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Madrid, Cádiz, Bilbao, Logroño, incluso Bruselas. Son algunas de las ciudades a las que se ha extendido en las últimas semanas la presencia de los lazos amarillos en espacios y mobiliario público. El provocativo símbolo impulsado para reclamar la liberación de los políticos y activistas independentistas de Cataluña encarcelados recaló ayer en Valencia.
Y lo hizo en un edificio público que está declarado Bien de Interés Cultural (BIC): la estación del Norte de Valencia, obra del arquitecto Demetrio Ribes. En concreto, en la verja perimetral de cerramiento del inmueble que el año pasado alcanzó su centenario.
Así, los vigilantes de seguridad detectaron la presencia de los lazos amarillos avanzada la madrugada de ayer, entre las 04.00 y las 05.00 horas de la mañana, según confirmaron fuentes del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), empresa gestora de la estación del Norte y que depende del Ministerio de Fomento.
El personal de seguridad observó que los lazos se habían atado desde la acera, donde no hay cámaras de seguridad, indicaron desde Adif. Tras contactar con la Policía Nacional para comunicar el hecho, varios agentes se personaron en la estación y los vigilantes retiraron estos símbolos independentistas, más de una veintena. De hecho, cuando comenzó el movimiento de usuarios en la estación del Norte (por la estación transitan más de 40.000 personas a diario), ya no estaban colgados los lazos en la verja de estilo vienés.
Tras conocerse la aparición de los lazos amarillos soberanistas en la estación del Norte, las reacciones políticas no dejaron de sucederse. La primera de ellas llegó desde Alicante, donde la presidenta del PP en la Comunitat Valenciana, Isabel Bonig, exigió al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que saliese a «condenar inmediatamente» la aparición de lazos amarillos e instó a «perseguir a los culpables». «Esto hay que erradicarlo desde el principio», advirtió la dirigente popular, que también criticó que «el proceso de catalanización» en la Comunitat haya favorecido la aparición de lazos en «un símbolo de Valencia» como es la estación del Norte.
Desde el Ayuntamiento también se pronunciaron los portavoces del grupo popular y de Ciudadanos, Eusebio Monzó y Fernando Giner, quienes coincidieron en pedir al alcalde, Joan Ribó, una condena oficial sobre los hechos, que no se produjo. Así, Monzó exigió al primer edil que «manifieste públicamente, sin ambigüedades y tapujos, su condena a que se coloquen lazos amarillos en Valencia». «Como máximo representante del Ayuntamiento no puede dejar ni la más mínima duda de que está en contra de que alguien intente extender la campaña de los lazos amarillos a la ciudad», añadió.
Según el edil popular, «todos los partidos políticos y los representantes públicos, tanto en la corporación municipal como en la Generalitat, deberían condenar este hecho y dejar muy claro que ni la ciudad ni la Comunitat formarán parte de ninguna campaña en favor de las ínfulas separatistas que están rompiendo la concordia en Cataluña».
No es la primera vez que los lazos amarillos, vinculados con el proceso independentista de Cataluña, irrumpen en Valencia. Ya el pasado junio agentes de la Policía Local de Benagéber identificaron a un hombre que pintaba estos símbolos y frases como 'Llibertat presos polítics' en fachadas y túneles de varias localidades valencianas, entre ellas l'Eliana, la Pobla de Vallbona y la propia San Antonio de Benagéber.
Los ataques al patrimonio de grupos vinculados con el independentismo no se han quedado solo en pintadas. A mediados de julio, miembros de Arran (organización afín a la CUP) irrumpieron en un bus turístico del cap i casal y colgaron una pancarta a favor de los 'Països Catalans', además de lanzar un bote de humo.
El mismo grupo radical colgó una estelada gigante en el castillo de Corbera coincidiendo con la celebración del 25 de abril. Un año antes, en 2017, lo hicieron en las torres de Serranos. Este monumento también amaneció el pasado marzo con una bandera de grandes dimensiones con el lazo amarillo independentista.
Mientras, Fernando Giner también confió en «escuchar una condena oficial de Ribó, Morera y Oltra sobre la colocación de los lazos amarillos en el patrimonio de los valencianos». A su juicio, «esto es un delito contra el patrimonio de grupos cercanos al separatismo catalán, que desafortunadamente quieren contagiarnos con el fin de externalizar hacia otras comunidades sus intereses independentistas». Y mostró su preocupación ante «la cercanía de algunos partidos con los que cometen estos actos».
Su compañera de partido en Les Corts, Mari Carmen Sánchez, recordó que «no somos 'els Païssos Catalans' aunque Compromís lo lleve en su programa electoral». «Los valencianos tenemos que estar por la convivencia, por el Estado de Derecho y por el cumplimiento de las leyes», subrayó la líder parlamentaria.
Lazos amarillos e independentismo catalán
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