A. Rallo
VALENCIA
Martes, 10 de julio 2018, 17:09
El contenido de la declaración de Francisco Camps en el juzgado de Instrucción 17 ha permitido conocer alguna de las vías que mantienen abiertas los investigadores. Mientras el amaño del diseño del circuito a favor de dos ingenierías cuenta con numerosos indicios, Anticorrupción trata de ampliar la participación del expresidente también a los sobrecostes en las obras de la F-1. Así, la juez, durante su interrogatorio, expuso que tres actuaciones del circuito -la infraestructura en la Alameda y la avenida de Francia, el padock y los aparcamientos y la pasarela peatonal sobre el río Turia- tuvieron modificados del 19,73%, 19,95% y 19,98%. «¿Hizo llegar alguna indicación?», le inquirieron al expresidente, más allá de la medianoche, en unas declaraciones que incomprensiblemente se alargaron hasta cerca de las dos de la madrugada.
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¿Por qué sospechan la juez y el fiscal de ese límite? Pues porque el máximo para autorizar modificados era entonces del 20% sobre el precio de licitación -ahora se ha reducido al 10%- y en todos los supuestos bajo investigación se sitúa en el 19,9%. Un ajuste casi al milímetro. Llama la atención ese sobrecoste porque sería una práctica que ya en su día se denunció en las conversaciones que Marcos Benavent grabó durante años a amigos y altos cargos del PP. Entonces, al parecer, esta era la estrategia de los populares para beneficiar a los adjudicatarios que habían pagado comisiones por la construcción de colegios públicos: aceptar modificados sobre el presupuesto. De hecho, a Camps también se le recordó este extremo durante su declaración. El asunto de Ciegsa se investiga en otro juzgado.
Los modificados deben estar plenamente justificados y debe existir un nexo de unión con las actuaciones incluidas en la primera licitación. Además, se aplican los mismos precios que en el contrato inicial. Si excediera ese porcentaje del 20%, esta parte de la obra debería licitarse. Según la confesión de Costa, FCC pagó una comisión de 150.000 euros por obras en la F-1 y Hormigones Martínez también quería colaborar con esa caja B del PP. Una manera de 'compensar' esas ayudas sería aprobar modificados -la sospecha es que no serían necesarios o al menos no en ese porcentaje- a favor de las citadas mercantiles. En cualquier caso, esta parte de las pesquisas está todavía en una fase embrionaria.
Camps lo negó. «Me parece muy fuerte que se me pregunte algo así. No lo sabía», dijo en referencia a estos incrementos sobre el presupuesto. «Nunca he dado instrucciones». «Nunca he visto ni presupuesto ni ampliación», llegó a manifestar en otro momento de su declaración. Restó credibilidad a las acusaciones de Costa, quien asegura que el expresidente dirigía el sistema de financiación del PP. «Si hubiera sabido lo de Costa lo hubiera expulsado del partido por gastarse lo que no tiene». Camps negó que supiera la deuda que acumulaba el partido al que pertenecía.
El expresidente de la Generalitat defendió ante la juez que nunca controló nada relativo al circuito y que este era competencia de Infraestructuras. «No estaba al tanto de nada». Sostuvo, no obstante, que la inversión fue rentable. «El circuito ha devuelto más de 600 millones de euros», dijo cuando fue cuestionado acerca del coste cero para los valencianos. De nuevo, volvió a negar las reuniones con Belén Reyero y el número 2 de la Conselleria de Infraestructuras, Victoriano Sánchez Barcaiztegui, en su despacho de Presidencia. Fue en el Palau donde, según confesó la propia Reyero, arranca la idea de la F-1 en Valencia.
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