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Diana Morant, Àgueda Micó, Carlos Flores y Esteban González Pons, durante el debate. Jesús Signes

Los grandes partidos se comprometen a luchar por la financiación de la Comunitat

La tensión por la política hídrica marca el debate entre los candidatos por Valencia al Congreso

Joaquín Batista

Valencia

Viernes, 14 de julio 2023, 00:22

El debate organizado por LAS PROVINCIAS y la Cadena COPE con los cabezas de lista al Congreso por Valencia puso la guinda a una jornada intensa desde el punto de vista político. Si alguien pensaba que iba a discurrir por el terreno de la cordialidad se equivocó. Cierto es que se encontró algún punto en común, como el propósito de enmienda para pelear por desbloquear el nuevo sistema de financiación autonómico, pero también hubo tensión, y mucha, entre los candidatos del PP, Esteban González Pons, y del PSOE, Diana Morant. Y de esta con Carlos Flores (Vox) que se movió con comodidad ante los ataques y a la hora de armas sus réplicas. Por su parte Àgueda Micó, la número 1 de la coalición Sumar en la que se integra Compromís, jugó la baza de visibilizar sus propuestas como voz diferenciada de los valencianos en Madrid.

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El salón Ausias March de la Fundación Bancaja fue el escenario del encuentro de los cuatro candidatos, que estuvo moderado por el periodista Vicente Ordaz. Como en las anteriores citas, se organizó en cuatro bloques, empezando por el de economía y fiscalidad. Fue Morant la primera en intervenir, declarando que no iba a dirigirse a «un candidato condenado por violencia machista» antes de sacar pecho de los datos de empleo, de la mejor tasa de inflación en comparación con Europa o de la llegada de los fondos Next Generation.

González Pons: «No más separatistas y 'separadores' tomando decisiones»

Sus primeras intervenciones estuvieron acompañadas de datos extraídos del INE y de Eurostat para atacar los argumentos de Morant sobre la gestión del Gobierno. Hizo autocrítica por no haber contribuido a sacar adelante un nuevo modelo de financiación y aprovechó su tiempo para colar medidas del programa: reducciones de IRPF, de IVA en alimentos básicos, mismas exigencias sanitarias que las que se imponen a los agricultores españoles o revitalizar la actividad agrícola para combatir el cambio climático fueron algunas. También las colocó en su intervención final: tren de la costa, supresión del paso a nivel en Alfafar o apertura del Turia al mar. «Feijóo ofrece una política humilde y realista. Del divide y vencerás pasaremos al unidos venceremos. Debemos recuperar las políticas de estado y el estado de la buena política. No más separatistas y 'separadores' tomando decisiones por todos», dijo.

Micó habló de la contraposición de modelos -sistema progresivo en favor de los que menos tienen-, Flores se centró en las medidas de Vox para «una bajada drástica de la presión fiscal que llene los bolsillo de los ciudadanos» y González Pons contradijo las afirmaciones de la socialista, alegando que la inflación ya era alta antes de la guerra y afeando las elevadas las tasas de desempleo, especialmente entre los jóvenes. «Para ver la economía real hay que tener los pies en el suelo y no en la alfombra del Falcon», dijo, antes de apostar por bajadas de impuestos.

La financiación autonómica -segundo bloque junto a las políticas sociales- sirvió para atemperar los ánimos. La candidata de Sumar dijo que Compromís había sido el principal puntal de la Comunitat en esta reivindicación antes de proponer a los presentes la exigencia de una mejora transitoria e inmediata antes de pactar el nuevo modelo.

Diana Morant: «Nos jugamos quién se coloca al lado del que gobierne»

Defendió la situación económica de España frente a la visión «catastrofista» del PP, salpicando sus turnos de medidas adoptadas por el Ejecutivo. También entonó el mea culpa en relación a la financiación y defendió el avance del corredor mediterráneo bajo el paraguas socialista en el apartado de infraestructuras, en el que le resultó complejo rebatir la cuestión de los peajes. Pero sin duda su estrategia pasó por buscar la vinculación entre el PP y Vox. «Vamos a salir a pararles los pies a la ultraderecha y al caballo de Troya que es el PP», dijo. Insistió en la misma idea en sus últimos minutos. «No jugamos quién gobierna, quién se coloca al lado y qué programa tiene. Vox es un peligro para las instituciones, los derechos y la democracia», señaló, antes de hacer un llamamiento «a las personas moderadas y de centro que quieren igualdad y son respetuosas con la diversidad».

