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Burguera
Lunes, 8 de abril 2024, 11:47
El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, ha cargado frontalmente en el Senado contra la ley de amnistía y, por ende, contra el Gobierno de Sánchez y el independentismo catalán. Y especialmente, frente a Pere Aragonès, el jefe del Govern, que le ha antecedido durante ... una intervención en el Senado, donde ha afirmado: «La amnistía dejó de ser inconstitucional e imposible como sucederá con el referéndum». Sin disimulos.
«Intervengo después de escuchar discursos que demuestran el ejemplo de la falsedad de la exposición de motivos de la ley, porque no son reales», ha indicado Mazón en su intervención en la Comisión General de las Comunidades Autónomas que se celebra este lunes en el Senado para hablar sobre la proposición de ley de amnistía.
Mazón ha afirmado que tras la ley de amnistía vendrán nuevas reclamaciones del independentismo catalán, como la autodeterminación o la imposición de una vocación expansionista hacia la Comunitat o Baleares. «Tienen ustedes una vocación de expansión, expansionista. La ensoñación de los països catalans es lo siguiente y ni ha existido ni existe ni existirá», ha señalado.
«No voy a tolerar ningún menosprecio más por parte del independentismo catalán. A los valencianos ni se les trolea ni se les humilla, sino que se les respeta», ha reclamado Mazón.
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Previamente, el portavoz en el Senado del PP tildó la norma de chantaje, mientras que los socialistas rechazaron el debate en sí mismo por considerar que la ley no afecta en nada a las comunidades autonómas, así que los presidentes autonómicos no tienen nada que decir, de modo que el debate en sí mismo es una instrumentalización partidista por parte de los populares. Ni un barón socialista ni representantes del Gobierno central participan en el debate.
La pinza que sufre Sánchez y el socialismo es muy notable. Por una parte, el PP, que arremete contra la ley de amnistía. Por otro, los independentistas, que se jactan de las contradicciones de los socialistas una vez Sánchez ha tenido que ceder frente a las exigencias de ERC y Puigdemont.
El presidente catalán, Pere Aragonès, ha afirmado que «es necesario» el referendum de autodeterminación en Cataluña y ha subrayado las múltiples ocasiones en que ministros del PSOE (ya ha citado a los catalanes Iceta e Illa, que ahora es su rival como candidato del PSC a las elecciones catalanas) negaban la posibilidad de poner en marcha la amnistía, y que ese cambio de posición también se producirá con la autodeterminacion.
«Lo que hoy es no, mañana será que sí. Es la factura de la fractura, y nos lo confirma el presidente de Cataluña», ha indicado Mazón, para quien el informe presentado en el Senado demuestra la gran anomalía institucional por la que transita España, con riesgos evidentes para las comunidades autónomas. Se deslegitima al Estado, quiebra el principio de igualdad, destruye la ecuanimidad del estado autonómico y sitúa en la irrelevancia a los territorios que no son Cataluña.
Antes de Mazón, pero después de Aragonès, ha intervenido el murciano López Miras, que ha incidido igual que el presidente de la Generalitat en el problema de la financiación y en que el trato de favor que durante la actual legislatura el PSOE está dispuesto a dar al independentismo supone un agravio comparativo con las regiones más desfavorecidas por el sistema de reparto de transferencias del Estado, el modelo de financiación.
El presidente murciano ha centrado su discurso en la cuestión de la ley y su sensación de ser ilegal y que fomenta la desigualdad. El tono ha sido muy similar al de Guardiola, la presidenta extremeña, o el del castellano-leonés Mañueco. La madrileña Díaz Ayuso se ha enfocado hacia el Gobierno de Sánchez y el PSOE y la unidad de España. Sin embargo, en este sentido, Mazón, como vecino de Aragonès, ha sido mucho más incisivo en las consecuencias de la actitud política del independentismo catalán más allá de Cataluña. Para el presidente de la Generalitat, además del agravio comparativo que otros barones populares han señalado, el separatismo es, también, expansionismo.
Mazón ha comentado que las intervenciones previas, en realidad, la de Aragonès, pretende «humillar al Estado, negar el diálogo y hacer apología del monólogo unilateral. No hay mejor ejemplo de que no se ha pasado página, no se desea el diálogo y que la reconciliación es una palabra vacía, porque estamos en lo mismo, la perspectiva unilateral».
El presidente de la Generalitat ha afeado el discurso de Aragonès por considerar que «es la prueba fehaciente de la falsedad de la exposición de motivos (de la ley de amnistía), porque la auténtica razón por la que se pretende la aprobación de la norma no aparece y porque las razones y objetivos no son reales. Se prueba, desde el separatismo catalán, en tono de burla, de menosprecio, mirando por encima del hombro. Desde una posición de superioridad intolerable, con una vocación de expansión incluso sobre otras comunidades, como la Comunitat o Baleares, que no vamos a consentir».
Aragonès no ha tenido empacho en explicar que, en virtud de lo que considera un «desprecio, maltrato constante» del Gobierno, su intención es eliminar el déficit fiscal.
Porque Cataluña aporta más de lo que recibe, lo cual es estrictamente cierto. Es algo que ocurre en toda política tributaria redistributiva, que la izquierda dice defender frente a la derecha, porque los territorios con más renta (igual que los más ricos) ingresan más en la caja común que los que cuentan con menos renta (excepto la Comunitat, única región de España que, con un nivel de renta más bajo que la media nacional, aporta más que recibe). Sin embargo, para Aragonès, Cataluña no debe continuar contribuyendo más de lo que recibe porque, como buen nacionalista, no considera que deba existir una caja común.
Aragonès ha reclamado una «relación bilateral» con el Gobierno. Al margen, por tanto, del Consejo de Política Fiscal y Financiera, ya que el independentista catalán, en plena campaña electoral para las elecciones que se celebran dentro de un mes, ha dicho que persigue una «financiación singular para contar con todos los recursos que genera Cataluña», y después de ello ha citado al poeta valenciano Vicent Andrés Estellés: «com una consigna/ circula secretament / de mà en mà, per tot el poble, / una rosa de paper». La rosa, según Estellés, es su deseo de independencia. Y el papel, según se puede deducir por la intervención del líder de ERC, es el de los billetes de la moneda circulante.
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