El socialismo valenciano lleva semanas, si no meses, mirando de reojo el calendario político. La investidura como presidente de Pedro Sánchez y la conformación del nuevo Gobierno que ha dado a conocer este lunes permiten pasar página de la conformación del Ejecutivo de la próxima ... legislatura. Los focos del PSOE, más allá de la labor del Ejecutivo y la puesta en práctica de los pactos con el independentismo catalán, miran ahora a la composición del segundo escalón y al calendario electoral de 2024 -gallegas, vascas y europeas-.
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Pero los del PSPV, tras la derrota del 28-M y este impás de la composición del nuevo Gobierno, están pendientes de los congresos, primero federal del PSOE y luego nacional del PSPV, a celebrar a partir de otoño de 2024.
El socialismo valenciano lleva retrasando desde el 28 de mayo el análisis de los resultados electorales. La derrota que apartó entonces al PSPV de la presidencia de la Generalitat se justificó en su momento en la mala valoración que obtenía la gestión de Pedro Sánchez. «Ha sido culpa de Ferraz», se vino a decir.
La realidad, no obstante, se impuso el 23 de julio, cuando Sánchez fue capaz de darle la vuelta a la mayoría de encuestas y obtuvo un resultado que ahora le ha permitido la investidura la semana pasada, y este lunes formar Gobierno.
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De modo que el punto de partida, la falta de explicaciones o de análisis del resultado del PSPV en las autonómicas, se mantiene. Tan es así, que la dirección de los socialistas valencianos incluso ha evitado reunir al comité nacional -máximo órgano entre congresos- para ratificar los cambios en la ejecutiva, con las designaciones de Pilar Bernabé como vicesecretaria general y Rosa Peris como vicesecretaria de Igualdad.
La composición del nuevo Gobierno de Sánchez permite extraer conclusiones respecto a cómo puede afrontar el socialismo valenciano los próximos meses. La primera afecta al aún secretario general de los socialistas valencianos. Ximo Puig se ha convertido en uno de los derrotados de este proceso, después de que su entorno le situara con entusiasmo como una de las más firmes opciones de incorporarse al nuevo Gobierno.
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Puig no es ministro, pero mantiene todos esos cargos que ha querido retener después del 28-M: secretario general, presidente del PSPV de Les Corts y senador territorial. ¿Volverá a optar a la secretaría general del PSPV? Sandra Gómez, la líder del partido en Valencia, ya se ha mostrado a favor de esa opción, aunque por el momento ningún otro cargo del partido se ha pronunciado en ese sentido.
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Puig, 64 años, podría por supuesto, volver a optar a liderar el partido. Pero el nivel de desautorización que supone haberse promocionado como ministrable y no haberlo logrado supone una losa quizá demasiado pesada incluso para él. Algunas fuentes del PSPV especulaban incluso este lunes con la posibilidad de que Puig convocara un congreso extraordinario, aunque parece poco probable que eso se produzca.
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¿Y Diana Morant? Su continuidad como ministra, aunque al frente de una cartera menor -Ciencia, Innovación y Universidades- le garantiza una posición de complicidad y cercanía con el poder que representa Pedro Sánchez a tener muy en cuenta. Aún así, optar a la secretaría general del PSPV le obligaría, sobre el papel, a abandonar el ministerio en el plazo de un año. Y no parece -con todas las prevenciones- que esa sea la hoja de ruta a seguir.
De modo que el escenario que parece abrirse en el socialismo valenciano sugiere un vuelco en el terreno orgánico, el cambio de la mayoría que hasta la fecha se ha mantenido al frente del partido, con Puig, como secretario general, y la irrupción de nuevos referentes como los dos barones provinciales de Valencia y Alicante, Carlos Fernández Bielsa y Alejandro Soler, la delegada del Gobierno Pilar Bernabé o el alcalde de Almussafes Toni González.
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JC. Ferriol Moya
El ticket que forman Soler y Bielsa ya se ha dejado ver en alguna ocasión, como con motivo de los cambios introducidos por Puig en las listas para el Congreso y el Senado, posteriormente corregidos por Ferraz. Los apoyos que representan, sumados a alguna otra sensibilidad, podrían bastarse en una contienda orgánica del PSPV.
Eso sí, el factor clave seguiría en manos de Sánchez. El criterio del líder del PSOE será determinante a la hora de condicionar el futuro del socialismo valenciano. Lo que cabe concluir de la conformación de este Gobierno es que Puig sale debilitado y sin cartera, y que el perfil discreto de Morant le vale para mantener su cartera. ¿El congreso del PSPV? Aún queda mucho para llegar a esa pantalla.
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