González Pons hizo autocrítica sobre la no renovación del sistema - «ni PP ni PSOE nos entendimos, no hubo diálogo entre las grandes fuerzas»- antes de señalar que deberían «comprometerse a trabajar juntos en el Congreso, porque sin el PSOE no vamos a ninguna parte». «Sorprendentemente le doy la razón. No hemos estado a la altura para cambiar un modelo que no es justo para la Comunitat», coincidió Morant. «Los grandes partidos tenemos que acabar con las contradicciones territoriales y avanzar por el bien común de los valencianos», añadió.

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El verso suelto fue Flores. «Hay que poner al ciudadano en el centro. No quiero que la Comunitat tenga más o menos financiación, sino que ciudadanos de La Rioja y de Valencia tengan los mismos derechos en salud o transportes», aportó, después de decir que los grandes partidos son «congregaciones de barones locales».

Carlos Flores: «Rogaría que nos escuchen, somos un partido fiable»

El candidato se defendió de los ataques de Morant, a la que se refería en el tramo final como «su excelencia» tras la crítica de la socialista al tratamiento que le daba González Pons. Colocó bastantes ideas económicas del programa (deducciones por IRPF, por hijos, por alquiler, reducción de impuestos en productos de primera necesidad) y se puso de perfil con la financiación desmarcándose de sus tres rivales, pues no llegó a hablar de pactos ni de consensos. También lo hizo en el apartado de infraestructuras, en el que pidió entrar en otros temas como la unidad nacional, la política exterior, el modelo europeo o el «problema migratorio». «Rogaría a los valencianos que escuchen a Vox, pues se escucha a muchos hablar de Vox. Descubrirán un partido fiable que tiene un programa y lo cumple. Un partido serio y responsable a la hora de resolver problemas», finalizó.

Se pasó a continuación a la cuestión de las infraestructuras. Se habló del mayor (PSOE) o menor (PP) desarrollo del corredor mediterráneo, pero el punto crítico fue vuelta los peajes en 2024 -salvo en Cataluña, País Vasco y Navarra- que sacó a colación González Pons para atacar a Morant, al ser una medida incluida por el Gobierno a cambios de fondos del Plan de Resiliencia y Recuperación de la UE. A Morant le costó salir del paso, aunque replicó que liberaron las autopistas y defendió que «se están renegociando hitos con Europa, y uno de ellos es este».

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Las aguas estaban a punto de salir de su cauce, nunca mejor dicho, porque llegaba el tema hídrico, el más conflictivo entre los dos grandes partidos. Justo antes del cambio de tercio Morant afeó a González Pons que le llamara, tato a ella como a Micó, por su nombres de pila, dando por contra tratamiento de señor a Flores, algo que el popular negó. Desde entonces se refirió a ella como «señora ministra».

Àgueda Micó: «Queremos un gobierno que siga al lado del trabajador»

Fue la única que habló en valenciano. Apostó por la jornada laboral de cuatro días, pidió nuevos incrementos del salario mínimo y defendió un impuesto a la grandes fortunas como parte del modelo de fiscalidad progresiva para garantizar los servicios públicos. Ensalzó el trabajo de Joan Baldoví y exigió de manera inmediata un sistema transitorio que corrija el déficit de financiación de la Comunitat hasta que se pacte el modelo definitivo. También reclamó las competencias en Cercanías, el tren de la costa, el eje ferroviario por Zaragoza hasta Bilbao y un modelo energético sostenible. Además, exigió paralizar los trámites de ampliación del puerto hasta que haya una nueva declaración de impacto. «Queremos conformar un gobierno de izquierdas valiente que siga apostando por los trabajadores y ser la voz de los valencianos que tienen miedo de los discursos de odio», terminó.

Con el trasvase Tajo-Segura la tensión alcanzó su punto máximo. «Les gusta mangonear con las lenguas y con las banderas tanto como con el agua», dijo Morant, antes de afirmar que los únicos que «cerraron el grifo» del trasvase Tajo-Segura fueron los populares entre 2017 y 2018 (con Rajoy). González Pons sacó la artillería con el último plan de cuenca, el de 2022 -«un recorte que aprobó usted desde el consejo de Ministros y del que hasta se quejó Puig»- para deslizar a continuación que la política hídrica del PP fue la del Plan Hidrológico Nacional. «¿Alguien en esta sala, aparte de la ministra, no sabe que lo derogó Zapatero?», se preguntó. Morant había alegado que fue sido necesario actuar por sentencias judiciales en relación a los caudales mínimos.

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