Cuando 37 concejales someten a un partido que tiene 1.021

Una «cornada» en afortunada expresión de un cargo socialista, cuyos efectos prácticos se medirán este próximo viernes, fecha de celebración del pleno de la Diputación en el que se elegirá al nuevo presidente. Y que, además del impacto en la decisión sobre quién sustituirá en el cargo a Toni Gaspar, afecta directamente al futuro orgánico de los socialistas valencianos.

El PSPV provincial aspira a recuperar con celeridad los contactos con Ens Uneix para tratar de activar el canal de diálogo con el partido de Rodríguez. El anuncio el pasado jueves de que no respaldaría a Bielsa ha generado un movimiento inmediato en Compromís, que ha detectado la debilidad del alcalde de Mislata y se ha apresurado a subrayar que la presidencia del Gobierno de la corporación provincial debe ser para quien concite los apoyos necesarios para ser elegido. Y Bielsa, en este momento, no lo es. La decisión del partido de Rodríguez ha animado además a los populares valencianos, que el jueves se veían sin opciones de alcanzar la presidencia de la Diputación pese a ser el partido más votado en las elecciones -13 diputados frente a los 12 del PSPV- . Los populares empiezan a creer que tienen opciones de conquistar una institución que veían muy cuesta arriba. Todo se juega en los próximos cuatro días y algunas fuentes consideran que la diputada de Ens Uneix llegará a la sesión plenaria sin desvelar el sentido de su voto.

Para Bielsa, no obstante, el revolcón político sufrido con la decisión la semana pasada del partido de Rodríguez sólo puede ir a peor. Con la decisión de no apoyar su candidatura, Ens Uneix ha puesto en jaque a todo un líder del PSPV en la provincia de Valencia, un partido que en las elecciones del pasado 28 de mayo se hizo con más de un millar de concejales en la provincia de Valencia -1.021 exactamente-.

Los 37 concejales del partido de Jorge Rodríguez parecen, y es, un dato mucho menor. De hecho, representa el 3,6% del total de la representación municipal lograda por el PSPV en la provincia de Valencia. Y sin embargo, es ese diputado por la comarca de la Vall d'Albaida el que decide la mayoría en la corporación provincial.

El líder de la provincia de Valencia aún confía en alcanzar un acuerdo in extremis. El partido ya ha hecho saber que mantendrá su candidatura y que no contempla respaldar a la diputada de Ens Uneix. Aunque no es menos cierto que quedan cuatro días hasta la celebración del pleno. Comienzan a correr nombres de candidatos socialistas alternativos a Bielsa.

En todo caso, el batacazo de la semana pasada representa para Bielsa un evidente retroceso ya no en sus aspiraciones de alcanzar la presidencia de la Diputación. También en las de utilizar ese puesto como palanca para optar a la secretaría general del PSPV cuando llegue el momento procesal oportuno.

Porque Bielsa se ha hecho fuerte en el socialismo valenciano gracias a encadenar mayorías absolutas en Mislata –localidad de las que es alcalde desde 2011- así como a encabezar a un grupo de jóvenes alcaldes, entre los que figuran los de Paterna, Cullera, Sagunto o Burjassot, entre otros, que consiguió hacerse con el liderazgo provincial gracias a un pacto táctico con Puig.

Con la pérdida de la hegemonía electoral el 28-M, Bielsa aparecía en el horizonte como una de las opciones más firmes para tratar de alcanzar el liderazgo del socialismo valenciano. Entre otras razones, porque se daba por descontado que alcanzaría la presidencia de la Diputación, y esa posición de privilegio le daría ventaja sobre el resto de hipotéticos aspirantes.

Bielsa presidirá o no la corporación provincial. Pero lo que se ha podido comprobar en los últimos días es no sólo una incapacidad manifiesta para sacar adelante un acuerdo con Vox. Sino también la debilidad propia de quien tiene su futuro en manos de otra formación política. Dirigida además por un excompañero de partido que, en su día, aspiraba como él a ser 'hereu' del liderazgo de Ximo Puig. Rodríguez acabó fuera del PSPV. Y Bielsa, si no lo remedia en las próximas horas, puede acabar sin presidencia de la Diputación y con sus opciones de optar a liderar el PSPV más que tocadas.