Joan Llinares, director de la Agencia Antifraude. Iván Arlandis

Llinares alega una trama sindical y del PSPV contra Antifraude en la investigación de acoso sexual

El director de la Agencia afirma que existe un gran contubernio que conecta al socialista Manolo Mata como abogado de Azud con el conflicto interno por los expedientes a dos funcionarias a las que acusa de filtraciones interesadas

Burguera

Martes, 14 de noviembre 2023, 17:30

La Comisión de Hacienda donde ha comparecido Joan Llinares, director de la Agencia Antifraude, para dar cuenta de la gestión de la investigación sobre dos casos de supuesto acoso sexual a dos funcionarias anónimas que finalmente se archivó sin resultados se ha convertido en un ... tiroteo al estilo del Salvaje Oeste donde cada uno ha disparado a lo que se movía y a lo que no, a los vivos y a los muertos. Llinares ha defendido su gestión y ha señalado que las informaciones publicadas en gran medida por LAS PROVINCIAS relativas a este caso obedecen a una trama, una «campaña» en la que ha incluido a los sindicatos, así como al exsíndic del PSPV, Manolo Mata, por ejercer de abogado en el caso Azud donde la propia Agencia interviene. Un gran contubernio con el objetivo de propiciar que la derecha en el poder desmonte el organismo.

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El PP ha aprovechado la comparecencia para hablar de la ley del 'sí es sí' y acusar al PSPV de estar «en el centro de una banda de baja estofa». Vox ha utilizado la cita para considerar que la AVAF (Agencia Valenciana Antifrau) «forma parte de esas 57 agencias de colocación del sector público instrumental que nos cuestan 3.851 millones de euros», y ha dudado de «la imparcialidad y el rigor» del organismo, que aspiran a «reorganizar» para «reconducir el presupuesto y evitar duplicidades con la fiscalía». Compromís ha agradecido la existencia de la entidad y ha reconocido su labor, si bien ha incidido en el mal ambiente que hay dentro del organismo, donde la rotación de personal es muy alta. El PSPV ha empezado preguntando por la gestión de Llinares de una investigación por dos posibles casos de acoso sexual que ha derivado en funcionarias expedientadas, escritos conjuntos de UGT y CCOO sobre la «tirante situación de clima laboral que se vive en la Agencia», así como denuncias registradas en Les Corts de dos trabajadoras y delegadas sindicales de UGT y CCOO por el trato recibido en Antifraude. Sin embargo, los socialistas han acabado «indignados» con Llinares y subrauando la «gravedad» de sus afirmaciones, donde ha tenido para todos.

Llinares ha comenzado relatando el informe por el cual archivó los casos de acoso sexual (dos funcionarias anónimas aseguraron haber recibido mensajes indeseados de contenido sexual) al considerar que finalmente no podía hacer más porque no se había formalizado ninguna denuncia concreta más allá de lo señalado anónimamente en el informe previo al Plan de Igualdad elaborado para la AVAF. El director de la Agencia ha defendido su gestión y ha asegurado que no se podía hacer más. A continuación ha pasado a explicar la derivada de toda esta situación. Llinares defiende que la publicación por este periódico de los casos de acoso se produjo porque dos funcionarias (de UGT) filtraron lo que estaba ocurriendo en la Agencia. Y que esa filtración incumple la confidencialidad de la actividad de Antifraude. Ha discrepado de la sentencia del TSJ que aborta su intención de apartar y dejar sin buena parte de su sueldo a una de las funcionarias a las que acusa de filtración. Llinares, además, ha considerado que otra de las empleadas (de CCOO) que ha registrado un escrito en Les Corts «se queja porque se le exige, en definitiva, que haga bien su trabajo. Lleva meses de baja pidiendo que se le cambie a un sitio más confortable, lo que no ha ocurrido porque no ha pasado el reconocimiento médico y preceptivo».

Llinares se ha preguntado a sí mismo por qué están apareciendo todas estas informaciones y escritos en relación a la gestión de la investigación sobre el supuesto acoso sexual y los expedientes disciplinarios, así como las quejas sindicales. La respuesta que Llinares se ha dado a sí mismo es que hay un complot contra «el trabajo que hace la agencia». Y es que, «de repente, tras informes periciales, expedientes que afectan a algún que otro sindicato, aparece todo esto».

