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La política une. En muchos casos, en sentido estricto. Pero lo cierto es que entre nuestros gobernantes, de todo signo y color, podemos encontrar numerosas relaciones personales que se han ido tejiendo a lo largo de los años. Son la gran familia de la política valenciana. Numerosos lazos de sangre, sentimentales o de gran amistad que en algunos casos han sido fruto, precisamente de sus posiciones. Muchos de ellos se han conocido en sus partidos, otros, en los cargos que ocupaban en las instituciones. A otros, la relación les viene de familia, y otros, a pesar de que en su día fueron pareja, mantienen una relación de amistad a prueba de bombas políticas.
La endogamia en política no es aislada. Toca a todos los partidos y al final es casi un síntoma más de que los gobernantes se acaban moviendo el círculos cerrados que trasladan su entorno laboral al familiar. Los cruces llegan incluso a traspasar instituciones, con familiares y parejas en ayuntamientos, diputaciones y Generalitat. En estos momentos, sólo con el actual organigrama institucional, hay más de una veintena de casos en los que los parentescos forman parte del día a día de algunos departamentos. Sin embargo, en casi todos los casos, los cargos trabajan juntos pero no revueltos. En otros casos, los apellidos pesan casi tanto como el puesto de responsabilidad, que parece pertenecer a las sagas.
En definitiva, nuestros políticos se han tomado en serio la expresión de que el roce hace el cariño y han convertido las instituciones en una gran familia: la de la política valenciana.
El PSPV de Castellón fue especialmente crítico con la política de contratación de Carlos Fabra en la Diputación. La hija del entonces presidente, Andrea, incluso dio el salto a un escaño en Madrid. Doce años después el PSPV ha recuperado la corporación y se ha estrenado nombrando asesores a Josep Simarro, hijo de la alcaldesa de Burriana y a Daniel Garcés, pareja del alcalde de Alcora.
Las relaciones familiares siempre han dado puntos en las 'oposiciones' a cargo público. O al menos a puestos de libre designación. Algunos de ellos perduraron en el tiempo y se consolidaron como personal fijo. Pero el mundo familiar ya sobrevoló la política valenciana desde el principio de los tiempos. Una hermana de Rita Barberá ocupó el puesto de jefa de gabinete de Alcaldía mientras su hermana ostentaba la máxima responsabilidad municipal. También en su equipo, su número dos, Alfonso Novo, tenía a su pareja asesora en una empresa pública dependiente del Consistorio. El actual alcalde, Joan Ribó, tenía a su mujer en un puesto de libre designación del conseller Marzà. Una operación parecida, pero que no cuajó fue la de situar al marido de la exconsellera de Sanidad, Carmen Montón, al frente de la empresa pública Egevasa. Otra familia histórica lleva el apellido Císcar. Consuelo, exdirectora del IVAM, es mujer del exconseller Rafael Blasco y hermana del exnúmero dos del PSOE Ciprià Císcar.
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