El educador absuelto tras las acusaciones de Oltra de abusos: «El monstruo no era yo, era su marido»

El mensaje incriminatorio, con datos que permitían su identificación, fue lanzado por Mónica Oltra desde la tribuna de Les Corts el 24 de mayo de 2017. Un periodo en el que ya había comenzado y terminado la primera investigación a la menor abusada por su exmarido, unas indagaciones que determinaron que no era creíble.

La intensidad de aquella reacción hacia el docente –ahora pide el anonimato pese a que su nombre ha salido publicado en otras ocasiones- se puede explicar en estos momentos con otras circunstancias. «Yo fui otra víctima del caso de los abusos del marido», resume. «Creo que fui la cabeza de turco que estaba destinada a tapar los abusos sexuales del marido de Oltra».

Cinco años después de aquello, todavía no ha recuperado la normalidad. Y duda de que pueda recobrarla al cien por cien. «Me acusó de lo peor que se le puede acusar a una persona. Me condenó a vivir en el infierno». El tiempo ha terminado dando la razón al educador de Segorbe: «El monstruo no era yo, era su marido. Él ha sido condenado dos veces y yo absuelto de todos los cargos», manifiesta en una especie de comunicado.

Pese a todo, lamenta la «pena de telediario» que padeció debido a las numerosas informaciones periodísticas que generó su caso. De hecho, el centro donde supuestamente se produjeron esos sucesos fue clausurado. Y la Justicia reprendió a Oltra por esa actuación al margen de la ley.

Una de las acusaciones, la de Cristina Seguí, sí plantea en su querella contra Mónica Oltra como todo este episodio del centro de Segorbe, gestionado por una orden religiosa, está incardinado en el procedimiento que activa la Conselleria de Igualdad para proteger al abusador y exculpar a la conselleria, según la tesis del juez y de la Fiscalía del TSJ.

El profesor ha barajado incluso personarse como acusación en la investigación contra la referente de Compromís y otros cargos del departamento autonómico. Pero no ha dado el paso. No se descarta, no obstante, que pueda ser citado como testigo en esta instrucción o incluso en un eventual juicio a la vicepresidenta.

El docente de Segorbe tuvo que cambiar de domicilio y de vida. «Fui acusado por Oltra como hacen los dictadores, fuera de sede judicial». Cree que en aquel entonces existía otro factor del que no se ha hablado lo suficiente, un aspecto económico en todo este entramado. «Había 38 millones de euros en juego por las licitaciones a empresas que prestan sus servicios a los centros de menores. Licitaciones que después fueron a parar presuntamente a empresas afines y que aún el año pasado dieron que hablar con el reparto de 73 millones de euros sin concurso, en pleno mes de agosto».

El educador se consuela, en parte, con el apoyo que asegura haber recibido de algunos de los alumnos de las instalaciones del centro de Segorbe y con las supuestas críticas de la sentencia absolutoria contra el papel de la conselleria, «alejado del más mínimo proceder democrático y ajustado a derecho». Oltra no es un ejemplo a seguir y consideraba -antes de su sorprendente dimisión- que no estaba capacitada para dirigir ni tutelar a menores ni familias.

La batalla legal con la Conselleria de Igualdad no ha terminado. El docente presentó un contencioso en el TSJ en enero de 2021 para reclamar una indemnización por los daños psicológicos, morales y el lucro cesante por el tiempo que había estado sin trabajar al ser expulsado del centro. Todavía no hay respuesta de la Sala de lo Contencioso. Un fallo favorable al profesor sería una nueva mancha a la gestión de Mónica Oltra en la conselleria de Igualdad suficientemente cuestionada tras la investigación abierta -con una pieza secreta- sobre un posible encubrimiento a la denuncia contra su ex.