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Los síndics de Vox, José María Llanos, y del PP, Miguel Barrachina. José Cuéllar

PP y Vox aparcan sus diferencias y aprueban juntos sus primeras leyes

Los partidos del Consell sacan adelante las normativas de À Punt, Educación y Antifraude con la bandera del «retorno de la libertad»

Burguera

Jueves, 27 de junio 2024, 01:03

No importa que Vox considere que el PP es la 'derechita cobarde' que protagoniza traiciones y estafas a sus votantes y a los españoles en general. Que los populares estén supeditados a las «élites globalistas» en la Unión Europea, tampoco importa. Que los voxistas insistan ... en cambiar resoluciones e iniciativas populares y hasta amenacen con ir a los juzgados. También da igual. Al final, todas esas diferencias, resquemores, suspicacias y prevenciones han sido aparcados. Populares y voxistas votarán finalmente hoy en Les Corts la aprobación de las tres leyes que ayer se debatieron en el parlamento valenciano y que supone la cristalización legislativa del acuerdo que populares y voxistas firmaron hace un año para dar sostén al Consell que preside Mazón y para reformar el corpus legal de la Generalitat. Tanto los diputados del PP como los de Vox han hecho hincapié, durante los debates en que estas nuevas leyes suponen un «retorno de la libertad» a la Comunitat.

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Las leyes de Libertad Educativa y las relativas a la modificación del funcionamiento de À Punt y la Agencia Antifraude se aprobarán con los votos del bloque de centro derecha, en lo que supone un día «muy feliz», según la derecha, si bien para la oposición de izquierdas se trata de una jornada «negra».

Un pacto «sano»

El síndic de Vox en Les Corts, José María Llanos, aseguró que el pacto con el PP está «sano, absolutamente sano» pese a las críticas furibundas a los populares tras conocerse el acuerdo con el PSOE para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

«El Gobierno de la Comunitat Valenciana se formó por dos partidos que podían traer un cambio necesario, traer luz, aire fresco y color y prosperabilidad de unas políticas de libertad para los ciudadanos. Ese pacto se está cumpliendo. Ya quisieran otros que no fuera así», indicó Llanos, si bien admitió que el PP es de fiar en la Comunitat, no tanto en otros lugares ni en otras circunstancias.

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El síndic del PP, Miguel Barrachina, por su parte hizo oídos sordos a toda la sarta de descalificaciones y reproches de sus socios en relación al CGPJ, y resaltó que Vox está actuando con «lealtad» en el Consell. Pelillos a la mar.

Barrachina subrayó su orgullo y satisfacción por «poder hoy decir» que han cumplido «con aquello que prometimos: seremos los padres y serán nuestros hijos quienes elijan la lengua en la que se han de educar y no el político de turno».

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La referencia a los padres, las madres y los hijos ha dado para mucho durante el debate de la ley de Libertad Educativa. Ha salido al paso la nacionalista Nathalie Torres a dar las gracias a sus progenitores por inculcarle una serie de valores que, para ella, son los mejores del mundo occidental y oriental. También se ha apuntado luego a las menciones familiares la socialista Mercedes Caballero, que ha recordado que pronto será abuela, un apunte siempre a celebrar. De las leyes se ha hablado poco porque el pescado está todo vendido y, por lo que respecta al bacalao, los que lo cortan son los populares y los voxistas, que son los que tienen la mayoría en Les Corts.

La libertad no sólo ha sido subrayada por la derecha a la hora de anunciar su voto favorable a la ley educativa. También se ha esgrimido en torno a la normativa sobre la televisión pública valenciana. Los voxistas admitieron que, si fuera por ellos, À Punt estaría más cerrada que la cámara acorazada de Fort Knox, pero como mal menor apoyan una ley que PP y Vox consideran que permitirá reconducir el rumbo de una televisión que han calificado poco menos que de económicamente ruinosa, políticamente sectaria, invisible en términos de audiencia... Prácticamente la Camboya profunda en términos audiovisuales. Una situación, no obstante, que ahora cambiará, según ellos.

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La oposición, obviamente, no lo ve igual, y lo mismo ha sucedido con la ley de la Agencia Antifraude, en cuyo debate la diputada Isaura Navarro (Compromís) clamó contra el deseo del PP de modificar la normativa para poner de director de la oficina «a un zaplanista, un zaplanista», subrayó Navarro, soliviantada. Con mucha más sorna, el socialista Toni Díaz, confesó su alivio al ver que «por fin llega el final de esta película tan mala», en relación al modo en que los populares han ido camuflando sus intenciones sobre Antifraude.

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