La oposición reclama más mejoras para los autónomos y la Sanidad pero el Botánico se pone de perfil

Es complicado observar acuerdos y consensos en Les Corts porque hasta asuntos que deberían teóricamente generar coincidencias lógicas se ven contaminados por disputas a muy distintos niveles. Por asuntos de fondo y por detalles. Por motivaciones ideológicas y partidistas, por intereses propios o ajenos. Resultado: iniciativas supuestamente 'blancas' como el refuerzo de la Atención Primaria en Sanidad (presentada por el PP), la defensa de que los mayores sean mejor tratados por los bancos (Compromís) o la petición de intensificar el trabajo parlamentario y la información que ofrece el Consell sobre los autónomos (Ciudadanos), tropiezan con la indiferencia y hasta el rechazo de los rivales.

En el pleno de esta semana, los populares han reclamado un refuerzo de la Atención Primaria en Sanidad, todavía saturada por la pandemia y que arrastra un brutal retraso de su actividad ordinaria debido a esta misma causa. El Botánico ha manifestado su rechazo a la iniciativa. Ciudadanos, por su parte, ha exigido retomar la Mesa de Trabajo de los autónomos que se constituyó en Les Corts durante la pasada legislatura y que lleva sin reunirse desde 2019. La izquierda también ha evitado apoyar esta propuesta.

El tripartito ha mostrado su profundo recelo frente a las dos iniciativas por considerar que su origen (PP y Cs) prácticamente las invalida. Sea como sea, el resultado es que tanto los sanitarios como los autónomos tienen el agua al cuello sin que en Les Corts se pongan de acuerdo sobre cómo afrontar la situación de dos colectivos profesionales que aglutinan a cientos de miles de valencianos.

En el caso de la medida de refuerzo sanitario, el rechazo del Botánico obedece a razones muy políticas. El Botánico no quiere dar oxígeno a las críticas del PP respecto a la gestión de la Sanidad en la Comunitat. Los populares han puesto el foco en el colectivo de profesionales de la rama de la salud y el tripartito se coloca como parapeto del Consell. Así, frente a las peticiones del diputado José Juan Zaplana, los portavoces de la izquierda han esgrimido una negativa fundamentada principalmente en la gestión del PP al frente de la Generalitat hasta 2015.

Lima, Esteve y Martínez (podemista, econacionalista y socialista, respectivamente) han afeado a los populares su iniciativa apelando a las políticas sanitarias en tiempos de Fabra, Camps o Eduardo Zaplana. Con este argumento, el PP no puede hacer ninguna aportación ni presentar propuesta alguna en materia sanitaria hasta que la izquierda decida perdonar sus pecados. Zaplana ha percutido una y otra vez contra el Consell por los encontronazos entre la Conselleria de Sanidad y el personal sanitario, que ahora está en plena ebullición a cuenta del alegato de la Generalitat para recurrir la sentencia que la condena a indemnizar a los profesionales de la salud por no haberles dotado de material de protección durante la pandemia. El Consell acusa a los médicos de sustraer mascarillas y material de protección y eso ha desatado el enfado de los sanitarios. Frente a este tema, desde la bancada de la izquierda han decidido mirar hacia otro lado. Silencio. Mientras que el PP pretende reprobar a la consellera Barceló y pide su dimisión. Y el Botánico, silbando.

No le ha ido mejor a Ciudadanos. El diputado Tony Woodward ha presentado una iniciativa con el fin de que Les Corts retome una mesa de trabajo que se configuró para debatir cómo mejorar la situación de los autónomos. Dicho grupo de trabajo no se reúne desde hace tres años. Frente a este punto, ya no es que el Botánico haya mostrado su rechazo, es que ni siquiera la derecha se ha puesto de acuerdo.

Ciudadanos recordó los escasos (unas cuantas decenas) beneficiarios de media docena de planes de ayudas impulsados por el Consell hasta 2019. Unas cifras pírricas que no se actualizan. Woodward, un diputado templado, lamentó quedarse solo en esta iniciativa, ya que Vox y PP se situaron de perfil alegando que tienen iniciativas propias en relación a un colectivo que en la Comunitat abarca a 350.000 personas, y votantes. Ni un argumento de peso ofreció el Botánico para explicar por qué la Mesa de Trabajo de los Autónomos en Les Corts lleva sin reunirse tres años. Y eso que se trata de una herramienta de debate parlamentario que se estableció por parte de los grupos durante la legislatura pasada con el compromiso de reunirse dos veces al año. El diputado de Cs reclama también que Les Corts inste al Consell a presentar el informe anual sobre la situación del colectivo de personas autónomas del año 2020 y 2021. Sin embargo, desde Compromís consideraron que ya no hacen falta estos informes porque el Consell actualiza datos como no se hacía antes.

Compromís le ha reprochado a Ciudadanos que no se mencionase la brecha de género. Podemos alabó las medidas tomadas por Yolanda Díaz. Chulvi, del PSPV, aseguró que las peticiones de Ciudadanos parten de premisas falsas porque el Consell ha implementado ayudas para los autónomos. O sea, que todo bien.

Tanto los socialistas como los podemistas apelaron a los datos de empleo y también las dos formaciones recordaron la gestión de la derecha, tanto en el pasado como actualmente a través de instituciones como la Diputación de Alicante, presidida por Carlos Mazón. El argumentario político asomó en el debate varias veces, ya que Mazón ya había sido mencionado por el diputado del PP, Juan Carlos Caballero, para asegurar que ellos proponen medidas más potentes que las de Ciudadanos.

El nuevo sistema de cotizaciones, criticado por la oposición, fue defendido por los socialistas subrayando el incremento de los trabajadores por cuenta propia. Woodward recordó las 10.000 ayudas denegadas a las empresas valencianas en los planes del Consell «porque las ayudas solicitadas eran menores de 4.000 euros, cuando hemos dado otras de 200.000, y me gustaría saber dónde está el Consell ante toda esa gente que pedía bastante menos que otros». Así que, por que no y porque tampoco, no se llegó a un consenso en materias en las que, supuestamente, las diferencias deberían ser mínimas, pero son máximas.

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