia segunda y Vivienda, Justicia y Transparencia y en Política Territorial.