A. Rallo
Lunes, 15 de julio 2024, 14:07
La Presidenta del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV), Pilar de la Oliva Marrades, ha iniciado los trámites para solicitar su jubilación voluntaria a fin de que esta sea efectiva el 2 de enero de 2025, tras su aprobación por el Consejo ... General del Poder Judicial (CGPJ), como prevé la ley, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) en un comunicado.
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El artículo 386 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) establece que los jueces y magistrados podrán jubilarse a partir de los 65 años siempre y cuando lo hayan manifestado con seis meses de antelación al órgano de gobierno de los jueces.
Pilar de la Oliva (Alzira, 1956) preside el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana desde 2010. Fue nombrada por el Pleno del CGPJ el 28 de octubre de ese año y reelegida en el cargo para un nuevo mandato de cinco años en enero de 2016. Desde enero de 2021 ocupa la Presidencia con el mandato prorrogado. Su anterior destino era el juzgado de Instrucción 1o de Valencia donde había desarrollado prácticamente toda su carrera judicial.
De la Oliva ha sido víctima del bloqueo del Poder Judicial durante cerca de seis años lo que ha impedido la renovación de los cargos de la judicatura valenciana así como también las plazas para el Tribunal Supremo.
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La presidenta ha querido guardar siempre silencio respecto a la posibilidad de optar a un tercer mandato, una opción que no suele ser habitual, pero tampoco extraordinaria. Las alternativas eran la de un tercer mandato al frente del TSJ, la jubilación que finalmente ha anunciado o quizá el regreso a su juzgado, algo que, sin duda, hubiera resultado algo extraño tras su etapa al frente del alto tribunal.
Sin embargo, el tiempo que ha transcurrido estando en funciones ha permitido que alcanzara la edad de los 65 años, con lo que se abría la puerta a la jubilación pese a que los magistrados pueden continuar hasta los 70 años e incluso hasta los 72 con una autorización especial.
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Su decisión despeja el camino para los otros aspirantes al alto tribunal valenciano. El bloqueo del Poder Judicial había soterrado el debate acerca de posibles candidatos a la plaza al tratarse de un escenario muy a largo plazo.
La presidencia de De la Oliva ha tenido dos fases. Una, la primera, ciertamente convulsa. Fue la etapa de los grandes casos de corrupción del PP -ella misma llegó a participar en el juicio del caso Blasco, entre otros- y desde el entorno de la magistrada se apuntó a la tensión que existió con la propia Administración.
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No se puede olvidar que debe haber una relación fluida entre el TSJ y la Conselleria de Justicia para tratar de solucionar los problemas e incidencias del día a día de la forma más efectiva posible. Superado ese periodo, las relaciones, especialmente con el Botánico, resultaron más cordiales. Desde algunos ámbitos judiciales, por otra parte, se ha achacado a la presidenta cierta pasividad o falta de iniciativa a la hora de afrontar los problemas. El talante de la presidenta -muy diferente al de su antecesor Juan Luis de la Rúa- también ha trasladado tranquilidad a su etapa al frente del TSJ.
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