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Oltra cambia de estrategia ante su posible imputación: de atacar a defenderse

La vicepresidenta rebaja el tono crítico que utilizó en sus comentarios respecto a las decisiones judiciales en la investigación de la gestión de su conselleria en al caso de abusos de su exmarido

BURGUERA

Viernes, 20 de mayo 2022, 17:19

Oltra se sentó hace cerca de dos meses con varios compañeros para asesorarse. Estaba nerviosa y enfadada. Pero no eran afiliados de Compromís, el partido que lidera. Tampoco eran miembros del Consell en el que ella es vicepresidenta. Eran abogados. Son abogados. Dos de ellos ... son las personas a las que, finalmente, ha confiado su suerte judicial y, en buena medida, su carrera política. Ya sea las palabras de sus abogados, ya sea por reflexión propia, Oltra ha cambiado su estrategia: de ataque a defensa.

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Porque Oltra está muy próxima a la imputación en la investigación judicial sobre la gestión de su conselleria en el caso de abusos sexuales de su exmarido a una menor. Porque, en un principio, la vicepresidenta adoptó una posición un punto temeraria. Mantuvo un tono duro frente a las decisiones judiciales. Las cuestionó. Realizó una apuesta que implica riesgo, como suele hacer en política. Sin embargo, aunque Oltra siempre ha enmarcado esta investigación y el avance de la instrucción (una docena de funcionarios y cargos de su conselleria han tenido que pasar ante el juez de Instrucción 15 en calidad de investigados) en una «cacería política» y un contubernio, finalmente la vicepresidenta está practicanto un ejercicio de contención. Porque lo que tiene enfrente es un problema judicial, y lo que sirve en la refriega política no sirve en los juzgados, tal y como ella sabe por experiencia propia pero que parecía haber olvidado. La vicepresidenta y consellera de Igualdad ha modificado radicalmente su estrategia. Sus declaraciones públicas han variado notablemente. Del ataque, a la defensa. De buscar el choque a bajar el tono. De febrero a mayo.

Tal y como adelantó este periódico, Oltra se ha personado en la causa. La vicepresidenta ha contratado a dos abogados para su defensa. Se trata de Daniel Sala, quien fuera juez sustituto en Valencia, y del penalista Miguel Ferrer. Le han fijado una hoja de ruta.

La consellera de Igualdad ha querido ser parte en el procedimiento pese a no estar investigada. No lo está, de momento. Ha pedido personarse en el juzgado de instrucción y en el Tribunal Superior de Justicia (TSJCV). El alto tribunal ya la ha aceptado. De esta forma ha querido adelantarse a un posible pronunciamiento de la Sala de lo Civil y Penal del TSJ. La líder de Compromís ha evitado dar explicaciones sobre sus movimientos procesales. Juega la baza de la cautela.

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«Ya saben que no comento estrategias de defensa. No la comento de otros y menos puedo comentar la que me afecta a mí, entre otras cosas, porque no depende de mí», ha respondido la responsable autonómica cuando se le ha preguntado por este asunto tras firmar con la secretaria de Estado de Igualdad y Contra la Violencia de Género, Ángela Rodríguez, el protocolo de aplicación en la Comunitat Valenciana del Plan Corresponsables del Ministerio de Igualdad.

Mónica Oltra ha recordado también su condición de «abogada» y ha señalado que «igual que un cirujano no se opera a sí mismo» ella, como letrada, tampoco se defiende ni interviene en su defensa. «Igual que un cirujano no se opera a sí mismo», ha insistido.

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«Yo tengo un gran peligro, soy abogada de ejercicio y entonces he preferido no participar en la estrategia de la defensa de la misma forma que un cirujano no se opera a sí mismo porque no tiene claridad de miras para eso», ha agregado al respecto.

Así se ha pronunciado junto a Rodríguez. Exactamente igual, palabra por palabra, es lo que ha comentado en su comparecencia como portavoz del Consell en la rueda de prensa que todos los viernes se realiza para dar cuenta de los acuerdos del Gobierno valenciano. No se ha salido del guion para evitarse sorpresas. En este sentido, el pasado 7 de marzo Oltra culminó una escalada de declaraciones muy contundentes. «Que dejen de molestar a los funcionarios. Si me quieren a mí, me tienen. Que no molesten a nadie más. El expediente lo pedí yo, que no busquen más», señaló al ser preguntada por la decisión del juzgado que instruye la causa de imputar a otros cinco altos funcionarios de Igualdad. Cuando acabó de hacer esas declaraciones, la vicepresidenta estaba visiblemente inquieta. Se había puesto de parapeto y había lanzado un reto. El juez instructor recogió el guante. Al ver cómo se están desarrollando los acontecimientos y una vez asumió que era necesario prepararse legalmente ante la situación, la vicepresidenta ha diluido notablemente el perfil de sus declaraciones, al menos en todo lo referido al ámbito judicial.

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Vídeo. Puig sobre investigación a Oltra: «No creo en teorías conspirativas»

La vicepresidenta no comenta en público las declaraciones ante el juez de los miembros de su conselleria. Evita hacer valoraciones sobre ello. También ha dejado de lado una teoría de la conspiración en la que había incluido a la extrema derecha, agitadores populistas, dirigentes actuales e históricos del PP y miembros de empresas multinacionales con intereses enfrentados con el Consell. El «contubernio«, esgrimido a principios de abril por Oltra, ha quedado aparcado, y preguntada si incluía en esa confabulación a alguien de la carrera judicial se remitió a sus palabras en Les Corts, donde ciertamente no incluyó ni a jueces ni a fiscales. El 25 de marzo, además, se matizó a si misma, en el fondo y en la forma. La líder de Compromís, que no es de dar un paso atrás ni para coger impulso, aclaró que el su orden de abrir un expediente «no fue una expresión literal en el sentido de abrir un expediente informativo, no dije: 'ábrase un expediente'». La vicepresidenta aseguró que aquel 7 de marzo, sus palabras no contenían una verdad literal, sino que hizo el comentario »en un ámbito de declaración política para apoyar el trabajo que habían hecho. Ese era el sentido de esas palabras, avalar la labor hecha por los funcionarios». Y ahora, ya personada, evita dar explicaciones de por qué da ese paso porque, tal y como ella reconoce, tiene «un gran peligro».

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