Aitana Mas, en una comparecencia ante los medios. EFE/A. E.

La justificación de Mas a Mollà del cese: «Tú ya lo sabes» (y colgó)

La destitución de la titular de Agricultura sugiere un endurecimiento del perfil político de la vicepresidenta

JC. Ferriol Moya

Valencia

Miércoles, 26 de octubre 2022, 12:27

No fue por whatsapp -más frialdad imposible- pero tampoco en una reunión cara a cara o después de una larga charla más o menos amigable. Aitana Mas comunicó a Mireia Mollà este pasado martes por la tarde su destitución como consellera de Agricultura mediante ... una llamada telefónica de apenas unos segundos de duración. Mas llamó a Mollà y le dijo que le acababa de pedir su cese al presidente del Consell, Ximo Puig. Cuando la entonces aún consellera le preguntó por los motivos para adoptar aquella decisión, Mas replicó: «Tú ya lo sabes». Y colgó.

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La versión de esa llamada la ofrece el entorno de la ya exconsellera de Agricultura. Y deja entrever un cambio de actitud, casi de personalidad, por parte de la vicepresidenta Mas. Hasta la fecha, la sustituta de Mónica Oltra había marcado su trayectoria política por un perfil blanco, siempre amable, dulce en las formas. sonrisa profidén.

Mas (Crevillente, 1990), ingeniera técnica de obras públicas, concejal en su municipio desde 2011 hasta 2015, diputada autonómica desde 2019, consellera y vicepresidenta desde la dimisión de Mónica Oltra por la gestión de su conselleria en el caso de los abusos a una menor tutelada por la Generalitat. El rostro amable de Compromís, un partido que personificó en Oltra y en su particular carácter la tenacidad de la oposición al PP valenciano.

Fue Oltra quien propuso a Mas, y no a Mollà, como vicepresidenta del Consell. Hay quien pone ese dato sobre la mesa como detonante del distanciamiento entre la exvicepresidenta y la hija de Pasqual Mollà, el constructor de Iniciativa, el partido de todos ellos.

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Oltra eligió a Mas, un carácter sobre el que, en apariencia, resultaba mucho más sencillo influir que sobre el de Mollà (Elche, 1982), mucho más resabiada y con más horas de vuelo en política que la actual vicepresidenta. Ante una eventual situación de regreso de Oltra a la primera línea, Mas se apartaría sin dudarlo. Mollà lo haría... o no.

El caso es que Mas le pidió el martes por la tarde al presidente Puig la cabeza de Mollà. Y la decisión fue interpretada como un golpe de autoridad por parte de la joven vicepresidenta. Este miércoles, tras la toma de posesión de Isaura Navarro como nueva consellera, Mas insistía en el carácter individual de su decisión y en el hecho de que, tras cien días en el cargo, creía llegado el momento de dar un nuevo impulso. Eso y una referencia a las «actuaciones que respondían al personalismo más que a la cohesión», por parte de Mollà.

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¿Ha cambiado Mas su perfil político? ¿Ha abierto una batalla para lanzar su candidatura a las primarias de Compromís? ¿Ha querido demostrar que su carácter amable no está reñido con adoptar decisiones drásticas, incluso con compañeros de partido, cuando la situación así lo requiere? Lo que resulta indudable es que Mas ha dado un golpe sobre la mesa, por voluntad propia o sugerido por otros. Y que esa circunstancia se produce en pleno proceso de primarias de Compromís, pendiente de definir sus candidaturas electorales.

Esa segunda posibilidad, la de que la decisión se hubiera tomado desde fuera, es la que apuntaba Alfons Puncel, hasta la fecha subsecretario de la conselleria de Agricultura, en un escrito en el que comunicaba su renuncia al puesto. Unos párrafos cargados de referencias orgánicas, enmarcando la decisión en ajustes de cuentas dentro del propio partido, y en ningún caso vinculadas a la gestión de Mollà en la conselleria.

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Puncel aludía a «purgas», a decisiones que no tenían «etica ni estética» y a la actitud mantenida por quien sigue la máxim de «después de mí el caos y si yo no voy a estar en política pues me llevo por delante a todo lo que quiero». Alusiones a una Mónica Oltra que, haciendo buena esta versión, estaría muy pendiente de los asuntos de su partido además de ocuparse de su imputación judicial.

El escrito de Puncel deja entrever que la decisión de Mas lo es, en realidad, de Oltra. Y de ser así, habría que concluir que ese endurecimiento de la personalidad política de la actual vicepresidenta del Consell sería forzado desde fuera. Cuando se le preguntó ayer a Mas por esa circunstancia, se limitó a contestar «no».

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