Marzà se suma al ninguneo de PSPV y Podemos a los reproches de Oltra y Mas

Ya dijo la semana pasada Marzà que él no ha venido a este mundo de la política a participar en polémicas. Y a fe que lo cumple. El exconseller de Educación, nacionalista y dirigente de Més (el antiguo Bloc) no se ha hecho eco de las críticas directas y claras de la vicepresidenta saliente, Mónica Oltra, al modo en que el PSPV esquiva las políticas de izquierdas del tripartito y a la manera en que evita la cogobernanza. Vicent Marzà tampoco ha secundado a la vicepresidenta entrante, Aitana Mas, que también ha alertado en sus primeras declaraciones antes de convertirse en número dos del Consell de las «reticencias» de los socialistas y ha advertido: «O existe la codecisión, o no hay gobierno de coalición». El exconseller de Educación, sin embargo, apuesta por pasar página. Ni Oltra, ni Mas, ni nada. Ha tomado la misma actitud que Podemos, cuya coordinadora y síndica en Les Corts, Pilar Lima, ha mirado igualmente hacia otro lado cuando se le ha preguntado por esas críticas. E igual ha hecho (eso era previsible y lógico) la síndica del PSPV y a la sazón exconsellera de Sanidad, Ana Barceló, que directamente ha negado la existencia de resistencias, reticencias, trabas o complicidades con los neoliberales. Socialistas y morados se lavaron las manos la semana pasada y siguen con ellas en la pila purificante, la de los que no se dan por aludidos. Aquí no ha pasado nada, señoras, circulen.

Así pues, a la izquierda del PSPV hay de todo y para todas. Por una colina asoma Oltra, Mas y, en general, Iniciativa (uno de los partidos de Compromís) poniendo el acento en la querencia de los socialistas por dar cariño a las políticas de la derecha mientras ningunean a sus socios de la izquierda.

Por el río cruza Podemos, que enfoca sus críticas a los socialistas en clave nacional. Lima ha lamentado los «parches» de Puig con sus ayudas a los autónomos porque los morados libran un pulso en el Gobierno central con el ministro Escrivá a cuenta de las cotizaciones, pero en lo relacionado con las críticas al PSPV, la líder morada prefiere pasar de largo y no poner el dedo en la llaga.

Y mientras Marzà, una de las cabezas visibles del nacionalismo de Més (el partido mayoritario en Compromís), evoca lo verde que era su valle y los logros de las políticas del tripartito, sin querer tampoco entrar a la cuestión planteada por Oltra y Mas. El exconseller apuesta por un discurso en el que subraya los logros más que las carencias, que no son precisamente insignificantes.

Oltra señaló el pasado miércoles: «No le quiero dar la coartada a nadie para poder decidir unilateralmente que Compromís no forme parte del Gobierno valenciano». La vicepresidenta saliente, respecto a la posición del jefe del Consell, indicó que «es complicado decir si esperaba apoyo de Puig. Me hubiera gustado, pero no lo esperaba». Igualmente, la dirigente de Compromís advirtió de que »no le voy a dar la coartada al PSOE para que acabe con las políticas del Botánico« y admitió que »me duele ver que no se pueden hacer políticas fuera del dogma neoliberal».

Y ni más lejos que este lunes, Aitana Mas ha señalado que «en Compromís somos conscientes de las reticencias que ha generado eso (implantar la toma de decisiones compartidas y ahí es donde quiero incidir, porque ese es el único camino posible. Porque si no hay codecisión, no hay gobierno de coalición».

Para Podemos, PSPV y Marzà, frente a todos esos comentarios tienen poco que decir. Como si oyeran llover o pasara un carro.

«Hemos dicho ya en ocasiones la necesidad de los consensos. Comparto el mensaje de Mas porque a vees, es la constumbre del bipartidismo, piensan que gobiernan en solitario pero en realidad lo hacemos de manera colectiva. No tiene más trascendencia», ha señalado Lima, que frente a las palabras de Oltra y su decisión de dimitir, se ha limitado a indicar: «Fue una decisión suya. Nada que decir. Hemos de centrarnos. Va a ser un año complicado con la subida de precios y todas las cosas que nos están afectando en el día a día». Pasando de página y a otra cosa, mariposa.

Vicent Marzà ha comenzando alabando la «gran generosidad» de Oltra, «que demuestra que no todos somos iguales, y en nueñstro caso se anteponen los intereses colectivos a los personales». El exconseller, preguntado por las discrepancias con el PSPV ha indicado que «somos un gobierno de coalición, un único gobierno con diferentes programas y con un acuerdo que debe cumplirse para mejorar la vida de la gente, y es sano y bueno gobernar en coalición. La unidad de acción existe, ha existido y debe seguir existiendo».

El ahora portavoz adjunto de Compromís ha recordado que el tripartito ha adoptado medidas para reducir el gasto escolar, aumentar el empleo, implementar la renta valenciana de inclusión y propiciar inversiones históricas en el sector industrial. Sobre las «reticencias» que señala Mas, Marzà ha señalado que «como es normal, en un Consell de coalición hay debate y es posible plantear todas las ideas y poner por delante el acuerdo del Botánico para gozar de una estabilidad, una estabilidad mayor que la de los gobiernos de la derecha. Somos los únicos que hemos aprobado siete presupuestos en tiempo y forma desde 2015».

Ana Barceló, exconsellera como Marzà, pero en su caso del PSPV, directamente ha negado la existencia de «reticencias» o el enfrentamiento entre socios. «No he percibido reticencias ni coartadas», ha señalado la síndica socialista, quien ha recordado que «ya dijimos que era a Compromís al que le tocaba tomar decisiones». Además, Barceló, ha reinterpretado a Mas: «Entiendo que Mas lo que traslada es la necesidad de continuar trabajando conjuntamente».

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