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Burguera
Jueves, 6 de junio 2024, 12:02
Jorge Rodríguez no parece muy receptivo a los supuestos cantos de sirena socialistas. El exdirigente del PSPV no se fía un pelo del entorno que rodea a Diana Morant en la Comunitat, que es el mismo que merodeaba a Ximo Puig, el mismo ... al que Rodríguez señala como gestador del proceso del caso Alquería, el mismo que acompañó electoralmente a Puig en el resultado que le dejó fuera de la Generalitat. Tiene buen concepto personal de la ministra, que considera «mucho más inteligente y muchísimo mejor formada» que el ex presidente de la Generalitat, pero la parafernalia orgánica que la blinda es la misma de la que se sirvió Puig, y eso es, hoy por hoy, un obstáculo insalvable para que el líder de Ens Uneix se imagine cerca de un entendimiento con Morant, la sucesora de Puig y, por ahora, conservadora de su legado orgánico.
Difícil panorama tiene, por tanto, el PSPV, si pretende llegar a algún tipo de entendimiento con Rodríguez. El líder de Ens Uneix gobierna en la Diputación de Valencia junto al PP, pero ni más lejos que este jueves ha quedado a comer con Mónica Oltra, según ha admitido durante una entrevista en Les Notícies del Matí, en À Punt.
Jugosa cita, y no hablamos del menú. Además de compartir peripecia judicial (ambos salieron airosos), Oltra y Rodríguez acumulan simpáticas anécdotas sobre Puig, que los dos perciben que les trató entre pésimamente y como un trapo. Esas malas compañías de Rodríguez no son, precisamente, un acicate para que el alcalde de Ontinyent y su antiguo partido, con sus antiguos dirigentes rodeando a su nueva líder, avancen hacia un futuro en común.
Esa divergencia, y la competencia de Ens Uneix, es un problema para los socialistas. Y ya no sólo en Ontinyent, donde el PSPV que tiene en la localidad a Rebeca Torró (secretaria de Estado y ex síndica socialista en Les Corts) como su principal referente, lo que no impide que los resultados electorales en términos municipales sean avasalladores a favor de Ens Uneix. El partido de Rodríguez se expande. Ya se ha organizado en términos orgánicos en la provincia de Valencia con el fin de afianzarse en la Diputación. También se ha articulado en Alicante, y tiene intención de culminar su implementación en Castellón. De tal modo que, según ha admitido el propio Rodríguez, si hace un año no tenía nada claro un futuro con aspiraciones autonómicas (buscar representación en Les Corts), ahora mismo ya no lo descarta y más bien lo ve factible. Y una de las mejores canteras de votos para ese propósito en la que Rodríguez piensa cavar es el PSPV, donde fuentes vinculadas con la dirección del partido ya señalan a Ens Uneix como un artefacto similar al Partido Socialista Independiente (PSI) aparecido en 1993 en la Ribera Alta, e impulsado por el entorno del entonces exconseller socialista Rafael Blasco. Es decir una alternativa de izquierdas de falsa bandera.
A pesar de tanta desconfianza, el que fuera su partido, el PSPV, en el que llegó a ocupar el puesto de portavoz, mantiene desde hace un año la puerta abierta a reconducir una relación que se hizo trizas al estallar el caso Alquería, del que Rodríguez salió absuelto tras cinco años de proceso, una relación que, lejos de mejorar, aún empeoró durante las semanas de negociación fallida para pactar un gobierno en la Diputación de Valencia. Diana Morant no quiere cerrar esa puerta. No obstante, gran parte de su entorno en la dirección del PSPV, conspira para cerrarla a cal y canto, completamente convencidos de que Rodríguez es un peligro. Difícil saber si para ellos o para su partido, que no siempre es lo mismo.
«No me gusta el modo en que Morant llegó a la Secretaría General del PSPV, por imposición de Ferraz, y yo creo que las cosas hay que ganárselas», ha comentado Rodríguez, quien ha indicado que, para que Morant se diferencie en algo de Ximo Puig «será necesario un cambio de gente, la gente que rodee a Diana Morant, que ya no sean los (José Manuel) Orengo, los (Alfred) Boix, que han sido un poco los que siempre han estado mandando. Pero ese cambio es algo que también está por probar».
Rodríguez admite que Orengo, respecto a Morant, es «como su padre político, eso era inevitable. Yo le deseo la mejor de las suertes, pero es cierto que creo que el PSPV tiene una travesía por delante. Que Morant sea ministra seguramente sea un acierto, aunque también tiene sus inconvenientes. Opino que tiene que hacer un trabajo orgánico importante de transformación del partido. O sea, no te puedes apoyar en aquellos que te han llevado a la derrota».
A pesar de lo comentado desde el entorno de la propia Morant, Rodríguez advirtió de que su relación con Morant, en términos personales, se circunscribe a dos años compartiendo la Diputación de Valencia. «Perdimos la relación. Tengo más con dirigentes socialistas de Xàtiva o Alcoi. Se puede retomar personalmente, pero políticamente los que cambiaron fueron ellos, que nos convirtieron en apestados a raíz del caso Alquería», ha explicado Rodríguez, mucho más cercano personalmente a gente como Oltra.
«Me encantaría que Mónica se uniese a Ens Uneix, claro», admitió Rodríguez sobre la exvicepresidenta del Consell como líder de Compromís. «sobre todo por su calidad como persona, porque es una gran persona», ha señalado el líder del partido municipalista. No obstante, el alcalde de Ontinyent pretende ocupar un espacio de centro, pactando con PP o PSPV. No parece muy en la órbita de Oltra, que come este jueves con Rodríguez al igual que Rosa Pérez Garijo, la dirigente de EU, un encuentro más en la órbita de lo personal que de lo político, ámbito respecto al cual el líder de Ens Uneix asegura que su partido se siente «muy satisfecho» en su pacto de gobierno con el PP en la Diputación que preside Vicent Mompó.
«Tenemos dos líneas rojas, que es no gobernar con Vox y que se mantengan las inversiones pactadas, y eso está ocurriendo. Es obvio que, por amor, el pacto hubiera sido con el PSPV, pero la dirección socialista deslegitimó a Bielsa, así que, finalmente, el pacto no es por amor, sino por dinero y mientras se cumpla lo acordado seguiremos», ha indicado Rodríguez, que, en términos autonómicos y preguntado por el Consell presidido por Carlos Mazón, ha indicado que «no es lo que yo hubiera votado, pero como alalcde de Ontinyent he de decir que mi relación con esta Generalitat es positiva».
A mí no me vale que Puig consiguió subir dos diputados. Es cierto que con dos menos la otra vez fuiste presidente y esta vez no. Con lo cual, o sea, lo que vale es el sumatorio, porque en un sistema parlamentario no nos vale ganar. Nos vale ganar y tener una mayoría suficiente para gobernar. ¿No hay diferencias entre Puig y Morán, presidente? Morán me parece una mujer mucho más inteligente y muchísimo mejor formada que podría ser Puig.
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