La progresiva reinserción de Mónica Oltra en la vida política ha tenido hoy un nuevo capítulo. Tras su charla en Ca Revolta en unas jornadas sobre desigualdad y la presentación de un libro de Enric Nomdédeu, en la noche de este domingo ha decidido ... aumentar la intensidad de su exposición pública.
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La exvicepresidenta y todavía referente -el más importante- de Compromís ha concedido una entrevista al programa Salvados. No ha ofrecido novedades de la investigación por la que está imputada por un supuesto encubrimiento de los abusos sexuales a su exmarido. De las diligencias, seguro que aconsejada por su letrado, ha relatado de nuevo el contenido de su declaración judicial.
La charla se ha grabado en su casa y ha mostrado imágenes de la vicepresidenta cocinando y haciendo tareas de albañilería. Oltra ha explicado que vive del paro tras su salida de la Generalitat, aunque está ya buscando trabajo. «No me importaría trabajar de soldadora», ha adelantado. Cobra algo más de 1.300 euros de la prestación por desempleo.
Cargos de Compromís han aprovechado esta entrevista para lanzar a través de redes sociales una campaña a favor de la exvicepresidenta. Oltra ha explicado que siempre quiso ser política, desde muy joven. No ha querido etiquetar su evolución ideológica desde el comunismo a la izquierda valenciana.
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Francisco Camps y Rita Barberá han tenido también su cuota de protagonismo en esta entrevista. «Convirtieron todo aquel que no les votara en alguien anormal. Ser valenciano era sinónimo de votar del PP. Pero dejaron un agujero enorme por el mal gobierno y la corrupción». No ha sabido decir ni una iniciativa positiva de estos dos políticos.
Oltra ha confesado que todavía guarda las camisetas que le hicieron famosa en Les Corts. «Me las ponía porque no me dejaban hablar. Las utilizaba para eso». De hecho, como la entrevista se ha grabado en su domicilio, ha aprovechado para enseñarlas. Nunca se arrepintió de utilizarla. El entrevistador le ha recordado que Cs hizo lo mismo en el momento que se pedía su dimisión. «No es lo mismo. Yo siempre he dado explicaciones. No se puede comparar con lo mío. Sería mentir».
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La exdirigente ha recordado los momentos de dificultad en la coalición entre Compromís y PSPV. «Yo siempre he sido leal a ese pacto». Oltra se ha definido como una consellera de «gestión». Lo más duro de su etapa han sido las concentraciones por asesinatos de violencia de género.
Oltra ha manifestado que le molesta que se llame caso Oltra a esa investigación judicial «porque no hay ningún caso». La exvicepresidenta ha subrayado que la plantilla del centro donde se produjeron los abusos no dependía de la Conselleria. En esos momentos, según la vicepresidenta, no tenía ya una relación sentimental con el abusador. Vivían en la misma casa, en pisos diferentes, «pero no convivía».
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De nuevo, ha vuelto a contar cómo se entera de la denuncia por abusos, por una citación judicial que llegó a su domicilio. Seis meses después de los hechos. Ha admitido que su marido no le dijo nada ni cuando se le abre una investigación en el centro y se le aparta momentáneamente, meses antes de las diligencias judiciales.
En la conselleria, ha insistido, en que no se le informó. Pero tampoco tendrían que hacerlo, según su tesis. Ha vuelto a poner el ejemplo de que el conseller de Sanidad no sabe a quién se opera en los hospitales. Una vez más, ha admitido el error de las instrucciones anteriores donde no se explicitaba de manera clara el hecho de denunciar a la Fiscalía. «Ellos no sabían quién era en relación a mi no los pormenores que ahora sabemos».
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Respecto a su cambio de versión sobre la investigación parajudicial, en palabras de la Audiencia, ha recordado, una vez más, que asumió la orden de ese expediente en un intento por proteger al resto de los investigados. «Yo no di ninguna orden». A la pregunta de si no dijo entonces la verdad a los valencianos, ha contestado: «Yo no lo diría así».
De nuevo, ha defendido la diferencia entre la investigación administrativa y la judicial, algo que, según su criterio, no es incompatible. «Debíamos seguir con la atención a la menor». Todos los técnicos trabajaron con absoluta libertad. «No los conozco». Ha rechazado que se buscara evaluar la credibilidad de la menor en ese dosier.
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La charla ha abordado también su dimisión tras anunciar que no se iba a marchar de la política. No ha querido arrepentirse de su baile en el acto de Compromís en el viejo cauce. «Me hubieran criticado por cualquier caso». Ha aprovechado para reflexionar acerca de la relación entre medios de comunicación y política y lo peligroso del mensaje que se transmite.
Oltra ha visionado el famoso vídeo en el que le pedía a Camps que se fuera a casa tras ser imputado. «No era la misma situación. Hay que contextualizarlo. Me solivianta que me comparen con estos personajes. No he pedido dimisiones por estar imputado. La línea ética no la deben marcar los tribunales».
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La vicepresidenta ha admitido que denunció porque el PSPV amenazaba con sacarla del Gobierno, lo que habría supuesto el final de la coalición. «Puig no me amenazó, pero lo dejó ver con aquella frase de 'yo no estoy para fiestas' y lo que publicaban los periodistas de la corte».
La teoría de la conspiración también ha tenido espacio. «No se trata de que se aliaran todos contra mi. Hay unas fuerzas reaccionarias, con muchos resortes, capitaneado por la extrema derecha. Los jueces tienen que investigar cuando hay una denuncia. ¿Pero qué defensa tenemos ante una situación así?. »Hay operadores jurídicos que han copiado esto«.
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No ha hecho autocrítica, ha dicho, porque ya había dimitido. «No he cometido errores en este proceso, no sabría decir. Si los he cometido lo he pagado con creces». Sostiene que existía una campaña de la extrema derecha para apartarla del poder con el apoyo de Ribera Salud. Cristina Seguí, que ejerce la acusación popular, «ha manipulado a la menor ofreciendo dinero a cambio de denunciarme». Esto, según ella, lo ha dicho la víctima en entrevistas. «Su objetivo no era hacer Justicia sino que yo desapareciera».
La Fiscalía, el juez instructor y el TSJ mantienen que hay indicios de delito por parte de Oltra. «La extrema derecha ha construido un relato verosímil. Pero no hay un sólo hecho o indicio que se pueda individualizar porque no existe. La Justicia tiene un problema gordo. No se puede encontrar lo que no existe».
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«No es un buen síntoma cuando se encauza a gente inocente». ¿Guerra sucia en tribulanes? «Sí, de libro. Los actores lo reconocen. José Luis Roberto y Cristina Seguí, por ejemplo». Oltra ha admitido que tiene una «crisis de fe» en la Justicia y por eso no vuelve a la abogacía. De igual modo, este caso ha supuesto «una bomba atómica» en la familia.
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