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F. R.
VALENCIA.
Lunes, 27 de agosto 2018, 00:08
Después de que la vicepresidenta del Consell y líder de Compromís, Mónica Oltra, no pudiera ayer en Morella tratar de resolver la crisis en que está envuelto el Gobierno valenciano porque el presidente, Ximo Puig abandonó su localidad el sábado para descontectar antes de tornar a la actividad política a mediados de la próxima semana, el presidente de Les Corts, Enric Morera, ha empezado a tomar cartas en el asunto.
El también dirigente de Compromís va a exigir la convocatoria de la comisión de seguimiento del pacto del Botànic en la que representantes de las tres formaciones firmantes de aquel acuerdo, PSPV, Compromís y Podemos, se sienten a dialogar y zanjen sus diferencias, en especial los socialistas y los nacionalistas tras el desencuentro y las criticas cruzadas ante la falta de comunicación interna entre los miembros del Consell: a la vicepresidenta Oltra no se le dijo que la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, pactaba con el Gobierno central una comisaría especializada en violencia machista en la Ciudad de la Justicia -ella la reclamaba desde hace dos años y que se instalase en el centro Mujer 24 horas- y que el titular de Hacienda, Vicent Soler, cambiase el sentido del voto en el Consejo de Política Fiscal y Financiera y en lugar de abstenerse como en julio, se pronunciara a favor de la propuesta del Gobierno de su partido tras las negociaciones llevadas por el presidente Puig que desembocaron en que el Ejecutivo central se hace cargo de 350 millones de euros del Consorcio Valencia 2007. El voto a favor, si finalmente se aprueba en el Congreso, posibilitaría que el Consell también pudiese endeudarse en unos 250 millones de euros adicionales y percibiría otros 250 millones de la recaudación del IVA, como el resto de autonomías.
El entorno de Morera teme que, si no se resuelve esta crisis, «vamos a escenificar la ruptura en el debate de política general que se inicia el próximo 11 de septiembre» y eso los socios del Botànic «no nos lo podemos permitir».
Apuntan, además, que para solucionar esta situación se tiene que reunir la comisión de seguimiento del pacto del Botànic antes de la principal cita parlamentaria en la apertura del curso. Esta misma semana, según las fuentes consultadas, tratarán de concretar una fecha para que las tres partes se vean las caras. «Es que esto no es cosa de una o de dos. No es algo personalista, es más serio. Esto es un pacto de tres fuerzas políticas y son esas tres fuerzas políticas las que tienen que resolver la situación», reflexionan.
Consideran que si en el debate de política general los socios ponen en evidencia las grietas que atraviesan el Consell, debilitaría más todavía el Gobierno valenciano, en el que se ha exhibido estos días una falta de comunicación entre los consellers que, por otra parte, tampoco es nueva. De hecho, la vicepresidenta, Mónica Oltra, ya se quedó esperando el pasado mes de junio que el presidente, Ximo Puig, la llamase para anunciarle el nombre de la persona que iba a sustituir a Carmen Montón al frente de la Conselleria de Sanidad. Oltra se enteró por la prensa que la diputada socialista Ana Barceló era la elegida.
Lo que tienen claro desde Compromís es que hay que levantar el pie del acelerador del enfrentamiento y dialogar hasta la extenuación, «pactar hasta las criticas entre los socios». Poner en evidencia la división no beneficia a ninguno de los firmantes del Botànic de cara a la próxima cita electoral, señalan.
En positivo, indican, es que esto les permite negociar directamente con el Ministerio de Hacienda para lograr «un tratamiento diferenciado» hacia la Comunitat, si es que los 84 diputados del PSOE necesitan los votos de Compromís para aprobar los Presupuestos del Estado de 2019.
El presidente de la Generalitat y secretario general del PSPV, Ximo Puig, pactaría con Compromís un adelanto electoral, según ha trascendido de la conversación que el jefe del Consell mantuvo recientemente con el presidente de Les Corts, Enric Morera. El de Morella señaló que no realizaría una convocatoria unilateral y que, entre otras razones, adelantar los comicios autonómicos se haría para visualizar que «somos una nacionalidad histórica». Puig trasladó a Morera que, incluso con la actual crisis abierta, no se dan las condiciones para anunciar ahora un adelanto electoral.
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