Mireia González
Jueves, 3 de agosto 2023, 01:45
Como en la mayoría de crisis dentro del seno de un partido político, las rupturas internas comienzan con la caída de un líder. El principio de la gran crisis de Compromís fue la dimisión de Mónica Oltra en junio del año pasado al verse ... arrastrada judicialmente por la causa de los abusos de su exmarido a una menor tutelada y ser imputada por la tramitación del caso realizada por la conselleria que dirigía. Una salida dramática para la coalición. La entonces líder de la formación fue uno de los pilares del pacto de izquierdas que dio el Gobierno de la Generalitat al socialista Ximo Puig en 2015. Además, era la principal figura que mantenía a su partido, Iniciativa, con mayor peso político frente a sus socios, Més, y servía de equilibrio entre ambas formaciones dentro de Compromís.
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Oltra abandonó todos sus cargos en política, desapareció del Consell y de Les Corts dejando a Aitana Mas como su sucesora al frente de Igualdad. La nueva vicepresidenta asumió antes, en febrero, la portavocía del partido, que de este modo tomaba posiciones para un relevo generacional que se suponía que sería a medio plazo. Se había colocado como portavoces de Iniciativa a Mas y a Alberto Ibáñez. Sin embargo, la renuncia de Oltra obligó a acelerar este proceso que provocó las primeras fricciones y desconfianzas en la formación.
Desde Iniciativa se consideraba que no todo Compromís puso de su parte para apoyar a la exvicepresidenta ante la presión mediática. Tampoco fue bien recibido el nombramiento de Mas por la consellera de Agricultura Mireia Mollà -ni por el entorno de los Mollà, influyentes en el partido de Oltra en Elche-, al no existir entre ambas la relación más fluida.
Tras las vacaciones de verano, Joan Baldoví, diputado de Compromís en el Congreso y miembro de Més, anunció en pleno debate de política general en la Comunitat que sería candidato en las primarias del pasado mes de febrero para ser el cabeza de lista de las autonómicas como sustituto de Oltra. De esta forma, Més comenzó a mover hilos para ganar terreno en la coalición aprovechando la debilidad de Iniciativa en ese momento. Baldoví dio por amortizada a Oltra y ni siquiera respetó los plazos que se habían marcado en la coalición para que la Justicia resolviese la imputación de Oltra. Como era de esperar este movimiento no agradó a Iniciativa quienes aún dejaban la puerta abierta a la exvicepresidenta y por primera vez mostraban públicamente las diferencias dentro de la coalición censurando el momento elegido por el diputado para el anuncio.
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Las distancias entre partidos se acrecentaron mostrando abiertamente los principios de la fractura de la coalición. En octubre, Puig destituyó a Mollà de la conselleria de Agricultura a petición de Mas. Desde Iniciativa aseguraron que Mollá estaba en una actitud de «rebeldía» y de «desafío» constante» a la nueva vicepresidenta desde la dimisión forzosa de Oltra. La inestabilidad no solo en el Consell del Botánico sino también dentro de la coalición y en las entrañas del propio partido de Oltra, era más que evidente. Mas le concedió la conselleria a Isaura Navarro y Mollà no se presentó al traspaso de carteras escenificando una vez más la división interna.
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Pasados unos meses, con las primarias de la coalición a la vuelta de la esquina, el antiguo Bloc aprovechó su mayoría entre las bases de la militancia de la coalición para liderar la mayor parte de las listas y candidaturas. Esta situación obligó a Mas a amenazar con dimitir como vicepresidenta si perdía en el proceso interno de elección y la reacción fue un movimiento interno desde la dirección de Més con el fin de facilitar a Mas el número 1 de la lista por Alicante frente al nacionalista Gerard Fullana. De esta forma Més pilotó unas primarias que suponían eliminar a buena parte de los históricos fundadores de Compromís. Oltra, Morera y la saga de los Mollà desaparecieron de los puestos de privilegio.
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La pérdida de poder institucional tras la debacle del 28-M supuso un punto de inflexión. Compromís no logró hacerse un hueco en la pugna entre Puig y Mazón. La pérdida de Oltra, todo un tractor electoral que durante más de una década fue el referente a la izquierda del PSPV, invisibilizó a Compromís. Iniciativa acusó a Més de los resultados de las autonómicas por el «relevo traumático» protagonizado por Baldoví y achacó la desmovilización de sus votantes al «ruido de las batallitas».
Sin embargo, la derrota no sirvió para una reconciliación de la coalición, sino al contrario, los conflictos continuaron a la hora de reorganizar a la formación según los resultados obtenidos. El partido de Baldoví colocó a una de las suyas (Maria Josep Amigó) en la Mesa de Les Corts. En la anterior legislatura, la portavocía en Les Corts se correspondía también a Més, ya que Iniciativa ejercía la máxima representación de Compromís en el Gobierno valenciano.
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Pero, sin estar en el Consell, la visibilidad de Iniciativa se redujo considerablemente. Además, todo un referente en Més como Enric Morera se había quedado sin acomodo para la actual legislatura. Esta situación desembocó en la última disputa interna por ahora: la designación de senadores. Saltaron chispas para elegir la única candidatura que le correspondía a Compromís. Més impuso a Morera por encima del candidato de Iniciativa y la bronca estalló. En las votaciones los de Oltra votaron en blanco como toda una declaración de guerra que continúa abierta.
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