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Isabel Bonig, Pablo Casado y Carlos Mazón, en una imagen tomada en Valencia. LP
La salida de Barrachina refuerza el control de Génova sobre el PPCV en vísperas del congreso regional

La salida de Barrachina refuerza el control de Génova sobre el PPCV en vísperas del congreso regional

Los plazos se aceleran: el cónclave de Castellón se convocará en breve y el autonómico podría tener lugar antes de verano

JC. Ferriol Moya

Valencia

Jueves, 25 de marzo 2021, 12:26

El aún presidente provincial del PP de Castellón, Miguel Barrachina, dejó varias pistas ayer con su anuncio de que no optará a la reelección. La propia decisión -la alcaldesa de la Vall d'Alba Marta Barrachina se perfila como su sucesora- supone una nueva toma de posiciones de la dirección nacional en el debate sobre el liderazgo en el PPCV. Y su referencia a que «en breve» se convocará en el congreso que debe elegir líder de los populares en la provincia de Castellón deja entrever que el autonómico podría tener lugar antes del verano.

La salida de Barrachina del liderazgo del PP de Castellón completa la renovación de barones provinciales en la Comunitat Valenciana que viene impulsando la calle Génova. La designación primero de Carlos Mazón como presidente provincial de los populares en Alicante y la posterior de Vicente Mompó en Castellón ya explicitaron no sólo la apertura de una nueva etapa en el partido, sino también la maniobra de la calle Génova para hacerse con el control de un partido que, en el último congreso nacional, se decantó de forma mayoritaria por Soraya Sáez de Santamaría.

El relevo de Barrachina (52 años) ahora completa esos cambios en los liderazgos provinciales. El diputado popular, uno de los de mejor oratoria en Les Corts, se aparta de una carrera que ya había percibido que no iba a poder ganar, y que Madrid ha acabado de dejárselo meridianamente claro.

Su sucesora, Marta Barrachina (39 años y sin vinculación familiar con el aún líder) encarna la llegada a la dirección del partido de una nueva generación de políticos populares, en la que se incluyen Mazón (46) y Mompó (39), sin vinculación con la última etapa del partido, pero con el denominador común de contar con el visto bueno de la dirección nacional.

Que Madrid haya asumido el control de las direcciones provinciales no resulta ni mucho menos casual. Tanto por la creciente apuesta orgánica del partido que encabeza Pablo Casado por poner a las organizaciones provinciales en el centro de sus políticas -mucho más que en los barones regionales, tan anárquicos en ocasiones-, como porque, en el caso valenciano, esas piezas resultan claves para el próximo congreso regional.

Mientras Génova guarda silencio, el número dos del PP, Teo García Egea, ya mueve ficha para preparar ese cónclave. «Me ha dicho que apoye al mejor candidato para el proyecto del PPCV y para ganar en 2023», proclamó María José Catalá tras reunirse con el secretario general del partido -la referencia masculina no pasó inadvertida-. El recambio Barrachina por Barrachina no es ajeno a esa dinámica, por más que la relación del aún líder con la dirección nacional no fuera mala,

Y luego están las fechas. El congreso regional del PPCV no está convocado, pero septiembre es, hasta la fecha, el mes marcado en el calendario como el de la posible celebración de esa cita. Para que se convoque es imprescindible que las direcciones provinciales se hayan renovado. Solo queda Castellón, y Barrachina apuntó ayer a su convocatoria «en breve».

Si los plazos se aceleran, la convocatoria de ese congreso antes de verano cobra fuerza. Con las elecciones de Madrid apuntadas el 4M, un resultado poositivo para la candidatura de Isabel Díaz Ayuso, que no obligue a arduas negociaciones para comenzar la legislatura regional, facilitaría el adelanto del congreso regional al mes de julio. Más de un cargo popular viene dando como muy probable ese movimiento desde hace bastantes fechas.

¿Y el adelanto perjudica o beneficia a Bonig? En sí, el eventual cambio de fechas para celebrar ese congreso no afectaría a la presidenta regional. Otra cosa es que la decisión se adopte sin que la líder del PPCV participe de ella. Porque esa circunstancia, si así se produce, vendría a persistir en esa percepción de que el camino que marca Génova y el que sigue la líder valenciana no van de la mano.

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