Con un árbol de Navidad de fondo pero desde una estampa tan mediterránea como es el Castillo de Santa Bárbara de Alicante el presidente Carlos ... Mazón se ha estrenado con su primer discurso de Fin de Año, toda una tradición entre los máximos dirigentes autonómicos. El dirigente valenciano optó por exhibir su perfil más moderado para abogar por el diálogo y el entendimiento y, pese a tener un tono mucho más comedido, ha sacado a relucir grandes demandas valencianas de las que espera que haya avances en 2024, la gestión de recursos hídricos, la reforma del sistema de financiación y el despliegue de infraestructuras clave.
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El jefe del Consell admitió en este mensaje retransmitido por À Punt que «sería injusto aprovechar este espacio en beneficio propio» y, por ello, apostó «por dejar de lado las diferencias» que han llevado a importantes enfrentamientos verbales con PSPV y Compromís en escenarios como Les Corts. De esta forma evitó un choque frontal tanto contra la oposición como el Gobierno y las únicas demandas que exhibió fueron clásicas aspiraciones autonómicas que incluso podría haber demandado su antecesor, Ximo Puig. «Es la hora de comprometernos con el encuentro y no con el conflicto», puntualizó antes de añadir que su empeño personal es que la Comunitat Valenciana «tiene que ser un espacio de serenidad».
Las palabras que sobrevolaron en todo momento su intervención, que mezcló el castellano y el valenciano e incluso incluyó algún guiño en inglés, fueron relativas a la unión, el pacto y los acuerdos, sean o no adversarios políticos. «Sólo quiero hablaros de lo que compartimos. Reivindicarlo. Y hacerlo con la misma normalidad con la que familias diversas se reúnen, compartiendo distintas maneras de ver la vida y de vivirla», apostilló Mazón junto a un ejemplar del Estatut de Autonomía.
En este sentido, admitió que insistirá cuantas veces sea necesario para que en la Comunitat Valenciana estos años no sean años «de rencillas, sino de trabajo fructífero y eficaz». Un trabajo que espera que termine con más agua para que los regantes permitan que la Comunitat Valenciana «siga siendo la huerta de Europa» y cuente con infraestructuras como el corredor mediterráneo o un puerto de Valencia ampliado que impulsen a las empresas locales. Además de, por supuesto, una financiación justa «para que no haya ciudadanos de primera y de segunda».
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Donde ya se notaron más diferencias claras respecto a la anterior etapa fue en los matices que expresaron sus palabras. Porque para Mazón estos objetivos se tienen que lograr «con perspectiva de Estado, sin privilegios». Una sutil referencia a otras concesiones del Ejecutivo a Cataluña que muchos dudan que se hubieran producido si Pedro Sánchez no necesitase los votos de los partidos independentistas catalanes. «Es la hora de situarnos y permanecer junto a la generosidad, no de la perspectiva unilateral, egoísta», remató Mazón. En esta línea, defendió la libertad de elección de lengua al reivindicar «que cada cual se deseará lo mejor, y cada uno lo hará a su manera». «Diremos feliz año nuevo, feliç any nou, o happy new year…Con igual intensidad, con la misma esperanza», recalcó.
Tampoco se quiso olvidar del cambio político materializado este 2023 tras la victoria del PP en las elecciones autonómicas y la conformación de Ejecutivo de coalición con Vox. Porque al final este año también ha sido para el presidente uno de «profundos cambios». «Pero no hay cambio en la Comunitat Valenciana que no haya sido alentado por la sensatez de sus ciudadanos, por la búsqueda del equilibrio», quiso puntualizar. Además, consideró que las elecciones también pusieron sobre la mesa un mandato «que reclama ahora rigor y seriedad en su cumplimiento». «Rigor para que las medidas que salgan de la administración beneficien a los colectivos más vulnerables», apostilló.
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De la misma forma, dejó claro que se guía por la seriedad, «para que las promesas se cumplan en un entorno de libertad que permita desplegar la energía y el talento de los valencianos sin cortapisas». Y aseguró que se cumplirán promesas como la de la agilización de la Administración. Porque Mazón, que quiso también sacar una faceta positiva, visibilizó que la Comunitat tiene mucho potencial que se demuestra cada día y que no hay que entorpecer. Aunque dedicó también un espacio al recuerdo de víctimas, en especial a las de la violencia de género. Abogó por luchar «para que esa lacra salga de nuestras vidas», algo que le ha causado conflictos con Vox más por las formas que por el contenido.
Aunque a lo largo de todo su discurso coló referencias a productos valencianos, al final admitió que no le hubiera gustado concluir «sin desear que los Reyes Magos reciban muchas cartas que no olviden nuestros productos, nuestra magnífica artesanía, nuestro calzado, nuestros juguetes; todo aquello que proporciona ilusión y trabajo bien hecho, o libros de editoriales de la Comunitat Valenciana, para que tampoco ellos olviden que aquí, todos creamos juntos y en libertad». Y no sólo se quedó en las palabras ya que, como informó À Punt, el presidente llevaba unos zapatos fabricados en Elda además de una corbata que ya es un símbolo.
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Casi tanto como otros productos valencianos que espera que estén en las mesas en los días de celebración. Los ejemplos, alcachofas de Almoradí o Benicarló, langostinos de Vinaròs o Guardamar, cava de Requena, turrón de Xixona y uva embolsada del Vinalopó. A todas esas familias Mazón les deseó un feliz año antes de agradecer el trabajo de todos los que garantizarán que se lleven a cabo esas fiestas, fuerzas de seguridad y emergencias, sanitarios, personal del transporte y la limpieza.
Por mucho que no se tratara de poner énfasis en el diálogo y el acuerdo y se dejaron en un segundo plano más sutil las críticas el discurso no gustó a la oposición. La coordinadora de la provincia de Valencia del PSPV en Les Corts, Mercedes Caballero, calificó de «discurso vacío de contenido y lleno de palabras huecas» el mensaje de Fin de Año y afirmó que con ello «demuestra que no tienen proyecto y que son un corto paréntesis en nuestra historia». Para Caballero las palabras de Mazón demuestran «que tenemos un gobierno que en seis meses solo se ha dedicado a deshacer los avances conseguidos y no generar ninguna idea nueva».
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Para Joan Baldoví, síndic de Compromís, el discurso demostró «la hipocresía y el postureo al que nos tiene acostumbrado el gobierno de PP y Vox en sus primeros meses de mandato, en los que dicen una cosa y hacen la contraria». «Por un lado, hablan de unidad y diálogo y, por el otro, imponen a la mayoría de valencianos recortes en derechos para contentar a sus socios de extrema-derecha y recortes de servicios públicos para poder pagar sus regalos a los más ricos», indicó.
Por su parte, los portavoces del PP y Vox, Miguel Barrachina y José María Llanos, coincidieron en que «Mazón quiere una Comunitat Valenciana protagonista en una España sin privilegios de unos territorios sobre otros» y creen que así se visibilizó en un discurso «riguroso y serio».
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