Hay un mantra en el Palau de la Generalitat que se suele seguir a rajatabla ante cualquier situación de crisis, acuñada en su día por uno de los psicoanalistas de cabecera del jefe del Consell. «Si hay arenas movedizas, lo mejor es quedarse quieto». Una ... filosofía que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha seguido a rajatabla a lo largo de sus años como máximo responsable del Gobierno valenciano y del PSPV. Esa indecisión ha sido muchas veces un punto a favor de Puig, cuya paciencia con los temas ha llegado a ser exasperante para el rival político. Un ritmo lento a la hora de tomar decisiones que, sin embargo, podría no ser la fórmula más idónea en el problema político y judicial que tiene encima de su despacho del Palau: qué hacer con su vicepresidenta y socia principal, Mónica Oltra, tras su imputación.
Publicidad
En el entorno del presidente no son pocos los que le han insistido con la idea de tener preparado el escenario de cara a la más que segura imputación de Oltra. «No es algo sobrevenido que pille por sorpresa», reconocen algunos de sus colaboradores para justificar la preparación del momento. Sin embargo, cuando el jueves a mediodía se produjo la citación de la número dos del Gobierno valenciano para declarar como investigada el 6 de julio, Puig salió al paso con unas declaraciones plagadas de obviedades. Que si respetar los tiempos judiciales, que si la Justicia sea justa, que si la situación no afecta al Botánico... Pero ninguna decisión o pista sobre lo que ya está sobre la mesa: o sacrificar a Oltra y salvar al Botánico, o que el desgaste sea para el propio presidente y para todo el Ejecutivo.
El presidente de la Generalitat tiene la potestad para nombrar y destituir consellers, pero en un Gobierno de coalición no parece la opción más razonable. De ahí que en lo que esté trabajando el Palau en las últimas horas sea en una salida razonable promovida desde el propio Compromís, formación de Oltra. «No es un problema de una persona es un problema de un gobierno en un momento de máxima tensión social por la economía», aseguran fuentes del Ejecutivo. En el Consell ya reconocen abiertamente que la preocupación es máxima porque creen que la situación es insostenible para todos.
La rueda de prensa en la que este viernes Oltra defendió su posición pilló por sorpresa a muchos de los consellers de la parte socialista, que vieron a una vicepresidenta sin nada de autocrítica. «Lo que está en juego no es ella es mucho más que ella», lamentaban este viernes algunos altos cargos, que reconocen que ya se están manteniendo conversaciones cruzadas con Compromís para intentar hacer una voladura controlada. Y horas después Puig dio un paso más y dijo que ha llegado «el momento de reflexionar y tomar decisiones». Calificó la imputación de Oltra de «nuevo hito», que abre un tiempo de «analizar la situación» de la vicepresidenta, situación que consideró «compleja». Aunque insistió en abordarlo con «serenidad», apostilló que «los tiempos jurídicos y políticos a veces no coinciden», como ocurre «en estos momentos».
Publicidad
Noticia Relacionada
En esa línea casan las palabras del alcalde de Valencia, Joan Ribó, que ya ha pedido que se abra una reflexión en los órganos de decisión de la coalición. Además, parece que las declaraciones públicas van por un lado, pero en privado van por otro. Desde el PSPV aseguran que ya nadie de la coalición defiende a Oltra en privado y son conscientes de que si esta situación se prolonga demasiado, el desgaste para todos puedes ser irreversible. Pero, claro, los términos en los que se está redactando la oferta parecen poco atractivos para la vicepresidenta. Que siga de diputada, una opción que ni siquiera debería entrar en la ecuación porque el escaño pertenece a cada parlamentario.
Entretanto, las reuniones se suceden en el Palau de la Generalitat para tratar de ver todos los escenarios. El jueves, la más importante, de Puig con su núcleo duro, se prolongó más allá de la medianoche. Este viernes, las comunicación fue constante, pero no entre el presidente y la vicepresidenta. El jefe del Consell ha sondeado a algunos cargos de Compromís con pedigrí para saber hasta dónde llegaría el incendio. Mientras, los suyos ya le aprietan para que dé un paso en las próximas horas. Para que él o alguien del partido comience a variar el mensaje y virar hacia posiciones más rupturistas. «Forzar a que su partido tome partido», aseguran desde el Consell. Porque, desde Unidas Podemos, la tercera pata del Botánico, parecen más preocupados por quedarse fuera de esa ruptura si se produjera, para garantizarse los dos puestos en el Consell.
Publicidad
Noticia Relacionada
Así que Puig está ahora ante la disyuntiva de si huir de esas arenas movedizas en las que siempre se ha preferido quedar quieto y asumir un desgaste que parece insoportable para un Botánico que en las encuestas ya juega a empatar con el PPCV, o prescindir de Oltra y seguir en esas arenas movedizas, a riesgo de ser engullidos. Puig y el resto.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.