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Por parte del PP, el diputado Fernando Pastor ha asegurado que se le estaban poniendo «los pelos de punta» porque Llinares dice que ha recibido presiones. «Ha dicho que hay un sindicato por en medio y me gustaría saber a qué se refiere. Es un Agencia pública, esto no es un bar y debería quedar claro lo que ha pasado por ser temas serios y potentes», indicado Pastor, que no parecía muy al tanto del asunto de la comparecencia. «Si un presidente de una federación da un beso mal dado se le piden cuentas, pero aquí la izquierda no solicita la comparecencia de Llinares, la hemos pedido nosotros. Es un asunto serio y esta mañana las cosas deberían quedar claras», ha indicado el parlamentario popular, que ha centrado su intervención en la comparecencia de Llinares en reflexionar sobre el papel del PSPV en toda esta situación, para enfado del socialista José Muñoz, que ha acabado la mañana lamentado la actitud de Llinares por considerar que el director de la Agencia se siente en su cortijo (ha llegado a recordar que pronto acabará su mandato para que llegue al puesto su «sucesora»): «La AVAF no es de una persona, es un instrumento útil, que nadie se crea que las instituciones son suyas. Ahora no sabemos más que antes sobre la situación y lo único que podemos es estar más preocupados que antes por una personalización que afecta a la AVAF y hace que pierda el sentido por el que fue creada».

Por parte de Compromís, la diputada Isaura Navarro ha recordado que el propio Comité de Ética de la Agencia ha lamentado que ante una «situación compleja» no se haya clarificado «de dónde venían esos mensajes, si esa persona continúa en la agencia… Solo sabemos que hay expedientes a dos funcionarias pero no sabemos si esa persona que envía los mensajes siguen ahí». Navarro ha discrepado de Llinares en su exigencia de confidencialidad más allá del trabajo de investigación. «Lo mejor sería averiguar por qué se llega a esa situación y qué ambiente de trabajo hay en la Agencia», se ha preguntado la diputada de Compromís, quien le ha instado en «mejorar las relaciones interpersonales en la Agencia y definir una estrategia de clima laboral».

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Llinares, en su segunda intervención ya se ha decidido a disparar con munición de calibre grueso contra la actividad sindical, algo en lo que paradójicamente coincide con Vox, lo cual no deja de ser curioso. N no ha sido la única coincidencia, pues tanto la voxista Ramírez como el propio Llinares (a pesar de que al director de la Agencia se le sitúa en la esfera de Podemos por ser los podemistas los que impulsaron la creación del organismo y su nombramiento) insistieron en que el acoso sexual denunciado anónimamente debería ser refrendado en los juzgados y si no es así, pues no hay mucho más que hacer.

El director de la Agencia ha asegurado que «a lo largo de los seis años y medio que llevo he soportado de todo, porque me toca y acepté este puesto de trabajo y tengo una retribución por ello, pero la última campaña se sale totalmente de la comprensión de la situación».

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«Cuando vemos la coincidencia y recibo la visita de un representante sindical que me dice 'este expediente lo tienes que archivar, lo tienes que archivar' y cuando ese mismo sindicato hay un expediente de investigación en el que aparecen cosas muy sucias y las delegadas, una delegada y otra no, son precisamente de ese sindicato… es una especulación pero posiblemente la relación de unas cosas con las otras… es que si no, no me lo explico», ha especulado Llinares.

El director de la Agencia incluso ha hilado más cosas, como «la casualidad de hoy, que aparece una tercera (funcionaria), que ya he mencionado. Ese sindicato intentó acabar con la Agencia cuando yo estaba todavía solo al plantear una cuestión de inconstitucionalidad». Llinares se refería al escrito de la funcionaria (delegada de CCOO) registrado en Les Corts el pasado viernes, señalando su situación en la Agencia. «Ese sindicato, ese, que tendría que preocuparse de los 34 funcionarios protegidos por la Agencia. Me podrían preguntar si hay algún sindicato que se haya preocupado por esos procesos de protección del funcionariado que lo está pasando muy mal... Ninguno. En Francia, el principal sindicato presionó al Gobierno para que se traspasara la directiva europea que funcionase para proteger a los trabajadores que denuncian malas prácticas. Fueron los sindicatos. Aquí no se han preocupado nunca. Al reves. Molestamos y nos consta que molestamos. No se han preocupado para nada», ha conjeturado Llinares.

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«No hay casualidad. Todo responde en política a algo, a cuestiones que hay ahí y nuestro trabajo molesta y en vez de aceptar nuestras recomendaciones deciden desprestigiar al personal porque es la manera de atacar los informes periciales que hacemos, desprestigiar al personal e incidir a los que tienen la mayoría (en Les Corts, PP y Vox) para que disuelvan la Agencia. Ese es el final de todo esto», ha concluido el director de la Agencia en una intervención que ha generado estupor entre los parlamentarios que configuraron el Botánico.

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