burguera
Domingo, 5 de septiembre 2021
Presidencia de la Generalitat anunció ayer que el jefe del Consell, el socialista Ximo Puig, recibirá este miércoles en Valencia al presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonés, «con la finalidad de abordar ámbitos de colaboración conjunta y fortalecer la relación entre los dos gobiernos». A finales del año pasado ya hubo acercamientos. Ahora llega la recuperación de la agenda institucional común, que coincide con las tensiones desde el Consell hacia Madrid a propósito de la política fiscal.
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«Puig y Aragonés pondrán en común las políticas que están desplegando en materia social y económica, especialmente dirigidas a la recuperación de la crisis generada por el Covid. En concreto, tratarán sobre la gestión de los fondos europeos; actuaciones en materia de infraestructuras que afectan la comunicación entre los dos territorios, reactivación económica o financiación, además de otros asuntos de interés para los dos gobiernos vecinos que comparten conexiones sociales, económicas y culturales», señala la Generalitat en un comunicado donde se asegura que este encuentro «se enmarca dentro de los contactos que el presidente Puig mantiene con sus homólogos de otras comunidades autónomas entre los cuales hay que destacar la reciente cumbre con las Islas Baleares o el próximo encuentro con el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla».
En el caso del dirigente de Esquerra Republicana de Cataluña y jefe del Govern, se trata del primer encuentro oficial de Puig con un presidente de la Generalitat desde que el Gobierno catalán dinamitase sus relaciones institucionales con la inmensa mayoría de entidades del país a partir de la puesta en marcha del proceso independentista. Hace meses se comenzaron a emitir señales de aproximación. En julio Puig se reunió con el líder del PSC y exministro de Sanidad, Salvador Illa en el Palau de la Generalitat, antes de asistir al pleno de AVE en el que el dirigente catalán participaba como invitado. Semanas antes, Puig había viajado a Cataluña y ya avisó de su intención de reunirse con Aragonés, con quien se ha telefoneado recientemente. Su interlocución con los referentes de la prensa catalana es constante. Desde el Consell, y también en julio, el conseller de Educación, Vicent Marzà, participó en un encuentro con representantes de la cultura, entidades cívicas y universidades para explicar el trabajo hecho desde su área para que la reciprocidad con la televisión pública catalana, TV3, sea real. A poc, a poc.
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Esa paciencia y comprensión del Botánico no ha lucido de igual manera con Madrid, que se ha convertido en el icono de la derecha por empeño propio y animadversión ajena. Madrid es el primer emisor de turistas nacionales a la Comunitat, el principal inversor y lidera las compras y ventas de las empresas valencianas en cuanto a actividad comercial. Todo ello no supone motivos suficientes para establecer una relación medianamente cordial con los gobiernos de la capital, y no será porque el Govern catalán aplica políticas sociales similares al valenciano. Cataluña y Madrid, precisamente, se encuentran a la cola del gasto social por habitante con una inversión más de un 10% inferior a la media. La región que mantuvo el mayor recorte en términos porcentuales entre 2009 y 2019 fue Cataluña (19,6%), según la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales. Ese criterio del Govern no han impedido a Puig hacer un esfuerzo hacia los vecinos del norte. Con los gobiernos madrileños, el Botánico ha pasado de tener una relación nula a, directamente, pésima, con Puig abriendo la puerta incluso a que se apliquen en la capital impuestos especiales a las rentas más altas.
El líder de los socialistas valencianos había iniciado un intercambio de visitas con Puigdemont en 2016 que se vieron interrumpidas al año siguiente. El presidente de la Generalitat y el del Govern catalán, Carles Puigdemont, protagonizaron dos cumbres institucionales. La primera fue el 16 de mayo en el Palau de la Generalitat de Catalunya; la segunda, el 19 de septiembre en Valencia, para hacer un frente común a favor del corredor mediterráneo. Interpelaron al Gobierno central, presidido por un Mariano Rajoy muy debilitado tras las elecciones de diciembre de 2015, que el PP ganó pero sin poder formar un Gobierno estable. Había un frente común y un rival común. Aquel año finalizó de manera rocambolesca para los socialistas, con Puig participando activamente en el adiós de Pedro Sánchez como secretario general. Este sábado, Puig consideró que Sánchez es el campeón europeo de las vacunas y su Gobierno, «el más importante» del continente, loa que le dedicó ni más ni menos que en Jaén, bien cerca de la casa de Susana Díaz. El presidente de la Generalitat, barón territorial que ejerció de estrella invitada al acto, se sentó junto a Sánchez, a su izquierda. Cuajo y cintura política no le faltan a Puig, cuando quiere, pero con Madrid no es el caso.
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En 2017 las cosas se torcieron entre el Consell y el Govern. Ya no hubo más cumbres. Del boato institucional a encuentros muy esporádicos. El 19 de abril, Puig se reunió en Barcelona con Puigdemont. Se tomaron un café. El jefe del Consell asistió al homenaje a la exministra socialista Carme Chacón, fallecida hacía muy poco tiempo. Puigdemont ya estaba en otras cosas. Pretendía pactar un referéndum que el 9 de junio fue finalmente presentado sin acuerdo con el Gobierno central. En el Consell empezaron a coger distancia. Precisamente, ese mes de junio fue la última vez que la Generalitat y el Govern firmaron un convenio de colaboración... hasta noviembre del año pasado.
Con Quim Torra no hubo conexión de ningún tipo. Tras finalizar el periodo más tenso del 'procés', las cosas no mejoraron. El expresident catalán no asistió al acto de reivindicación del corredor mediterráneo celebrado en Barcelona. Esa ausencia generó un disgusto que Puig no se molestó en ocultar. «Desde hace unos años nosotros lo hemos intentado y ahora el que no quiere es el gobierno de Cataluña. Ahora parece ser Cataluña quien no quiera tener una relación normalizada con la Comunitat», señaló entonces el presidente de la Generalitat.
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Con Aragonés, en diciembre del año pasado se produjo un encuentro oficioso, de escasa relevancia política por tratarse de una especie de saludo que Puig hizo al presidente del Govern cuando el jefe del Consell fue invitado a dar la conferencia inaugural en el Cercle d'Economia con motivo del inicio de un ciclo de ciclo denominado 'España en el contexto geopolítico de la pospandemia'.
Aragonés era presidente accidental cuando recibió a Puig tras la inhabilitación de Torra. Ahora visitará Valencia como presidente hecho y derecho. Generalitat y Govern vuelven a establecer espacios de colaboración o a firmar convenios como el ratificado el pasado 20 de noviembre, sobre la memoria histórica. El primero rubricado entre las dos administraciones después de años de desconexión. También se ha establecido un convenio de colaboración en materia turística. Toca buen rollo. Rajoy hace tiempo que no está en La Moncloa y Aragonés y Sánchez se esfuerzan por entenderse.
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Puig se suma a esa fiesta mientras que con los gobiernos madrileños todo es bronca.
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