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La supuesta estafa del delegado comercial de la Generalitat en Marruecos precipitó los planes del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE) de cerrar la sede en Casablanca, pero también la de Moscú ... . Se trata de las únicas delegaciones propias que el Consell mantenía activas hasta la fecha después de un paulatino proceso de desmantelamiento del resto de dependencias repartidas por el mundo.
Los trámites para clausurar las citadas sedes se han encontrado, no obstante, con todos los problemas que genera una guerra. La invasión rusa se produjo justo en el momento en el que la Generalitat estaba buscando una gestoría para proceder al cierre y cumplir con todos los requisitos legales. El conflicto comenzó a mitad de estos contactos, lo que retrasó esta primera fase.
La Generalitat, por otra parte, ya ha despedido a los dos trabajadores con los que contaba la delegación: el director y su asistenta. El fin de la relación se ha producido de mutuo acuerdo; sin controversias económicas. De hecho, al máximo responsable se le abonarán todas las gestiones que puedan ser necesarias hasta el cierre definitivo de la sede.
Otro de los problemas que han lastrado la decisión de la Generalitat fue el envío de la documentación, que debía ser original. El correo no garantizaba que se cumplieran los plazos de entrega en Moscú porque como consecuencia del conflicto se estaban registrando numerosos problemas en las entregas del material. Tampoco fue posible utilizar la valija diplomática para trasladar el material. Finalmente un particular que se trasladaba a la capital rusa por motivos personales pudo llevar directamente la documentación.
Tras el cierre, la idea de la Generalitat era externalizar el servicio, es decir, contratar a una empresa para que hiciera esa labor de intermediación entre las firmas rusas y las sociedades valencianas. Pero esto, de momento, se ha paralizado por la cancelación de todas las relaciones comerciales con Rusia tras las sanciones económicas impuestas por la invasión de Ucrania.
La decisión de cerrar ambas sedes, Marruecos y Moscú, se produjo tras detectarse la supuesta estafa en Casablanca por parte del director de la oficina, Housni Hicham. El informe final de la auditoría, encargada por el propio Ivace, arroja un fraude de unos 200.000 euros. Existen varios procedimientos abiertos para tratar de recuperar la mayor cantidad del dinero desviado por el responsable. Hicham presuntamente falsificó numerosas facturas, junto con la contabilidad de la delegación, para mantener su plan delictivo.
La red de oficinas propias en el exterior -la Comunitat llegó a tener 28 instalaciones repartidas por medio mundo- supuso en su momento un desembolso de 4,5 millones de euros. Ya entonces, con el PP en el Gobierno de la Generalitat, se inició una paulatina apuesta por el cierre oficinas propias. Con la llegada del Botánico, en 2015, tan sólo se mantenían tres delegaciones: China, Rusia y Marruecos. La primera en desaparecer fue la de Shanghai por su elevado coste económico. El fraude en Marruecos finalmente ha impulsado la desaparición total de este modelo.
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