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Luis Ramírez Icardi, el exmarido de Mónica Oltra, durante la sesión de repetición del juicio. damián torres
La Fiscalía introduce ahora el agravante de superioridad para el exmarido de Oltra

La Fiscalía introduce ahora el agravante de superioridad para el exmarido de Oltra

La perito del instituto Espill afirma que el relato de la menor abusada carece de consistencia, mientras la forense se ratifica en su credibilidad

A. Rallo

Valencia

Lunes, 15 de febrero 2021, 14:29

Luis Ramírez Icardi, el exmarido de Mónica Oltra, volvió a sentarse ayer en el banquillo de los acusados por un delito de abusos sexuales a menores. El educador social fue condenado a cinco años de prisión. Pero el TSJ anuló el fallo al aceptar un informe encargado por la Conselleria de Oltra que cuestionaba la credibilidad de la adolescente. Este dosier inexplicablemente fue incorporado al expediente judicial tras la sentencia condenatoria. El alto tribunal ordenó la repetición parcial del proceso.

La Fiscalía aprovechó ayer para modificar sus conclusiones e introdujo el agravante de superioridad para el acusado -cometió los hechos gracias a su posición de dominio de educador sobre la víctima- circunstancia que se podía traducir en más pena, hasta seis años de cárcel. Pero no aumentó la petición de castigo. La vista no terminó ayer porque uno de los magistrados tenía un compromiso a las 14 horas. Apenas quedaban diez minutos para los informes de las partes, periodo claramente insuficiente. Sin embargo, el tribunal se acogió a la petición de la defensa de suspender debido a la inclusión de la citada agravante. El 1 de marzo debe reanudarse la vista.

La defensa de Icardi trató de introducir en la cuestiones previas nuevo material, como documental sobre la menor, artículos de una experta, la petición de que vuelva a declarar la víctima, de 15 años en el momento de los hechos, y la directora del centro. El ministerio público se opuso. El tribunal subrayó que se encuentra limitado por el TSJ que en su día dejó muy claro qué debía evaluarse en esta nueva vista: únicamente el novedoso informe pericial. De igual modo, recordó que el TSJ había ratificado a la misma Sala . «No tenemos pérdida de imparcialidad por hacer el juicio en dos ocasiones», resaltaron.

Las testificales de mayor relevancia fueron las de la perito del informe Espill, que pone en duda la credibilidad, frente a la del Instituto de Medicina Legal, que ya sostuvo en el primer juicio la validez de la versión incriminatoria. La Fiscalía incidió en cuestionar la metodología del informe exculpatorio quien terminó por admitir que en las tres entrevistas la menor le habló de masturbaciones. No tuvo más documentación para elaborar este expediente. La experta negó credibilidad a la menor por la falta de concreción, contradicciones y motivos ocultos -como buscar un traslado a otro centro- para justificar una invención del relato, una historia moldeada a sus intereses.

La forense del Instituto de Medicina Legal, en cambio, insistió en su tesis primigenia. Descartó motivos espurios para sostener esa versión de los abusos. También criticó las conclusiones del informe anterior porque admite que no pudo aplicar determinados criterios de credibilidad, «pero termina diciendo que no es creíble». Además, subrayó que ese método no es el adecuado para una joven de 15 años sino para niños. «Sí que hay un relato, sí le responde, sí le cuenta… Le da toda la información», mantuvo con firmeza. La experta enfatizó que la menor sí que contaba sus sentimientos, cómo estaba en una habitación a solas y con un adulto. La forense resultó muy contundente a la hora de atacar el informe de su compañera. «Era tan claro y tan concreto que no hay que indagar nada más», terminó.

El acusado cerró el juicio. De nuevo, declaró ante el tribunal para defender su inocencia. El educador recordó que la menor, en ocasiones, dormía en otra habitación apartada como castigo por llegar tarde al centro y que «estaba más nerviosa». En ocasiones, según indicó, le hizo masajes para que se relajara, que pudiera «tranquilizarse», algo que ya había explicado en el primer juicio. El acusado apuntó que esa misma técnica se impartió en un taller en el centro para que los propios jóvenes tuvieran recursos para calmarse. Icardi, a preguntas de su defensa, desgranó la relación problemática de la menor con otros compañeros y educadores, la falta de cariño familiar y su deseo de salir de las instalaciones para irse a casa de su novio así como que mentía con cierta frecuencia.

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