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Margarita Soler. EFE

La incógnita del futuro de Margarita Soler

El fracaso de la renovación de entes estatutarios complica su reelección como presidenta del Consell Jurídic

JC. Ferriol Moya

Valencia

Martes, 21 de marzo 2023, 23:16

Margarita Soler es, además de una jurista de prestigio, presidenta del Consell Jurídic Consultiu, el órgano encargado de velar por el encaje legal de la producción normativa de las administraciones públicas valencianas. Primera mujer en ocupar la presidencia del CJC, licenciada y ... doctora en derecho por la UV, profesora de derecho constitucional, directora del departamento de Derecho Constitucional entre 2008 y 2014… una sólida formación jurídica y un carácter amable hicieron de ella, a juicio de Ximo Puig, la persona idónea para asumir la máxima responsabilidad del Jurídic.

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El plan de Puig, reconocido más o menos abiertamente, era el de propiciar la continuidad de Soler como presidenta del «órgano consultivo supremo del Consell, de la Administración autonómica y, en su caso, de las administraciones locales de la Comunitat Valenciana en materia jurídica». Se daba por hecho que el nombre de Soler sería uno de los dos que aprobaría el Consell en la propuesta de renovación que le corresponde según la reforma de la ley del CJC de 2018. Nada mejor para garantizar su continuidad y, de paso, preparar el terreno para su reelección.

En algún momento, no obstante, la sala de máquinas del Palau de la Generalitat debió de entender que el nombre de Soler, de prestigio y reconocimiento incuestionable, podría ser el mejor gancho para atraer al PP valenciano al acuerdo para la renovación de los órganos estatutarios. Si Cs entraba en el acuerdo con el tripartito, y el PP se veía obligado a participar para no quedarse aislado, mejor proponerle un nombre de consenso como Soler para allanar el camino.

Pero lo que pareció en algún momento una buena idea saltó por los aires justo cuando la debilidad de Cs hizo evidente que no podría garantizarle a la izquierda los votos necesarios para sacar adelante su plan. El Consell, que el 10 de marzo acordó designar consejeros a Javier de Lucas Martín y Fernanda Lapresta como consejeros en sustitución de Faustino de Urquía y Asunción Ventura, se encuentra ahora con que Soler sigue pendiente de renovación.

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Soler fue elegida consejera inicialmente por Les Corts, pero en 2018 renovó en su cargo por la vía de la propuesta del Consell junto a Urquía y Ventura. El Consell ha sustituido a estos dos últimos, y ha dejado en manos de la Cámara –la que salga de las elecciones del 28-M- las otras cuatro plazas que le corresponden.

¿Y ahí estará Margarita Soler? Si el resultado de las urnas propicia una tercera legislatura del Botánico todo hace indicar que así será. Pero si no es así, todo se complica. La izquierda cuenta ya con dos –los que acaba de proponer- de los seis miembros del futuro CJC. Si la derecha recupera la hegemonía electoral, parece razonable que aspire, si no a disponer de mayoría en el CJC, si al menos a igualar la representación de la izquierda. Una circunstancia que se produciría proponiendo a tres de los cuatro consejeros que deben elegir Les Corts, y dejando el cuarto para la izquierda.

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La izquierda cuenta ya con dos representantes en el nuevo CJC, pero la mayoría se decidirá en Les Corts

¿Y ese cuarto sería Soler? Podría ser así, pero ello requeriría del apoyo de Compromís y Podemos, que ya ha deslizado el nombre del que fuera su portavoz en Les Corts, Antonio Montiel, como candidato a ocupar el puesto. Soler podría ser propuesta, pero parece razonable pensar que el resto de grupos de la izquierda exigieran algún tipo de compensación en el resto de órganos institucionales a renovar.

¿Y la presidencia? La ley y el reglamento del CJC establecen que el presidente debe de ser elegido en primera votación por mayoría absoluta, o en segunda por mayoría simple. ¿Y si hay empate entre dos candidatos? En ese caso lo que se plantearía es un sorteo puro y duro -moneda al aire- entre los dos aspirantes. Sobre ese escenario de teórico empate a tres, y con dos aspirantes a la presidencia, la elección final se produciría con un sorteo. Y Soler podría resultar elegida, o no. Un escenario muy distinto del que podía garantizarse en el caso de que, con el voto de Cs, se hubieran renovado la semana que viene los órganos estatutarios.

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