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2007 fue año electoral en la Comunitat. Los resultados de algunas encuestas electorales definieron en aquel momento la foto fija que retrataba una encuesta en puertas de las autonómicas como la de las elecciones más reñidas de la historia, con un casi empate técnico entre ... los bloques de derechas y de izquierdas. Sin embargo, las urnas poco tuvieron que ver con esa emoción electoral que acercaba a la izquierda a la Generalitat. Aunque a juzgar por los datos que arroja el sumario del caso Azud, en la sede socialista se trató por todos los medios de conseguir volver a tener un jefe del Consell, aunque fuera con métodos poco ortodoxos.
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Así se desprende de la declaración de uno de los testigos de la causa, un trabajador de una de las mercantiles implicadas, que compareció hasta en dos ocasiones ante la jueza instructora y los agentes de la UCO para detallar algunos de los movimientos que tuvieron lugar entre algunas de las firmas de la causa y el entonces principal partido de la oposición: el PSPV. En concreto, en el interrogatorio aparece el nombre de Paco Martínez, entonces gerente del partido, quien según explicó ante la jueza, fue la persona que le indicó cómo y dónde facturar para cobrar un trabajo que una de las firmas había realizado para los socialistas. Cuando Martínez le dijo que la deuda contraída se facturara con la empresa Gigante Edificaciones y Obras, el testigo quedó «extrañado, porque creía que iba a facturar al PSPV, que es para quien había trabajado». El declarante acabó remitiendo la factura a la empresa, por orden de Martínez y cobró sin mayor problema. Pero, lo más sustancioso de la operación está en los detalles de la jugada.
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Según la primera de las declaraciones del trabajador de una de las mercantiles, el PSPV contrató unos trabajos por importe de 102.080 euros prestados por la firma Key, pero abonados por Gigante. En un momento de las pesquisas se recuerda que de algunas de las anotaciones existían distintos pagos a diferentes empresas de publicidad, como en este caso, que habrían tenido lugar desde la mercantil Gigante Edificaciones y Obras en el año 2007 los cuales, a tenor de los indicios recopilados, «no se corresponderían con servicios prestados a esta sociedad; así como también se considera remarcable la celebración de elecciones municipales y a Les Corts ese 27 de mayo».
Así, aunque los trabajos fueron encargados por el gerente del PSPV a una empresa de publicidad, el partido nunca los pagó, sino que lo hizo una constructora en su lugar. Según la declaración, el gerente socialista quiso contratar a última hora un 'mailing' de refuerzo. Sin embargo, el trabajador de la empresa le contó a la jueza que una vez recibido el encargo del envío de papeletas electorales, la sorpresa llegó cuando se dio cuenta «de que ese 'mailing' de refuerzo era relativo a Unión Valenciana». Una práctica que, según reconoció el testigo, ponían en práctica «muchos partidos políticos para financiar campañas de otros para obtener beneficios electorales».
En la factura que Key (luego Servinform), la empresa de publicidad, acabó facturando a Gigante Edificaciones por los trabajos prestados a los socialistas, aparece la impresión y envío de más de un millón de papeletas de la formación valencianista. El importe final del encargo ascendió a la deuda contraída por el PSPV. 2007 acabó siendo la última cita electoral a la que concurrió el partido que en su día fundó Vicente González Lizondo. La probable intención de los socialistas era la de erosionar al PPCV, tratando de facilitar el voto a UV, conscientes de que en ningún caso superarían la barrera electoral del 5% necesaria para entra en Les Corts. Ese 27 de mayo, pese al envío masivo de propaganda y papeletas del que, según la documentación, se hizo cargo el PSPV, Unión Valenciana obtuvo 22.789 votos. Un 0,95% de los sufragios.
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Pero, volviendo a la contratación, el testigo recuerda que debido al volumen y a la premura en la prestación de los servicios, su empresa se vio obligada a subcontratar con otro para poder cerrar a mano los sobres. Una vez efectuados esos trabajos se tuvo problema para cobrarlos. Fue entonces cuando el gerente del PSPV lo puso en contacto con la empresa constructora, que finalmente abonó la factura. Trabajó con Martínez hasta en cuatro ocasiones y mantuvo varias reuniones en la sede del partido. Preguntado por si el pago de un 'mailing' para otro partido podía suponer un error, el testigo reconoció estar seguro de que a su empresa nunca se le encargó material por parte de Unión Valenciana ni de ningún partido que no fuera el PSPV. Además, nunca mantuvo contacto ni relación ninguna con personas vinculadas al partido valencianista y limita el encargo al del gerente de los socialistas.
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