Las urnas andaluzas han hablado y los principales partidos políticos de la Comunitat ya toman nota del recado que la región vecina ha dejado en sus resultados. Aunque todas las formaciones insisten en que las cifras de Andalucía no son extrapolables aquí, lo cierto ... es que los comicios han supuesto el último test real antes de las autonómicas del resto de comunidades, el año que viene.
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Y esa foto deja varios mensajes para los partidos de la Comunitat. Por un lado, el resultado del PP en Andalucía da una inyección de moral a los populares valencianos, con Carlos Mazón a la cabeza. Pero también deja un recado para los socialistas, que comienzan a comprobar cómo la marca PSOE ha comenzado a restar en los territorios. Un elemento más de tensión que se suma a la actual crisis Botánica. Pero también es cierto que, en el caso de Puig, cogiendo el ejemplo del ganador de la noche, Juanma Moreno Bonilla, y del líder socialista, Juan Espadas, el resultado le marcaría el camino para llevar a cabo una campaña valenciana de alto tinte presidencialista y moderada. Un perfil en el que Puig se mueve bien. Sin embargo, la convulsa situación política con la imputación de su vicepresidenta, Mónica Oltra, puede romper ese efecto. Un mensaje claro que los socialistas valencianos interpretan como que el jefe del Consell tiene que dar un giro de mano, prescindir de su socia y apurar este año para mostrar su perfil moderado, de presidente transversal al que pueden votar tanto los desencantados con Ciudadanos, como los que se quisieran subir al macroproyecto de Yolanda Díaz con un Compromís en horas bajas, creen desde su partido.
El efecto Feijoó, no sólo por su llegada a la presidencia del PP nacional, sino por su moderación, alineada con la del líder andaluz, ha impuesto una fórmula presidencialista similar a la que le valió las mayorías absolutas en Galicia. Poca marca PP y mucho protagonismo para un candidato que no despierta antipatías. Y esa pócima ha vuelto a funcionar. Una pista para el candidato valenciano, Carlos Mazón, que si bien no parte de la misma situación, porque no gobierna en la Comunitat, puede valerse de la ola que parece que se ha generado a nivel autonómico. En la actualidad, el PP valenciano tiene 19 escaños en Les Corts, pero las encuestas le dan entre 27 y 30, según el último sondeo de Sigma Dos para LAS PROVINCIAS, hace un mes. Junto con Vox y Ciudadanos podría recuperar la Generalitat. Moreno Bonilla ha jugado la baza de ofrecerse como antídoto a la entrada del partido de derecha populista y Ciudadanos ha desaparecido del mapa pese a formar parte del gobierno de la Junta durante estos últimos cuatro años.
En la Comunitat, los augurios para el partido de Inés Arrimadas no son demasiado halagüeños, puesto que se debaten entre entrar en Les Corts o desaparecer. Con el handicap de que en Valencia no cuentan con la visibilidad que les ha dado tener la vicepresidencia de la Junta, así que los pronósticos son más complicados.De hecho, ni siquiera tienen una referencia clara.
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En el caso de Vox, si bien su resultado en Andalucía le supone un crecimiento de dos escaños, parece haber sufrido un frenazo que no se refleja en las encuestas valencianas, donde su crecimiento es de más de cinco puntos que sería clave para conformar un bloque de gobierno de derechas.
Por último, la división de Podemos, con Teresa Rodríguez por un lado y la futura plataforma de Yolanda Díaz en Andalucía, les ha producido un descalabro que, en términos valencianos, haría peligrar el Botánico.
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