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Les Corts albergó este jueves una jornada de seis horas del pleno más tenso en lo que va de legislatura. Se celebró la sesión de control al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que ya entonces fue blanco de críticas graves de la oposición. También fue objeto de las mismas la vicepresidenta Mònica Oltra , ausente (de viaje en Madrid), lo que anticipó un debate muy convulso, porque a última hora se confirmó el voto negativo del tripartito que sostiene al Botánico para crear dos comisiones de investigación: la relacionada con las ayudas recibidas por el hermano de Ximo Puig y la que pretendía auditar la actuación en los centros de menores que gestiona Mónica Oltra.
La escalada de tensión provocó que incluso un síndic, el de Compromís, se excusase por el tono utilizado al increpar a los populares después de que uno de los diputados del PP (durante un momento del debate, en la réplica del conseller Vicent Soler cuando la oposición pedía explicaciones al Consell por la gestión de las políticas de menores), leyese en voz alta y al margen del turno de palabra un fragmento de la sentencia contra el educador social, exmarido de Oltra, condenado por abusos a una niña en un centro. La crispación generada en ese momento, poco después de las 10 de la mañana, hacía prever una sesión extremadamente dura, y lo fue, si bien se templaron los nervios aunque algunas acusaciones e insinuaciones fueron gravísimas.
El Botánico enterró la posibilidad de investigar a sus máximos dirigentes. La negativa a celebrar las comisiones permitió al PP recordar las ocasiones pasadas en que los socialistas y nacionalistas reclamaron investigaciones, como las abiertas durante la pasada legislatura.
El ajuste de cuentas llevó incluso a que María José Catalá clonase pregunta que, en 2017, Mónica Oltra dirigió a los populares cuando anunció el cierre del centro de Segorbe, y este jueves el PP las recuperó para dirigirlas a los altos cargos del Botánico. Ese momento generó una bronca enorme.
Oltra no estaba ayer en el hemiciclo para responder. El presidente sí acudió pero tampoco respondió a nada relacionado con las acusaciones de la popular Isabel Bonig realizó hacia la actividad de su hermano («el Consell no ha hecho nada») ni respecto al comentario de la dirigente popular advirtiendo de que «por mucho que ustedes llamen para enredar, la verdad se abrirá paso, señora Bravo (la consellera de Justicia), que no le digo a usted que levante el teléfono para marear«. No lo dijo pero algo dijo, porque horas después, la portavoz adjunta del PP, Eva Ortiz, al defender la creación de la comisión sobre las empresas del hermano del presidente, señaló: «Bravo da muchas vueltas en torno a esta causa».
De nada sirvió a los populares que Cs y Vox apoyasen la creación de la comisión de investigación sobre Francis Puig a causa del gran incremento de la actividad económica de sus empresas, las dudas sobre las audiencias que justifican las ayudas recibidas, los contratos cruzados con otras empresas creadas por el entorno del hermano del presidente, facturas y nóminas utilizadas en repetidas ocasiones para optar a subvenciones e investigaciones judiciales. De nada sirvió que Eva Ortiz recordase que las empresas vinculadas a los hermanos del presidente han recibido subvenciones de media docena de consellerias y cuatro organismos, ni la lista de juzgados, agencias y tribunales que investigan posibles irregularidades. De nada sirvió, incluso, que Ortiz mencionase al hijo del presidente, contratado a cargo de una subvención de la Conselleria de Economía que recibió Mas Mut Comunicacions, una ayuda con el requisito, según el PP, de que la relación laboral se prolongase un año, si bien el hijo de Puig presentó la baja voluntaria a los cuatro meses. De nada sirvió porque, para el PSPV, todo el argumentario era una gran mentira con el fin de atacar al presidente y de arremeter contra las ayudas al valenciano, un extremo, este último, que repitió Compromís, que tampoco dio credibilidad a las acusaciones.
Igual o más tenso fue el debate para pedir investigar los centros de menores. Elena Bastidas, del PP, acusó a la conselleria de «incompetencia» a la hora de gestionar denuncias por abusos, la sucesión de detenciones, los impagos y sentencias que censuran la actividad de la conselleria, como la relacionada con el centro de Segorbe. Vox y Ciudadanos reiteraron esas deficiencias y pidieron la dimisión de Oltra, a quien la diputada de Cs Cristina Gabarda reprochó ser «una cobarde que se esconde en Madrid», en referencia al viaje que realizó ayer la vicepresidenta. Gabarda incluso se preguntó si «influyó la relación de parentesco» de Oltra respecto a la gestión del caso de su exmarido: «Visto lo viso, lo podemos intuir». En relación a este mismo tema, los populares criticaron que desde el Botánico se ha expresado «mucha solidaridad con Oltra y muy poca con la menor víctima de los abusos».
Para la izquierda, la vicepresidenta ha dado suficientes explicaciones, y tanto Compromís como Podemos se remitieron a la comisión parlamentaria en la que la responsable de los centros de menores compareció hace dos semanas. Por parte del PSPV, se reconocieron «errores», si bien la socialista Rosa Peris consideró que la realidad actual «es mejor de lo que ustedes la pintan». Así que, por todo ello, también esa comisión de investigación fue rechazada.
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